Capítulo | 47

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SARA

Tomé otro sorbo de la bebida mientras miraba a todo tipo de persona disfrutar de la fiesta que está montada en casa de uno de los amigos de Lucas.

Estoy entre sus piernas mientras una de las manos de él agarra mi cintura y con la otra bebe de vez en cuando de su bebida.

— ¿Quieres irte?—Pregunta en mi oído y niego con la cabeza. —Sólo dí cuando quieras irte. —Dice y ésta vez asiento.

—Lucas. —Una chica se para enfrente de nosotros y me mira de arriba abajo para luego sonreírle a Lucas.

—Viviana. —Dijo algo incomodo, me deshice de su brazo y me acerqué a Nicole la cual estaba al lado mío mientras yo le daba la espalda a Lucas.

— ¿Esa perra?—Preguntó.

—Ni idea. —Rodé mis ojos para luego ver a Nicole con los de ella abiertos, me volteo y lo que ví no me gustó para nada.

Mi mano cobró vida y agarré el cabello de la perra esa jalándolo para atrás y tirándola al suelo.

— ¡Unos segundos te dejo con él y te lanzas como una perra, como lo que eres!—Le grito furiosa.

La muy perra se había pegado a MI NOVIO y en lo que había girado para hablar con Nicole ella quiso besarle mientras éste la alejaba de él.

— ¿Quién te crees que eres, puta?—Preguntó levantándose del suelo, mi cara se giró al sentir una mano estrellarse contra mi cara.

—Uhh....Chica equivocada. —Escuché decir a Nicole detrás de mí.

—Exacto.

No esperé mucho y me tiré encima de la golfa haciendo que cayéramos al suelo las dos, pero yo encima de ella. Intentó arañarme con sus uñas postizas al igual que su cabello, pero no lo logró muy fácil. Le dí un par de bofetadas, sintiendo como la adrenalina corría encima de mí.

Sentí como me levantaban en brazos mientras la perra gritaba porque tenía su cabello en mi mano...digo, sus extensiones.

Ví el trasero de Lucas, lo que significaba que estaba encima de su hombro.

Me desmonté con una maniobra y volví a donde la animal ésta, la cual estaba gritando en el suelo, volví a lanzarme encima de ella y una de sus amigas tan falsa como ella, se acercó y me arañó con lo que pude identificar que era un cuchillo...esperen... ¡Un cuchillo!

Volví a levantarme y a ésta le metí un puño entre su nariz operada y otro en su estomago para dejarla inconsciente, lo cual había logrado fácilmente. Me giré para volver a encarar a la perra, pero ya no estaba... sentí explotar todo dentro de mí y le pegué otro puñetazo a la que estaba en el suelo.

De nuevo fui levantada en los aires y ésta vez no me resistí, aunque ganas no me faltaron. Sentí como me dejaban de nuevo en el piso y comencé a caminar en círculos.

Mejor que esa perra se cuide, porque si logro encontrarla le partiré la cara para que cuando tengas hijos ellos se avergüencen de ella...no, mejor no, mejor le exploto las tetas de silicona tan falsas como ella y dejo que se muera de cáncer.

Choqué con algo duro dejando mis pensamientos macabros de lado y me tambaleé agarrándome mi nariz, pero los brazos de Lucas fueron más rápidos y no me dejaron caer.

—Hey fiera, tranquila. —Dijo con voz demasiado calmada.

—Cuando le dices a una mujer que se esté quieta, solo logras...—Me tragué mis palabras cuando sus labios tocaron los míos.

Agarré su cuello y lo pegué más contra a mí, devoré sus labios para quitar ese intento de beso contra los labios de MI NOVIO, porque todo él es Mío.

—Será mejor que vayamos a casa.

—Espera, aún quiero partirle su cara. —Mis manos se volvieron puños a cada lado de mi cuerpo.

—Déjalo ir nena, Vamos. —Tomó mi mano y me ayudó a entrar al auto.

Aceleró el auto cuando entró en éste y dejé mi cabeza reposar contra el asiento, un dolor punzante se hizo presente y me quejé.

—Estás cortada. —Se paró en un semáforo y se quitó la ramera para tendérmela. —Llegaremos a casa rápido. —Asentí y la tomé poniéndola en mi brazo.

Bueno, la cosa estaba mejor así, tenía un espectáculo en vivo de su vientre bien formado, giré mi cabeza para poder ver mejor todo.

El auto se detuvo y salí de él para esperar a Lucas afuera, cuando salió me abrazó a su torso desnudo y besó mi cabello.

Entramos al departamento de Lucas y tiró las llaves en cualquier lugar de la sala.

—Iré por algo para curarte eso. —Asentí y me senté en el mueble. A los pocos segundos ya él se encontraba a mi lado. —Esto va a dolerte.

—Eh soportado cosas peores. —Cerré los ojos y apreté mis dientes cuando sentí el ardor del alcohol contra mi piel. — ¡Ahh!—Me quejé.

—Ya está. –Dijo dejando el algodón lleno de sangre encima de la mesa, vendó con una liga el brazo y recogió todo para luego desaparecer de la sala.

Sonreí al recordar cómo me había defendido por solo querer tocar lo que es mío como si de una mamá osa celosa se tratase. ¿Pero que puedo decir? Así somos las mujeres de cuidadosas.

Lucas regresó y se sentó a mi lado y me atrajo para quedar encima de él, acarició el brazo adolorido con mimos, yo solo escondí mi rostro en su cuello, en mi lugar favorito por que así puedo respirar su aroma.

—No sé si decirte esto está mal, pero....Nena, te ves jodidamente caliente peleando. —Sonreí contra su cuello y lo mordí. —Está bien, ya no digo nada.

— ¿No estás enojado?—Pregunté luego de un rato de silencio.

— ¿Acaso debería? Esa chica se mereció una buena tundra por haber tocado lo que es tuyo.

— ¿Lo que es mío?—Pregunté tratando de sonar confundida.

—Sí nena, porque yo soy todo tuyo.

— ¿Con que todo mío?—Pregunte saliendo del escondite de su cuello.

—Sí nena, todo tuyo, así como solo tú eres solo mía.

—Toda tuya. —Me acerqué a sus labios y los besé para luego separarme y besar su pecho.

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Amada mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora