Capitulo 5

136 15 5
                                    

        Mi sonrisa duro tan poco como lo que duro el viaje del ascensor. Un dolor olvidado se instalo en mi pecho, como hace mucho no se hacia presente. Eso fue suficiente para alarmarme, mas de lo que ya me encontraba, iba a poner sobre la mesa todas las herramientas que poseía para alejar estos sentimientos equívocos que por nada del mundo eran bienvenidos.

  Hoy saldría de nuevo, a un bar. A donde me fuera posible desahogarme. Solo debía conseguir alguna de mis amigas para que me acompañe y me escuche, luego no volvería a hablar del tema. Unas copas y charla, parecía un buen plan. 

  Ya en el auto agarre mi teléfono y le marque a Tabata, seguro no me diría que no a otra salida y tampoco me juzgaría.  Después del segundo tono, contesto: 

-Amberrrr, por fin apareces cariño.

-Tab necesito que salgamos, ¿te parece si te recojo en un rato por tu edificio?

-Wow, dos noches seguidas, algo muy malo debe estar pasando... Claro que sabes que iré contigo cariño.

-Bien, ahora te en un rato estoy por allá.

   Luego de manejar hasta lo de Tabata, me había tranquilizado un poco pero el estúpido dolor de mi pecho persistía en quedarse ahí. No eres bienvenido le gritaba mentalmente apretando mis dientes al punto de hacerme daño. Genial, ahora lidiaba con un dolor tratando de ahuyentarlo con palabras. Esto se salia de mis manos.

  Subí al piso de mi amiga, entre sin tocar ya que tenia la llave como ella la del mio.

-Tabbbb, ¿ya estas?

-Si, ahora voy Am, solo un minuto. Esta bomba no puede buscar presas así nomas.

-¡Oye! Esto va a ser una noche de chicas, necesito descargarme. Nada de hombres. Creo que cada día los odio mas.

-¡Oh por dios! Ojala nadie te haya escuchado porque ofenderías a la humanidad y al buen sexo que dan algunos... pero me gusta que por fin quieras descargarte. Sabes que aunque te hagas la super mujer, lo necesitas cachorra.

-Si.. lo se.-dije en un tono apenas perceptible- Apúrate, ¿si? Nos quiero hacer esperar a  esas margaritas que nos esperan en el bar.

- Un minuto mas, lo juro que ya casi termino- Con Tab un minuto mas eran horas. 

  En estos momentos entendía a los hombres cuando se quejaban de tener que esperar por nosotras cuando abusábamos de "ya casi estoy lista". 

-Bien, ¿nos vamos cachorra?- era nuestra forma de decirnos, nunca después de tantos años las 4 juntas la habíamos perdido.

-Claro.

       Una horas después

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

       Una horas después... Ya en el bar, con unas margaritas encima y sintiendo que me habían quitado un peso de encima, le había contado absolutamente todo con detalles a Tabata. Quizás era eso lo que mas me atormentaba, el guardarme todo solo para mi.

Reviviendo sentimientosWhere stories live. Discover now