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Zayn no había visto a Liam desde aquel día en el que dijo que no eran amigos. El castaño había terminado su sandwich en completo silencio -algo raro en él- y luego se fue, dandole a Zayn un simple gracias. Habían pasado dos días desde entonces y el morenito estaba un tanto gruñón.

Pero no por lo que pasó con Liam. No, por supuesto que no.

Él sólo estaba gruñón porque... su mami no le compró pinturas nuevas, eso no tenía nada que ver con el niño castaño.

El recreo había empezado hace cinco minutos y el aula ya estaba vacía. Zayn no tenía hambre, ni tenía ganas de seguir leyendo su libro nuevo y tampoco quería dibujar. Había dejado caer su cabeza entre sus brazitos, sobre su pupitre, mientras se mecía ligeramente al mover su pierna.

—¡Ya dejenme!.

Los gritos de los niños jugando en el patio eran lejanos, por lo que no fue difícil para Zayn escuchar el agudo grito en el pasillo. Él pudo haber seguido ahí, sentado sin hacer nada, si no fuera porque reconoció esa voz. Había salido un poco más aguda de lo normal, pero él sabía a quién pertenecía.

No se escuchó mucho, a excepción de algunas risas bajas; se puso de pie y empezó a caminar en silencio hacia la puerta del salón. Zayn no lo admitiría nunca, pero rogaba estar equivocado, que no fuera quien creía y no fuera lo que imaginaba estaba pasando.

Su estomaguito se revolvió y se sintió extraño cuando vió a Liam en el piso con sus rodillas contra su pecho mientras tres niños lo rodeaban.

—¿Tienes miedo? —el niño más alto preguntó en un tono de voz burlón.

—Ya dejame, Marcus —Liam respondió, su ceño fruncido y sus labios gorditos formaban una mueca de fastidio —Ya te di lo que querías.

—Aw, el bebé quiere llorar —el rubio se burló —Liam es un bebito que quiere a su mami.

El ceño de Zayn estaba tan fruncido y sus dientesitos tan apretados que le dolían. El tal Marcus estaba inclinado hacia adelante, murmurando insultos hacia Liam, mientras que los otros dos niños tenían entre sus manos un pequeño bolso de Batman y comían lo que este contenía.

Zayn miraba a Liam cerciorandose que estaba bien y luego miraba al reloj de pared sobre el pizarrón, esperando que el recreo terminase pronto o que alguna maestra apareciese en cualquier momento.

—Estas galletas están feas, tu mamá no sabe cocinar. —Zayn escuchó a uno de los niños que comía el almuerzo de Liam hablar.

—¡Eso no es cierto! —Liam gritó, sus labios fomaron un puchero pero su ceño denotaban enfado.

Zayn hizo una mueca pero no se movió, azomó su cabeza hacia las puertas que llevaban al patio —con cuidado de no ser visto— por si alguna persona se dignaba a aparecer pero nada.

Un chillido lo hizo volver su vista a la escena, justo cuando el tal Marcus tomaba a Liam del cuello de su pequeña camisa a cuadros y lo levantaba del suelo para golpear su espalda contra la pared. Zayn no sabe que lo poseyó, él no se consideraba un niño violento, pero en cuanto vió que Liam iba a ser golpeado, corrió hacia ellos y con toda su fuerza empujó al rubio lejos de Liam. El niño trastabilló y cayó sobre su trasero de forma brusca.

—¡Déjalo! —Zayn gritó, sorprendiendo a todos e incluso a si mismo. Él nunca elevaba la voz o bueno sí, sólo cuando estaba en casa y sus hermanas lo molestaban, pero nunca en la escuela.

La adrenalina recorría su pequeño cuerpesito y respiraba agitado mientras miraba al niño en el piso. Marcus se puso de pie inmediatamente e intentó empujar a Zayn, ganandose un rápido y fuerte golpe en la nariz que lo hizo sangrar al instante.

Un jadeo escapó de los labios de Liam y los otros niños al ver la sangre correr y escuchar a Marcus llorar. Los ojitos avellana de Zayn estaban abiertos al máximo, quería disculparse y a la vez quería salir huyendo. Él nunca había golpeado a nadie, su papi le advirtió sobre eso, sus clases de Krav Magá no servirían para dañar a los demás, eran solo parte de la tradición familiar. Él estaba en problemas ahora.

Observó como los otros dos niños tomaban al rubio y se lo llevaban en dirección al patio. Zayn suspiró volviendo su vista a Liam, quien había vuelto al piso y estaba nuevamente abrazando sus rodillas.

—¿Es- Estás bien? —el peli-negro preguntó suavemente, no lo admitiría tampoco, pero estaba preocupado de haber asustado al más pequeño.

Liam asintió, sus ojitos miel brillaban y su labio inferior estaba más rojo de lo usual. Zayn se acercó y con duda extendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie. El castaño pestañeó un par de veces antes de tomarla, logrando que Zayn le sonríera ligeramente. Ese simple hecho hizo a Liam sonreír tambien y se dejó llevar por Zayn hacia el salón de clases de este, el peli-negro lo sentó en su pupitre y le tendió una cajita de jugo de uva.

—Gracias. —Liam susurró.

—¿Él te lasmtimó? —Zayn preguntó, sus ojitos inspeccionando a detalle el cuerpo del menor en busca de alguna herida.

—Marcus nunca me ha golpeado, —respondió, sus manitos nerviosas jugaban con la cajita y su vista no dejaba el piso —Estoy bien, Zaynie.

El morenito sintió nuevamente —y después de dos días— ese molesto tirón en su barriguita, pero decidió ignorarlo, secretamente preocupado por el niño frente a él. Iba a volver a preguntar algo, pero fue interrumpido por una voz a sus espaldas.

—¡Fue él! —uno de los niños que acompañaba a Marcus gritó apuntando a Zayn.

—¿Zayn? —Miss Galia llamó, él sólo giró para devolverle la mirada, sabiendo lo que le esperaba —Acompañame a dirección, por favor.


*****
Okay, he sufrido para hacer este intento de capitulo y ni siquiera quedó como quería :(

Quiero dar las gracias a las personas que me siguen, llegué a los 300 seguidores y lo noté recien lol

Felíz Cumpleaños al gordito precioso y felicidades tambien a las LiamG ♡

Todo el amor, ragazzi xx.

Don't Talk to Me  »ziamWhere stories live. Discover now