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Narrator's POV's:

Entró a los sanitarios. Abrió uno de los grifos de agua y se mojó la cara. Se miró al espejo tratando de borrar los malos pensamientos.

"Vamos, _____. Eres mejor que eso." Se animó a sí misma.

Sí. Era mejor que eso. Pero por su gran orgullo que había heredado de su madre, no podía perdonar así de fácil.

Respiró hondo y trató de bajar la calma poniéndose sus audífonos para escuchar uno de los grandes álbumes de Jagged Stone.

Por otra parte, Adrien Agreste había llegado a la secundaria un poco decaído. El pensamiento de que su lady lo ignorara de aquella manera lo mortificaba.

-Hey amigo.-Lo llamó Nino palmeando su hombro.-¿Todo bien?

Adrien sonrió ligeramente.

-Sí. Todo bien, viejo.

Bueno. Sólo faltaba esperar para que toda aquella situación extraña acabara para él.

Pero lo que no sabía, era que apenas recién había empezado.

(*)

En todas las clases, Adrien se sentía observado; miraba alrededor pero nadie parecía mirarlo. Empezaba a creer que la ignorancia y poca importancia que le transmitió su lady la noche anterior al verlo en su ventana lo estaba empezando a volver loco.

Que sólo eran ideas suyas.

"Qué miedo..." pensaba el chico bromeando consigo mismo para pasar la locura.

En ése momento estaban en clase de carpintería, donde se suponía que tenían que hacer un plano para una casa para aves.

Pero éste proyecto iba a ser en equipos de tres personas.

El profesor mencionaba los nombres de los alumnos como previamente los había elegido y anotado en su notebook.

Para cuando llegó el turno de _____, anteriormente había mencionado a Adrien; cosa que le ponía contenta.

"Recuerda mujer; no puedes obligar a amar." pensaba ella, tratando de que su egoísmo no se fuera a su cerebro.

Pero no pudo evitar enojarse al momento en que el mayor mencionó al otro integrante del equipo: Marinette Dupain-Cheng.

¿A caso el destino estaba en su contra? Posiblemente sí; era lo malo de ser una orgullosa.

Aparentemente, no se equivocaban con el dicho "Tres son multitud."

Por parte del joven modelo, le ponía contento estar con su dama; además de que ella era una gran carpintera, tenía a una diseñadora a su otro lado.

Ambas unidas para un proyecto, y perfectas para el trabajo.

Aunque si lo pensaba de ésa manera, él sería el relleno.

O eso creía. Posiblemente podría ser el pegamento que uniría a aquellas relaciones rotas en miles de fragmentos de decepción y tristeza que el viento se había llevado.

(*)

A final de cuentas, el trío de estudiantes habían quedado en empezar con aquél proyecto al día siguiente en la morada de la carpintera.

Claro, sin que la propietaria de la carpintería estuviera del todo contenta. El orgullo era de las peores cosas que había heredado.

"No. No te enojes." se decía a sí misma; prácticamente ya sentía na voz de Hawkmoth dando su monólogo.

Sólo Por Las Noches || Chat Noir/Adrien AgresteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora