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Zayn, 16 años.



Liam parecía caminar sobre una nube a la mañana siguiente. Él nunca había sido un chico mal humorado, pero esa mañana parecía no poder dejar de sonreír. Su madre lo notó, por supuesto y su padre tambien, él sólo se había encogido de hombros y— Vivir ya es lo suficientemente bueno, había dicho y ¿de dónde salió eso? No tenía idea. Karen y Geoff habían reído y asentido a las palabras de su hijo.

La sensación lo había acompañado todo el camino hasta la escuela e incluso cuando llegó a esta abrazó a Harry en cuanto lo vió y le dió un par de vueltitas en el aire.

—¡Liam! —el rizado chilló golpeando al castaño en el pecho —¡Bajame, pedazo de bruto!.

Liam sonrió una vez lo dejó sobre sus pies, ganandose un ceño fruncido por parte de su oji-verde amigo.

—¿Qué te pasa? —Harry lo miró con ojos estrechados mientras arreglaba sus rizos —¿Tomaste café en el desayuno?.

—Nope —negó sin dejar de sonreír —Y eres tú a quién le hace daño la cafeína.

—Sí, como sea- ¿por qué tan feliz, Payne?.

Liam se encogió de hombros —Salió el sol, seguimos vivos, se acercan las vacaciones de otoño. Hay tantas cosas por las que estar feliz, Harold.

El rizado asintió con mirada sospechoza, pero cambió de tema mientras caminaban hacia sus casilleros. Liam escuchaba a Harry— o lo intentaba, pero su mente no estaba del todo concentrada en el chico de rizos castaños. Zayn ocupaba la mayor parte de sus pensamientos y las mariposas en su estómago se ponían más inquietas conforme los minutos pasaban. No había visto al moreno por los alrededores de la escuela pero estaba seguro que él aparecería en cualquier momento y entonces— ¿Cómo tenía él que reaccionar? ¿Cómo tenía que comportarse con él?.

El ceño de Liam empezó a fruncirse en preocupación, la voz de Harry volviendose más lejana mientras dejaba de prestarle atención. Guardó sus libros y tomó los que necesitaba para su primera clase, todo en modo automático. Mientras más y más pensaba, sus ganas de ver a Zayn se reducían.

—Liam, ¿me estás escuchando? —Harry golpeó su mejilla un par de veces para llamar su atención.

—Uh, sí —asintió acomodando la snapback sobre su cabeza —¿Vamos al salón?.

—¿Por qué? —Harry protestó —Aún quedan como diez minutos.

—Es- esque quiero revisar—

—Buen día, señoritos —la aguda voz de Louis interrumpió mucho antes de que su pequeño brazo rodeara los hombros de Liam.

—Hola, Lou —Liam y Harry saludaron a coro.

—¿Qué tal los trata la mañana? —el oji-azul suspiró —¿No les parece que es un hermoso día?.

—Liam estaba diciendo lo mismo, pero derrepente se nubló —Harry cerró su casillero y colocó su bolso al hombro —Anda un poquito bipolar.

—Eso, mi querida campanita, seguro tiene una razón —Louis soltó a Liam y se colocó junto a Harry, quien frunció el ceño por el apodo —¿Cómo te fue ayer con el señor oscuro?.

Los ojos verdes de Harry se ampliaron en su rostro mientras miraba a Liam —¿Hablaste con Zayn?.

El chico bufó —Deja de llamarlo así, Tommo y sí, hablamos —dijo y no pudo evitar sonrojarse —Y eso es todo lo que sabrán.

Don't Talk to Me  »ziamOù les histoires vivent. Découvrez maintenant