11. Esto No Tiene Porqué Terminar En Una Pelea (Parte 1)

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Advertencias: sexo homosexual explícito del tipo Dominate/Sumiso (aunque no es algo muy extremo). Si eres del tipo de personas que no disfrutan mucho de leer escenas como esa, no te preocupes, voy a dejar claro cuando esa escena empieza y acaba, separándola del resto del texto aunque no tanto como con los cambios de una escena a otra.

Nº de palabras: 7134

Sinopsis: el mundo descubre que Steve Rogers era el Soldado de Invierno. O, capítulo en el que el equipo deja ver lo increíble que es y el General Ross puede chuparla. 





El otoño siempre ha sido una de las épocas preferidas de Bucky. Para él, significaba un cambio de hojas y una nueva apariencia para el mundo que lo rodeaba. Desafortunadamente, antes de la guerra también significaba que Steve era más propenso a contraer algún tipo de virus u otra enfermedad. Nunca salía mucho durante el otoño antes de la guerra por el simple hecho de que estaba ocupado cuidando de Steve. Desde que se despertó en el siglo veintiuno, Bucky se ha asegurado de salir y explorar el mundo a su alrededor, observar a las hojas cambiando y admirar la belleza que lo rodea. Se ha convertido en una de sus tradiciones favoritas y quiere compartirla con Steve, razón por la que planea llevar a su mejor amigo al MET (Museo Metropolitano de Arte).

Bucky sabe que Steve ha estado encerrado en la torre desde que se deshicieron de la programación de HYDRA. El rubio no quería salir hasta que se sintiera lo suficientemente seguro como para no tener un lapsus y herir a nadie. Han pasado unas cuantas semanas desde el incidente con Clint, pero Bucky cree que Steve está listo para salir y ver el mundo, ¿y qué mejor sitio para un amante del arte que un museo dedicado a ello? Pone su pequeño plan en marcha al repartir besos por el cuello y pecho de Steve mientras lo despierta de una noche libre de pesadillas. Después, el castaño le prepara a su chico un desayuno abundante lleno de huevos, salchichas, bacon y tostadas. Cuando terminan de comer, le dice a Steve que se vista con la ropa que le ha dejado en la cama y que se ponga presentable. También insiste en que se encuentren en el salón en cuanto termine.

Steve entra al salón quince minutos más tarde y el cerebro de Bucky sufre un cortocircuito al ver a Steve en pantalones de vestir y una camisa, viéndose como un verdadero regalo de Dios. Se queda ahí de pie, mirándolo con la boca abierta como si quisiera decir algo pero su función motora no estuviera sincronizada todavía con su cerebro.

―Um, ¿me veo bien?

―Sí, Stevie. Estás perfecto. ―Todavía lo está mirando cuando ve una pizca de rojo teñir las mejillas de Steve. Si esa no es una de las cosas más bonitas que ha visto, entonces no sabe lo que es.

―¿Por qué has hecho que me vista de esta manera?

Bucky camina hasta él, entrelazando sus manos con las de Steve y mirando directamente a esos maravillosos ojos azules mientras habla: ―Steven Grant Rogers, ¿te gustaría tener una cita conmigo?

Ahora es el turno de Steve de mirarlo asombrado, sin poder creérselo. Nunca antes le habían pedido tener una verdadera cita. Sí, antes de la guerra Bucky le hacía pegarse a él en sus citas o encontraba a una chica para que fuera con Steve, pero nunca le habían preguntado de manera formal. Y aquí está Bucky, mirándolo con tanto amor y sinceridad que hace que su corazón quiera explotar de felicidad. Sabe que no se merece a Bucky ni ninguna otra forma de amor, pero por una vez va a ser egoísta y a aceptar este regalo de amor que Bucky le está confiando.

―Sí ―es todo lo que puede decir en ese momento.

Bucky sonríe ampliamente como respuesta y atrapa a Steve en un fuerte abrazo.

El Invierno Tiene NombreOù les histoires vivent. Découvrez maintenant