Mudblood. [DRAMIONE]

Después de 23 horas.

Habían pasado exactamente 23 horas desde que la guerra había llegado a su fin.

Nadie había comido ni bebido nada.

Nadie había dormido.

Las lágrimas no habían cesado.

Nadie podía ni entrar ni salir de Hogwarts, ya que el ministerio indicó que nadie podía poner un pie fuera del colegio hasta que se terminaran las investigaciones, pero ¿investigaciones de qué? No había mayor ciencia que entender: Voldemort atacó Hogwarts e intentó matar a Harry (como lo había venido haciendo desde el día en el que él nació), no había nada de nuevo en la historia.

Desde que el ataque terminó y todo regresó a "la normalidad" la profesora Macgonagall estuvo recluida en la que fue oficina de Snape, contándole al personal del ministerio como fueron las cosas, dando hasta el más mínimo detalle de lo que ocurrió antes y durante la batalla.

Les hizo un recuento de todos los hechizos que se usaron, de la gente que peleo, de los mortifagos que pelearon y también los que murieron, los estudiantes fallecidos, y no sé cuántas cosas más.

Por mi parte, yo me encontraba sentada atrás de Ron acariciando su espalda en forma de consuelo.

Comencé a recapitular todo lo que había ocurrido los últimos días, cada persona que murió frente a mí. Me puse a pensar si todo esto realmente había valido la pena, si había valido la pena la búsqueda de los horrocruxes, las peleas, las palabras, las muertes...la marca, esa maldita marca que la loca dejo en mi brazo en busca de respuestas.

No pude evitar llorar. Frente a mí estaban tendidos los cuerpos del profesor Lupín, Nymphadora, Colin y Fred. Todos ellos rodeados de personas, llorando su muerte, suplicando su regreso aunque ellos sabían que esto era imposible.

En la esquina del fondo se encontraba Harry, pensativo, en cunclillas mirando detenidamente la varita de saúco como si esta fuese a hablar y darle respuestas.

Me perdí en mis pensamientos, y de pronto Ron volteó a verme, y sin pensarlo dos veces me dio un abrazo y hundió su rostro en mi pecho, era desgarrador verlo de esa forma, no sabía que hacer así que únicamente le devolví el abrazo. Nos quedamos abrazados un buen rato, el suficiente para perder la cuenta del tiempo y quedarnos dormidos.

Al dormir tuve un sueño, un sueño en el que veía a mis padres sentados en la sala de nuestra casa, viendo un extraño programa de televisión que ellos siempre veían, de pronto volteaban a verme, me hacían un gesto y volvían su mirada a la televisión. Pero nada más, no hacían ni me decían nada. Desperté en lágrimas al recordar que nunca volvería a ver a mis padres sin que ellos me miraran como si no supieran de mi existencia.

Cuando me desperté noté que Ron ya no estaba, salí a buscarlo inmediatamente. Lo encontré en la entrada principal del castillo, estaba sentado en el suelo y abrazaba sus piernas como si estas fueran lo único en el mundo.

-Ronald, ¿estás bien?

-Hermione ¿te das cuenta de lo que ocurrió? - hizo una pausa - Voldemort y sus malditas ratas mataron todo lo que quería...Fred está muerto. Mataron a Fred...

-Ron, todo esto acabo. Por fin acabo.

-¡Si Hermione, pero ¿a qué precio?! - gritó poniéndose de pie.

-No tienes por qué ponerte así Ronald.

-Todo esto es su culpa Hermione, todo es culpa de Potter - escupió con desprecio - Fred está muerto por su culpa. Debió entregarse a Voldemort cuando este lo reclamó, debió dejar a mi familia en paz, debió alejarse, alejarse de ti, de mí, de Ginny, de Fred, de George, de todos nosotros.

-Ronald sabes perfectamente que esto no es su culpa, no le busques culpables a todo esto, porque aparte de todo Harry nunca pidió nada de esto. Y sabes perfectamente que si Harry se hubiese alejado como tú mismo lo estás diciendo, tu misma familia lo hubiese buscado y ayudado. Nadie, ni tú hubieses permitido que Harry peleara solo.

-Todo esto es su culpa Hermione.

-No lo es Ronald, tienes que pensar todo esto con la cabeza fría.

-¿Cabeza fría?, Hermione ¡Acaba de morir mi hermano! ¡Mi madre está ahí, adentro llorando desconsoladamente la muerte de mi hermano! ¿¿Cómo quieres que tenga la cabeza fría así?!

-Te entiendo Ronald, sé perfectamente cómo te sientes - le dije abrazándolo, tratando de demostrarle mi apoyo.

-¿Me entiendes? ¿En serio? - me contestó alejando mi cuerpo del suyo.

-Si Ronald, perfectamente.

-¿Tú que vas a saber de perder a alguien?

-Perdí a mis padres Ronald, los perdí y siguen con vida.

-¿Tus padres? Ellos no son más que simpes Muggles que no son importantes.

-¿Qué acabas de decir Ronald?

-Eso, que tus padres son unos asquerosos Muggles que si mueren o no, no tiene la mayor importancia.

-Ronal...

-Y ¿sabes qué? - me interrumpió - Lo que ocurrió en la cámara de los secretos es mejor que lo olvides, no quiero nada contigo. No quiero nada con una maldita sangre sucia como tú.

Se marchó dejándome ahí, sin habla ante sus palabras.

Estaba en claro que se sentía mal, pero ¿realmente era necesario sacar su furia lastimando a los demás?

Por un momento pensé en seguirlo y tratar de tranquilizarlo antes de que entrara nuevamente al gran comedor, o peor aún se encontrara a Harry en el camino y cometiera una locura...pero el dolor que me causaron sus palabras fue más fuerte que cualquier gana de querer ayudar.

Me tire al suelo y abracé mis piernas, justo como estaba Ron antes de nuestra discusión y comencé a llorar.

Había sido nombrada sangre sucia por mucho tiempo, por personas crueles y déspotas como Draco Malfoy o sus amigos, pero nunca por un amigo, menos por Ron. Y que fuera Ron el que me lo dijera era lo que me dañaba, porque yo lo amaba, estaba muy enamorada de él.

De pronto sentí como alguien se sentaba a mi lado, rogué desde mis adentros que fuera Ron y estaba esperando a pedirme una disculpa por su comportamiento.

Espere por unos minutos a que Ron dijera algo, pero como no sucedió, levanté la mirada para preguntarle si todo estaba bien, pero para mi sorpresa me topé con alguien más, con la última persona que me imagine que estaría ahí sentada.