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El pequeño Zayn estaba sentado en el alfeizar de la ventana de su habitación, mirando hacia el patio trasero de su casa y el oscuro cielo nocturno. Había pasado toda el día encerrado, desde que su mamá fue por él a la escuela. Zayn se había rehusado a hablar luego de que la directora le llamara la atención por haber roto la nariz de Marcus. Su mamá se había molestado con él y lo había enviado a su habitación hasta la hora en la que su papá llegara del trabajo.

Y eso, probablemente, significaría un gran problema para él

—¿Zayn? —una de sus hermanas llamó a la puerta, antes de azomarse por la misma —Papá llegó, te esperamos para cenar.

El morenito asintió sin despegar su mirada de la ventana, Waliyha se fue y él suspiró. Su papá era bastante comprensivo la mayoría de las veces pero también era muy estricto cuando tenía que corregirlos, ahora él no sabía qué esperar y saber que su mami tambien estaba molesta no ayudaba.

Se puso se pie y acomodó su ropa antes de caminar fuera de su habitación. Las voces de su familia se oían bajas mientras descendía las escaleras con cuidado. Estaban sentados todos en el comedor, la mesa ya estaba puesta pero su madre aun no servía la cena.

—Buenas noches —él saludó bajito, su labio inferior siendo torturado por sus dientes.

Su padre elevó la vista de lo que Safaa -la hermana pequeña de Zayn- le mostraba, para dedicarle una suave y pequeña sonrísa.

—Hola, Zayn —Yaser saludó, señalando la silla a su lado —Te estabamos esperando.

El morenito caminó hacia donde su padre le había indicado, bajo la atenta y curiosa mirada de sus dos hermanas. Waliyha -la mayor- parecía divertida con su desgracia, mientras que Safaa -la que iba después de Zayn- lo miraba con una pequeña sonrísa, parecía que ella no estaba al tanto de lo que pasaba.

Una vez Zayn estuvo sentado, pudo notar el ruído proveniente de la cocina, en donde suponía estaba Trisha. Su padre terminó de bromear con Safaa antes de centrar su completa atención en él, cosa que lo hizo retorcerse un poco sobre su asiento. Pero Zayn era un tanto orgulloso y no iba a dejar que su padre notase lo nervioso que estaba, así que con sus cortos nueve años y su mejor rostro estoico se quedó ahí, haciendo frente a lo que él iba a decirle.

—Entonces —el Malik mayor empezó, estirandose un poco sobre su asiento —¿Qué tal la escuela, campeón?.

—Bien. —el pequeño se encogió de hombros.

—¿Algo nuevo?.

Zayn lo pensó por unos instantes, él sabía que su padre apreciaba la sinceridad, suponía que no sería tan malo si él decidía contarle, aunque sabía que su madre ya lo habría puesto sobre aviso.

—Yo uh- hoy yo... —Zayn frunció el ceño y tragó saliva, no le gustaba tartamudear —Yo golpeé a un niño.

Una de las tupidas cejas de Yaser se elevó y acomodó sus codos sobre la mesa para entrelazar sus manos y mirar a Zayn con interés. Él nunca había tenído problemas con Zayn, su hijo era un buen chico y él podía presumir que se debía a la buena crianza que se había esforzado en darle.

—Vaya, eso es nuevo. —él dijo mientras acariciaba su labio inferior, hábito que Zayn empezaba a copiar en algunas ocasiones —¿Por qué lo hiciste?.

Zayn no respondió, desvió la mirada de su padre a la servilleta a un lado de su plato vacío. No sabía cómo contarle lo sucedido, sabía que si lo hacía tenía que hablarle sobre Liam y entonces ellos harían un gran revuelo sobre eso y él no quería.

Don't Talk to Me  »ziamOù les histoires vivent. Découvrez maintenant