Epílogo

8K 649 110
                                    

Narrator's POV's:

La muchacha abrió ligeramente los ojos. Su cabeza le dolía ligeramente y solamente recordaba que se había puesto a llorar en el pasillo.

Pero al enfocar totalmente su vista, se topó con aquellos ojos verdes afelinados que se encontraban con ligeras manchas de humedad y una que otra lágrima tornándolos ligeramente rojos.

—¡_____!—Exclamó el muchacho abrazándola con felicidad dentro de su ser, tomando por sorpresa a la joven Lefebvre.

—¿Chat Noir...? ¿Qué estás...?

—Lo siento, _____. Lo siento en verdad.—Dijo mordiéndose ligeramente el labio.

—Yo...

Alguien carraspeó.

Ladybug había llamado la atención de ambos.

—¿No crees que es tiempo de ser sincero?—Arqueó una ceja.

La joven Lefebvre frunció ligeramente el ceño. Todo aquello se le hacia raro; raro el hecho de estar en los brazos de su antiguo amado mientras que éste se disculpaba por algo que desconocía.

O bueno, en ése caso desconocía.

El felino asintió dando un fuerte y largo suspiro, sonriendo decidido y muy confiado, mientras la moteada les guiñaba un ojo y tomaba su yo-yo para impulsarse fuera de aquella avenida.

Entonces los parisinos comenzaron a salir de los grandes edificios sanos y salvos, interrumpiendo la poca privacidad que tenían los jóvenes.

—¿Podría visitarte ésta noche?—Preguntó él después de un rato de analizar la situación.

—¿Qué...?

—Dame la oportunidad.—Pidió él tratando de no sonar insistente.—Por favor, My Lady.

Cerró los ojos con fuerza, tratando de acomodar sus pensamientos. ¿Y si solamente habían sido malentendidos? ¿Y si Mackenzie tenía razón? Ya le habían repetido el hecho de qué él no tenía la culpa, o que simplemente tenía explicación lo que vio puesto a que no se trataba lo que ella pensaba.

Y sabía que una parte de ella todavía lo amaba a pesar de haber llorado y haber hecho cosas muy estúpidas solamente para demostrar lo dolida que estaba.

Abrió ligeramente los ojos, todavía dudando ante la pregunta; pero simplemente tomó una bocada de aire y resopló segura.

—De acuerdo.

(*)

Casi era la hora acordada. El cielo estaba pintado de azul marino combinado con pequeños destellos blanquientos y con un gran satélite natural al cual muchas personas les han confiado desde consejos hasta el consuelo. Pero en éste caso, sería el testigo de una reconciliación.

La joven Lefebvre se encontraba tumbada en su cama teniendo una llamada con la bloguera; puesto a que por mucho que sufrió por aquella nota, no podía ser una inhumana.

Y porque Mackenzie la obligó a escucharla; realmente es una buena amiga.

—Realmente lo siento, _____. Te juro que ésa nota desaparecerá de la noche a la mañana.—Dijo la morena a través de su celular.

—Gracias, Alya. Y entiendo que fue el hype lo que te consumió.—Rió ella ligeramente.

"Y el chisme"

—Tal vez. Y sé que me costará ganar tu confianza al igual que la de las demás ¡Incluso de Ladybug y Chat Noir!

Ella sonrió como pudo. Aquél gato se estaba tomando su tiempo, ya que estaban por ser las 11:00 pm.

—Bueno, _____. Gracias por aceptar mis disculpas. ¡Nos vemos en la escuela, chica!—Comentó la muchacha.

—Sí... Descansa, Alya.—Dijo al momento antes de que Césaire colgara.

Dejó su móvil en el buró para luego aferrarse a su almohada, y miró la luna llena que brillaba en lo alto del cielo desde su ventana.

Ésa tarde tuvo que hablar con Marinette acerca de lo que pasó con Adrien en el armario del conserje, ya que la verdad era que el espacio era reducido y hacia calor ahí adentro. La había reconfortado... Un poco.

Estaba algo intranquila al pensar que el héroe volvería a entrar por su ventana como solía hacerlo, pero en cierta manera lo extrañaba.

Resopló y enterró su rostro en la almohada, con ansias.

Pero ahí fue cuando aquella ojos verdes aparecieron ante su habitación.

Ella se levantó al instante viendo al muchacho que estaba en su ventana —que intencionalmente había dejado abierta— apoyado contra el marco de ésta mientras jadeaba ligeramente.

—Chat Noir...—Se limitó a decir ella.

El rubio simplemente sonrió mostrando su dentadura blanca y perfectamente grande.

—Quiero hacerlo.

La joven ensanchó los ojos y su rostro se tornó de un tono carmesí intenso.

—¿Ha-Hacer qué?—Preguntó avergonzada.

—Mostrarte mi identidad.

_____ tragó en seco.

—P-Pero tú habías dicho que...

—... Era peligroso, lo sé.—Interrumpió él suspirando y eligiendo las palabras correctas.—Y sé que te pondré en riesgo si lo hago pero no quiero que My Lady se sienta confundida al amar a dos chicos, porque...—Agarró fuertemente su anillo y lo retiró lentamente, cubriendo su cuerpo de aquél brillo mágico verdoso regresandolo a su estado civil.—Yo soy el otro chico.

Ella no podía reaccionar.

¿Cómo pudo ser tan ciega desde un principio? Vaya que cuando le dijeron que tenía que ir al oculista hablaban enserio.

—¿Podrías perdonar a éste gato callejero?—Preguntó mirándola apenado.

Sonrió ligeramente ante el muchacho.

Se acercó a él y lo abrazó lentamente, pasando sus brazos alrededor de su cintura.

—Perdono a éste gato callejero.—Afirmó apoyando su cabeza sobre su pecho.

—Gracias.—Dijo correspindiendo a su abrazo.—Una cosa más, My Lady.

Ella se separó un poco y lo miró a los ojos.

—¿Sí?

—¿Podría usted ser mi novia?—Dijo Sacando —mágicamente— un papel.

Lo tomó y lo empezó a leer sintiendo las ganas de llorar al ver el contenido de Ésta, y simplemente se abalanzó sobre él y lo besó.

—Claro que sí, Chaton.

Así fue cómo la luna fue testigo de la unión de aquellos jóvenes aquella noche. Todo por lo que sufrieron tenía su lado bueno, y lo mejor de todo era que lo disfrutaban Sólo Por Las Noches.

LA FIN.

•••

Read you later (?

-May.

Sólo Por Las Noches || Chat Noir/Adrien AgresteWhere stories live. Discover now