Capítulo 14 | Prejuicios y celos

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N/A: Escuchen Save your tears de The Weekend, rompecorazones.

Vale, si vas a ir a un antro con el chico que te vuelve loca pero no lo quieres admitir, entonces huye antes de que sea demasiado tarde. ¡Huye ahora!

Cuerpos sudorosos se meneaban de un lado a otro en una fricción ansiosa de deseo, el ambiente olía a sudor y un tenso aire sexual nos rodeaba. La oscuridad reinaba en los asientos vacíos o las esquinas o pasadizos del club en los que desconocidos se comían la boca, hambrientos de más. Mordí mi labio inferior y aparté la mirada. Me estaban antojando.

Los cuatro nos abrimos paso entre la multitud. Gwen con un vestido coral y Nick y Tyler, como todos los malditos chicos guapos, se ducharon y ya está. Después de pelear por horas con Gwen sobre la ropa, le hice caso. Me puse un vestido negro ceñido al cuerpo con un escote amplio que dejaba ver mis pequeñas cerezas y la espalda desnuda.

Mm. Apetecible. Deliciosa.

Estuvimos horas alistándonos mientras los chicos esperaban en mi sala, aburridos. Me había paseado de un lado a otro desnuda en toalla con una sonrisita inocente. Sí, para fastidiarlo por lucir tan condenadamente caliente. Tyler me recorría con la mirada en silencio, pero la apartaba rápido y tragaba duro cuando Nick lo miraba desconfiado.

A la tercera vez que me crucé, se cubrió la entrepierna con un cojín.

Y Nick me encerró en mi cuarto e hizo guardia fuera de la puerta.

Llegamos hasta una pequeña mesa de cristal con una botella de vodka en el centro y rodeada de sofás negros. Era la zona vip, estaba en la maldita zona vip, joder. Más allá de nosotros había chicas con el rostro estampado en los labios de algún chico, otras se las estaban chupando y las menos animadas miraban el celular.

Gwen sujetó mi mano y me arrastró lejos de ellos, saltando.

—Debo lucir este vestido, no me lo he comprado por las puras. ¡A bailar!

Movió los brazos en el aire y contoneó las caderas como si fuera la bailarina más experta de toda la historia. Los ojos de cinco chicos cayeron en ella. Yo sonreí porque jamás podría bailar así, pero me intenté mover a mi ritmo novato. Hice lentos movimientos con mis caderas y cuando el ritmo cambió a una canción más sensual, hice de las mías. Al menos lo mejor que podía.

Dos horas sin rastro de Tyler y Nick. Me entretuve bailando cerca de tres chicos, jugando, sonriendo, provocando. Me dijeron cosas sucias al oído, yo les correspondí envolviendo mis brazos en su cuello. En una de esas me fui al baño con uno de ellos..., pero me distraje y me perdí de su vista.

Casi al instante, los vi venir rápidamente hacia nosotras. Nick corriendo al ver nuestras caras de ebrias sufridas y calientes, y Tyler echándole un vistazo a una chica en minifalda que pasó contoneándose por su lado. Me arrepentí de no haberme ido con ese chico.

—Creo que lo iré a buscar —musité.

Nick frunció el ceño.

—Ya hemos venido, no tienes que ir a buscarnos, ¿que no nos ves?

—No, al chico. Quiero ir a buscar a... Gwen, ¿cómo se llamaba?

—¿Ruperto?

—No, no. El chico rubio. El musculoso —dije con una sonrisa tonta.

—Ah. ¡Pancracio!

—Tiene un nombre muy feo, ya no lo quiero. —Hice pucheros.

—¡Estuvimos buscándolas! —Tyler se acercó a nosotras, con la mirada de la chica clavada en su espalda.

Inevitable DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora