3. Vengadores, ¡Reuniros!

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Advertencias: ¿La violencia típica que se ve en las películas? (¿Cuenta eso siquiera como advertencia?)

Nº de palabras: 3560

Sinopsis: Bucky se ajusta al nuevo mundo. Oh, y también hay alienígenas del espacio exterior.




Ha pasado un año desde que Nick Furia le informó de que había estado dormido en el hielo durante setenta años. Era mucho lo que tenía que asimilar; su vida entera ha desaparecido y se supone que ahora tiene que actuar como si estuviera bien. Bucky está muy lejos de sentirse bien. Perdió su brazo, a su familia, a sus amigos, a Peggy, a los Comandos y a Steve. Perdió a Steve. Esa ha sido el aspecto más difícil de entender en su nueva vida. Tiene que vivir sin Steve.

La pérdida de su brazo fue algo impactante también. Bucky ni siquiera se dio cuenta de ello cuando se despertó por primera vez en la imitación de una sala de recuperación en SHIELD. De hecho, no lo notó hasta que el momento en que estuvo hablando con el Director Furia en las calles de Nueva York. Fue a lanzarle un gancho izquierdo al hombre y por poco no mata a alguien cuando no sintió el movimiento de su brazo. No tenía brazo para mover; el choque de avión en 1944 se lo sesgó. El hielo mantuvo cualquier infección a raya y SHIELD se aseguró de curar correctamente la herida mientras él estaba ocupado jugando a ser la Bella Durmiente.

Lleva yendo al gimnasio cada día desde que se despertó del hielo. Es su único escape del nuevo mundo a su alrededor. Es la única forma que tiene de expresar cómo se siente sobre todo lo que ha perdido. Cada día va a través de un grupo de siete sacos de boxeo y todos y cada uno de ellos terminan de la misma manera: rotos, a pedazos en el suelo. Si fuera honesto consigo mismo, reconocería el simbolismo que hay en eso. Hoy no es diferente. Bucky entra al gimnasio y se venda la mano humana valiéndose de su recién adquirido apéndice; cortesía de Tony Stark. Una vez que se siente cómodo con el vendaje de su mano, se acerca al saco de boxeo, se pone en posición y empieza a apalear al pobre saco hasta que sale volando por la sala. Su sérum podrá no ser tan fuerte como lo era el de Steve, pero sigue siendo suficiente para partirle la cara a alguien si se ve obligado a ello.

Bucky acaba de romper el primer saco cuando oye por detrás a Nick Furia entrando en el gimnasio. Endereza su postura, ensanchando los hombros como el buen soldadito que es, o mejor dicho, era. Ya no sabe lo que es. Bucky no está seguro de ser un hombre, un soldado, un monstruo, o alguna combinación de las tres. Nadie, Furia incluido, necesita saber que cada vez que golpea el saco, imágenes y recuerdos de su vida pasada aparecen tras sus ojos, reproduciéndose como una película en su cabeza. Ya nada de eso merece la pena. Todo lo que importa es aparentar fuerza para que todo el mundo la vea y es exactamente lo que hace cuando se da la vuelta para enfrentar a Furia.

―¿Problemas de insomnio?

―He dormido durante setenta años, señor ―afirma al mismo tiempo que comienza a golpear el saco de boxeo nuevo que ha colgado―. Creo que tengo el cupo cubierto.

Un chasquido alto y resonante llena el ambiente cuando Bucky da un puñetazo muy fuerte.

―Entonces debería estar fuera celebrando, viendo el mundo.

Bucky detiene su asalto al saco el tiempo suficiente para ver el expediente que el otro hombre sostiene entre sus manos. Dejando salir un resoplido molesto, empieza a quitarle la venda a su mano, sabiendo que no va a lograr quitarse su frustración de encima en paz.

―Cuando me hundí, el mundo estaba en guerra. Al despertar, me dicen que ganamos, pero no dicen lo que perdimos.

Pensamientos sobre Steve corren por su cabeza con la palabra «perdimos». Nadie sabe lo que perdió durante la guerra y no le importa a nadie más que a él mismo.

El Invierno Tiene NombreWhere stories live. Discover now