Capítulo once: La verdadera bienvenida

30 6 3
                                    


El salón se fue llenando a medida que la hora dicha por la voz del altavoz se acercaba. ¿De qué se supone que iba todo eso? No sabía nada hasta que aparecieron un grupo de cinco personas: dos chicas y tres chicos. Todo el mundo comenzó a cuchichear para descubrir porqué estábamos allí.

—Los del primer curso, echaros a un lado. Los demás podéis iros a vuestras camas —anunció la chica más alta. Tenía el pelo larguísimo y muy oscuro recogido en un intento de moño. Llevaba un pearsing en la nariz que no le favorecía nada, podía pasar por una de esas chonis que hay en mi barrio.

Nos hicieron salir fuera de la residencia y nos agruparon por grupos de siete personas. Como los hicieron ellos, solo me tocó con uno del pasillo y precisamente Bradley. El tipo más pesado del mundo y me toca ir con él hasta en un juego de medianoche (si es que es un juego).

Cada grupo se colocaba en un punto concreto donde indicaban los veteranos. Sobre nuestras cabezas habían globos atados en una cuerda que iba de un árbol hasta otro árbol. Me temía lo peor.

—Muy bien. ¿Todos estáis colocados en un sitio no? —Comenzó a decir un chico rubio y pálido—. Bienvenidos a la residencia Charles Couloumb. Nosotros somos Mario, Lucy, Alisson y yo, Dante. —Fue señalando a cada persona con su nombre, Lucy era la chica que había hablado antes—. Hoy como es vuestro primer jueves universitario no vais a dormir en toda la noche. No se vale marcharse a mitad del juego si no, nos encargaremos personalmente de las consecuencias. Pero antes...

Se agachó y cogió una manguera. La encendió y el agua helada nos azotó de tal manera que pensé que me iba a quedar hecha un cubito. Nada más empezar acabé empapada y helada.

Una chica se acercó a nosotros y comenzó a explicarnos el juego. Mis dientes rechinaban por el temblor que tenía y Bradley no hacía más que reírse de mí. Como me había imaginado, el juego era hacer explotar el globo con un palillo sujetado con los dientes. No se valía usar las manos y teníamos que ir de dos en dos. Conmigo se colocó una chica que no había visto antes por la residencia pero era muy mona. Cuando dieron la señal intentando explotar antes el globo. Cuando éste petó, las dos nos encontrábamos debajo del globo y acabamos enharinadas.

A pesar de que quedé completamente blanca, porque el globo iba repleto de harina, no podía dejar de reírme. Ni tampoco mi compañera.

—Soy Bleu, por cierto—me presenté después de que se nos pasara el ataque de risa.

—Yo Valentina, pero llámame Val. Odio mi nombre —protestó la chica poniendo los ojos en blanco.

El megáfono interrumpió nuestra conversación anunciando que el cambiáramos de lugar. La siguiente actividad que nos tocó hacer fue formar dos equipos, nuestro grupo y el contrario. Tuvimos que lanzar globos de agua. El equipo que ganó fue el contrario ya que nosotros acabamos empapados y sin munición.

Después de haber hecho cinco juegos más, tan solo nos faltaba el último que consistía atrapar una bandera. Para ello formamos dos equipos con todos los residentes. Para llegar a la bandera tuvimos que pasar por obstáculos que, sinceramente, algunos era bastante difíciles de sobrepasar. En esta ocasión, mi equipo logró conseguir antes la bandera.

Mi aspecto parecía más e de un soldado que se ha pasado todo un año luchando sin pasar por una ducha. Estaba llena de barro por haber tenido que arrastrarme por él, parecía que me había tirado a una piscina y por si fuera poco, aun me duraban los restos de harina.

Miré la hora y me di cuenta que tan solo faltaban siete minutos para que fueran las seis de la mañana. Mi cabeza estaba a punto de estallar por la falta de sueño y también por la culpa de la vocecita que hablaba por el megáfono.

—Muy bien chicos. Habéis pasado las pruebas de los novatos. Esto lo hacemos cada año –prosiguió Dante—. Así los recién llegados a esta residencia y que no tienen a nadie socializan y consiguen hacer algún amigo. Por otra parte, también les va bien a aquella gente que, a pesar de tener a alguien o algún grupito de amigos, conocen a más gente. Y recordad que somos como una gran familia. Cualquier cosa podéis acudir a nosotros o a los profesores de cada pasillo. Dicho todo esto... ya os podéis ir a daros una buena ducha, que la necesitáis.

Menos mal que aquello ya acabó. Subí hasta mi habitación con mis compañeros de pasillo sin dejar de quejarnos por la "perfecta" bienvenida. En cuanto estuve en mi habitación me pedí primera para ir a la ducha. No fue fácil de convencer a Scarlett pero al final lo logré.

Me metí directamente con ropa, mojada ya estaba de esa manera conseguí quitar cierta cantidad de mierda a todo mi conjunto. Cuando terminé de todo ya eran las siete de la mañana y en un cuarto de hora tenía que sonar mi despertador y decidí echarme a dormir durante esos minutos.





------------------------------

Hola, siento muchísimo no haber subido ningún capítulo durante todo este tiempo pero hay una simple razón: Los estudios. Cuando empezaron los finales del tercer trimestre no tuve vida y poco tiempo después de acabar estos aparecieron las recuperaciones y subidas de nota. Tuve que recuperar tres (a parte de varias subidas de notas) y me ha quedado solo una para septiembre. En verdad es la primera vez que me queda alguna pero bueno, podría haber sido peor.

Este verano me dedicaré a estudiar para poder aprobar la asignatura y también a hacer un trabajo que me piden para segundo. Así que estaré liada pero seguramente que con más tiempo que antes.

Siento si ese capítulo es más corto que el resto pero no tengo demasiada inspiración y llevo días que me pongo pero lo que escribo no me convence.

No dudéis en votar, comentar y compartir.

Un beso enorme,

Aia, heartbrkrx

La aventura universitaria de BleuWhere stories live. Discover now