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_____ POV's:

Mi dulce sueño fue interrumpido al escuchar un ruido por mi ventana. Noté que era de noche. Me levanté de mi escritorio y fui a ver que era.

Me sorprendí y me puse nerviosa al ver a un sonriente Chat Noir asomarse por mi ventana.

Abrí la ventana con temor y dejé que se adentrara en mi habitación.

—Sabes que Alya la del Ladyblog va a bloguear que estás aquí de nuevo y comenzará a hacer conspiraciones, ¿Verdad?—Dije un poco nerviosa.

—¿Conspiraciones de qué, My lady?—Dijo casi en un susurro poniéndose frente a mí.

Entre abrí mis labios.

—¡Oh! Tu sabes.—Exclamé separándome de él.—De que tú y yo somos algo.—Dije casi en un susurro.

—¿Y no somos nada?—Preguntó rozando su nariz en la parte trasera de mi cuello.

Resoplé entrecortadamente, y cerré los ojos.

—Yo... No lo sé...—Dije separándome y viéndolo directamente a los ojos.

Sus ojos verdes gatunos me miraban con una expresión, difícil de descifrar. Suspiró y envolvió mi cuerpo en sus fuertes brazos, tratando de transmitir algún sentimiento. Correspondí a éste al notar que no se separaba de mí en absoluto.

—Tú significas mucho para mí, My Lady.—Susurró.

"Y tú para mí, Chat Noir..."

(*)

—Buenos días, señorita Lefebvre.—Dijo Mack en un cantito poniéndose a lado de mi casillero.

—Hola, Mack.—Sonreí sacando algunos libros.

—¿Qué hicieron ayer? En clase de historia.

—Pues, casi nada. Simplemente nos dejaron una tarea en parejas.—Me encogí de hombros.

Abrió los ojos como platos.

—Ya valí verga. ¿¡Por qué conchas no me lo dijiste mujer!?—Dijo tomándome de los hombros y sacudiéndome.

—Porque casi a la salida de la escuela me reuní con Adrien para hacerla.—Me justifiqué separándome de ella.

—¿Adrien? ¿Agreste?—Dijo con ilusión en los ojos. Asentí.

Mackenzie Raquel Dawson Gómez. Una chica mexicana-estadounidense que se mudó a París para cumplir el sueño de su amado padre: ser uno de los mejores chefs de París. Ella es mi mejor amiga desde que tengo memoria, y además, estaba perdidamente enamorada de Adrien Agreste.

—¿Le dijiste algo sobre mí? ¿Sabe de mi existencia?

—Eh...—Carraspeé.—Lo siento, de-debo ir a la biblioteca por... Información. Luego te alcanzo. ¡Adiós!

Corrí lo más rápido a dicho lugar. Al estar dentro, me sentí tanto aliviada como culpable.

Hace un día estaba por tener relaciones con Adrien, el platónico de me mejor amiga. Hice cosas que no debieron pasar dentro de aquella habitación. Gracias a Nathalie no hice gran estupidez. Dios sabe lo que hubiera pasado.

Traté de distraerme un poco buscando la información faltante en algunos libros y directamente de Internet.

—Veo que empezaste sin mí.

La voz de Adrien me hizo sobresaltar y ponerme un poco nerviosa. ¿Por qué lo estaba? Tal vez por el hecho de casi tener relaciones con él, o tal vez por el hecho de no decirle la verdad a Chat Noir, o tal vez por el hecho de que casi traiciono a mi mejor amiga que está plenamente enamorada de Adrien. No lo sé, eso supongo.

Adrien de puso a mi lado y sacó algunos libros y su cuaderno de historia. Me mostró que había marcado algunas partes importantes de la independencia de Francia.

Hubo un momento en el que los estudiantes comenzaron a llegar a la secundaria Françoise Dupont. Algunos de los que estaban en la biblioteca murmuraban cosas apuntadonos como si fuese algo que no está bien.

Y entonces llego la reina abeja: Chloé Bourgeois.

—¡Adrieeeeeen! ¿Qué haces con ésta?—Dijo sentándose en sus piernas.

Me moví incómoda en mi asiento.

—Es ______, no "ésta". Y estamos haciendo tarea. Y si me haces el favor de irte, te lo agradecería.—Dije con una sonrisa bastante fingida.

—Tú no eres nadie para mandarme, carpintera.—Se quejó levantándose del regazo de Agreste y posando una de sus manos en su cintura.

—Y tú no eres nadie para decirme "ésta".—Dije levantándome bruscamente.—Y si nos disculpas, tenemos tarea que hacer.

Tomando los libros y mis cosas con una mano, y con la otra al rubio Agreste, nos fuimos al aula de historia, el cual empezaba en unos sesenta minutos más.

—¿Cómo te pudiste defender de Chloé?—Preguntó el oji-verde después de terminar el resumen.

—Cuando vives con las discusiones en casa, es pan comido al tenerlas en la calle.—Sonreí de lado.

Narrator's POV's:

Después de aquel comentario de la chica, ninguno de los dos habló. Faltaba media hora para que las clases comiencen y no había nadie más en el aula salvo esos dos jóvenes. Sentados uno junto al otro, un poco distanciados.

—Sobre lo de ayer...

_____ se ruborizó al instante al escuchar esas palabras salir de la boca de Agreste.

Como si el mundo estuviera en su contra, flashasos de ayer llegaron a su mente. Verlo semi-desnudo... Besarse con él gracias a las hormonas... Tocarle partes prohibidas... Dios mio, ni siquiera ella se podía mirar en una pintura.

—Y-Yo...—Ella empezó girando su rostro al del rubio. Ella noto que estaba demasiado cerca de ella.

Entre abrió los labios mirando sus labios deseosa de probarlos nuevamente. Aquellos labios tan dulces como la misma miel... Tan suaves como la seda... Tan sensuales como tal persona que los tenía. Estaba deseosa de probarlos nuevamente.

Como si ambos pensaran lo mismo, fueron acercando sus bocas hasta que estas dos se unieron en un beso.

Aquel beso empezó lento sin apuros, queriendo llegar a más. Pero eso se acabó al momento en que sonó el timbre de entrada y sus compañeros empezaron a entrar al aula.

Lefebvre y Agreste se alejaron uno del otro, llenando sus rostros de color carmín.

Adrien de levantó y se fue a sentar con Nino, quien estaba extrañando por el comportamiento de su amigo y por lo rojos que están sus labios.

—¿Por qué tienes los labios rojos e hinchados?

"Demonios..."

•••

Read you later (?

-May.

Sólo Por Las Noches || Chat Noir/Adrien AgresteWhere stories live. Discover now