El Invierno Tiene Nombre

2. Hail HYDRA

Advertencias: menciones y descripciones de tortura. Sexo heterosexual (esto son solo cuatro líneas y no es nada muy explícito).

Nº de palabras: 3513

Sinopsis: ¿Qué le pasó a Steve tras la caída? HYDRA pasó...

Lo primero que nota es el frío. Lo segundo, el dolor. Cada centímetro de él grita afligido. Le lleva un momento, pero al final recuerda lo que ha pasado. Recuerda a Bucky estirándose para alcanzar su mano, la caída y después, nada. Steve apenas es capaz de levantar la cabeza para mirar a su alrededor, viendo nada más que nieve. Permanece ahí, sin poder moverse por lo que parece un día. Steve era devoto antes de unirse al ejército, así que no es ninguna sorpresa que rece cada hora por que Bucky, Peggy o los Comandos lo encuentren y se lo lleven a casa. Pero como muchas otras veces, sus plegarias no obtienen respuesta.

Steve puede oír los pasos dirigiéndose hacia él. Las voces que suenan son estrictas y alemanas. Una sensación de aprehensión comienza a florecer en su pecho; HYDRA. Preferiría morir antes que ser capturado por HYDRA, siendo esa la forma en que lo encuentran los agentes, tratando de quitarse la vida. Reza por la muerte, pero una vez más, sus plegarias no son respondidas.

Hay seis hombres fuertemente armados y un doctor rodeándolo. Puede notar los brazos de los hombres envolviéndose bajo los suyos para recogerlo y llevárselo. Ninguno de los soldados se encoge siquiera cuando deja salir un grito a causa del dolor por el que su cuerpo está pasando. La mayoría de sus huesos están rotos, pero el médico aseguró que estaría bien hasta que lo llevaran a la base.

Se las arregla para mantener la consciencia durante otros veinte minutos antes de rendirse finalmente y dejar que su mente vague a la deriva por la negrura.

[...]

Hay gente enredando alrededor de él. Escucha con debilidad sus conversaciones murmuradas y sus pasos en el suelo. Al despertarse, no ve nada excepto luces brillantes. ¿Por qué hay tanta luz? ¿Y por qué hace tanto frío? Eso es algo que Steve ha empezado a preguntarse cada vez más. ¿Por qué siempre está todo frío?

Las voces de su alrededor se funden en silencio a la vez que siente que todos los ojos están posados en él. Es algo que pasa sólo durante un breve instante antes de que todo el mundo se mueva con velocidad y haya gente dando órdenes a diestro y siniestro. Los sonidos son ensordecedores, las luces, una presión en sus ojos y su cuerpo está devastado por el dolor. Tan sólo pasan unos momentos antes de que el soldado se funda de nuevo en la oscuridad.

[...]

Steve está mucho más alerta la segunda vez que se despierta. Es capaz de abrir sus ojos por completo para analizar la habitación en la que se encuentra; parece ser una especie extraña de consulta médica. Nota que está atado a una silla incómoda que suele utilizarse en operaciones quirúrgicas.

―Bienvenido de vuelta, Capitán.

―¿Quién cojones eres tú? ―escupe, incapaz de darse la vuelta para ver al hombre que está hablando.