Creencias Muggles.

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Tocaron a mi puerta, no respondí. No quería ver a nadie, seguramente era Harry, era el único que se había quedado ahí por las vacaciones.

Volvieron a insistir.

Insistieron al menos 4 veces más hasta que la quinta vez entraron sin mi consentimiento.

-Hermo... ¿estás bien? – reconocí inmediatamente la peculiar voz de Draco.

-Draco, quiero estar sola ¿sí?

-Hermo, perdona, no sabía qué te pondrías así. Ayer en la noche parecías tan segura...no quiero que pienses que me aproveche de ti, no estabas ebria ni nada por el estilo, aparte yo no podría hacerte algo así...yo te quiero Hermo, no haría nada que te dañara.

-Lo sé Draco, es sólo que... -lleve ambas manos a mi rostro y trate de ocultar las lágrimas en ellas.

-¿Te hice daño? –preguntó preocupado.

-¿Sabes que le prometí a mi madre ser virgen hasta el día en el que me casara? Es una creencia Muggle y se lo había prometido...era lo único que me quedaba de mi madre, esa promesa y la rompí –no pude más y rompí en llanto nuevamente.

Draco solamente se limitó a abrazarme, sin decir nada, pero se lo agradecí porque no quería hablar con nadie ni explicar nada en esos momentos.

Pasaron los minutos...una hora, hasta que me sentí capaz de levantarme de aquel abrazo.

-Llora lo que tengas que llorar Hermo, sácalo. La muerte de una madre debe ser un sentimiento horrible...sácalo.

¿Muerte? ¿De qué hablaba?

-Mi madre no está muerta –lo miré confundida.

-No entiendo –movió sus cejas con confusión -¿entonces?

-Mis padres no me recuerdan –me pare del suelo y abrí la ventana esperando que el aire limpio me ayudara a disfrazar mis lágrimas.

-¿Cómo...? – Hizo una pausa – Oh...ya lo recuerdo, lo dijiste el día de la entrevista con los monos del Ministerio.

-Fue lo mejor.

-¿Los extrañas mucho?

-Muchísimo...Desde que todo terminó he estado buscando un hechizo que me diga cómo regresarles la memoria y cómo lograr que nuestras vidas vuelvan a ser las mismas.

-¿Recuperarlos haría que ya no estés triste?

-Recuperarlos me regresaría a la vida Draco...

-¿Ellos siguen en Londres?

-No, se mudaron a Australia. Creí que entre más lejos estuvieran, mejor estarían.

Draco se quedó sentado en mi cama, mirándome detenidamente. Era obvio que no tenía palabras para apoyarme, lo entendía, era lógico, él no sabía nada de eso.

-Hermo, ¿quieres hacerme un favor?

-Dime –contesté.

-Prepara una maleta, con algunas cosas tuyas, no mucho, no creo que tardemos. Ahora vuelvo, no me tardo más de una hora.

Se acercó a mí y medio un beso corto en la comisura de mis labios.

Desconcertada comencé a guardar un poco de ropa en una maleta, no entendía a donde había ido Draco o porqué me había pedido aquello.

Una hora más tarde Draco llegó con una pequeña maleta y con una gabardina negra.

-¿Lista?

-¿Para qué?

-Para irnos de vacaciones.

-Firme en la hoja que me quedaría...

-¿Crees que soy un idiota? Ya borré los nombres, vámos.

-¿A dónde?

-¿Confías en mí? –me dijo mirándome a los ojos y tomando su maleta y la mía con la mano derecha.

-Sólo quiero saber a dónde vamos.

-¿Confías o no?

-Si...

-Toma mi brazo.

Seguí sus indicaciones y tome su brazo izquierdo, y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos fuera del castillo.

Admiré aquel lugar, era muy hermoso pero bastante caluroso, no sabía en donde estábamos exactamente, pero era obvio que no estábamos en Londres porqué en esta época del año Londres era un hielo flotante.

-Hace más calor del que imaginé –dijo Draco quitándose su estorbosa gabardina negra.

-¿Dónde estamos?

-Ahora te digo...sólo déjame encontrar lo que vine a buscar.

Draco me jalo a una calle en donde no circulaba la gente, sacó de su maleta un pedazo de pergamino y susurró un hechizo que no logré entender. De pronto, como si se tratara del mapa del merodeador, se apareció toda la información del lugar. Volvió a susurrar algo y al encontrar lo que estaba buscando lo guardo nuevamente.

-¿Tienes dinero Muggle?

-Sólo tengo unas libras...

-Creo que es mejor que nos aparezca, toma mi brazo de nuevo.

-Draco, ¿qué hacemos aquí? ¿Dónde estamos?

-Solo toma mi brazo, después haces las preguntas.

Tomé nuevamente su brazo y aparecimos frente a una pequeña casa de dos plantas, tenía un jardín delantero lleno de lavandas, la flor favorita de mamá.

De pronto todo comenzó a hacer sentido, lugar caluroso, lavandas, el color de las cortinas que colgaban de la ventana.

-¿Por qué me trajiste aquí?

-Te traje a que recuperes lo que es tuyo.

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Hello hello! ¿Cómo están? Es el último viernes de mudblood del 2016, esto es sumamente emocionante, gracias a su apoyo en menos de 6 meses hemos logrado ser el número 984 en fanfiction, estoy muy emocionada esto es gracias a ustedes.

Por faor continuen compartiendola, votandola, leyendola y diciendome que les gusta y que no, sus comentarios siempre son importantes para mi.

No sé si mañana podrpe subir capítulo, por eso les propongo que si esto llega a 10 votos y 10 comentarios subo el próximo hoy mismo o mañana por la mañana como regalo de fin de año!

Las quiero, nos seguimos leyendo.

Mudblood. [DRAMIONE]Where stories live. Discover now