Wiggle Tom #2 Tomlinson.

19.

n/a: Admiren esa preciosidad de fondo que les dejé allá arriba.

—¿Aun quieres ir a comer helado?

Preguntó Louis rompiendo con el silencio... 

Que costumbre había entre ellos de que el silencio fuera su compañero.

—No quiero incomodarte—Louis negó con su cabeza varias veces. 

—Para nada, fue un trato, ¿cierto? 

—Genial—una espléndida sonrisa se posó en el rostro de Summer.

Minutos después, se encontraban sentados uno frente al otro en un local muy al estilo de Charlie y la Fábrica de Chocolate, con asientos de diferentes colores, mesas que simulaban ser caramelos y lámparas en forma de espiral.

—Me encanta este lugar—rió Summer dándole una probada a su helado de menta. 

—Me imaginé que te gustaría—admitió el ojiazul mirándola sonriente. Sentía como si Summer pudiera transmitirle su chispa y energía. 

—¿En serio?—él asintió. —¿Por qué? —Louis se encogió de hombros en respuesta y ambos continuaron comiendo en silencio admirando el lugar. —Quería disculparme—murmuró la castaña luego de comerse su porción de helado. Louis ladeó la cabeza sin entender.—Creo... No, más bien, estoy segura que te he faltado el respeto como mi jefe e incluso pasé el límite de la confianza alguna vez.

—Unas cuantas veces, sí—concordó Louis serio logrando que ella lo fulminara con la mirada haciéndolo sonreír.

—El punto es que...—suspiró. —Lo siento, a veces no pienso antes de actuar, y cuando leí lo que había ocurrido con tu hermana, yo... simplemente me sentí muy mal por todo lo que te hice pasar.

—¿Cuando leíste, dices?

Ella se alarmó porque no quería que Louis se enojara después de que había decidido bajarle a su mal humor y que habían avanzado tanto en controlar su ira. 

—Bue-bueno... yo...

—Disculpa.

Ambos se giraron al escuchar como interrumpían su conversación. Summer suspiró aliviada mientras Louis conversaba con la extraña.

—Mi hija es admiradora de su programa—la madre, de unos 35 años, señaló a una pequeña pelirroja que se trataba de esconder en su asiento. —Y quería saber si aceptaría tomarse una fotografía con ella—Louis iba a responder, pero ella lo interrumpió. —Sé que probablemente esté cansado de que le pidan esto, pero... es muy importante para ella.

—Está bien, no tengo ningún problema—sonrió levantándose de su asiento echándole una corta mirada a la pequeña de ocho años. —Dígale a su hija que me encantaría tomarme una foto con ella.

La señora, completamente emocionada, asintió efusiva dándose la vuelta para darle la noticia a la niña.

—Eres muy bueno con los niños—comentó Summer a su lado logrando que él posara sus ojos en los de ella. —Es por ella, ¿cierto?—él asintió. 

—Veo en ellos lo que veía en mi hermana—susurró para después sonreír levemente. —La más pura inocencia y la felicidad más sencilla. 

Summer iba a responder, pero la maravillada madre los interrumpió una vez más.

—¡Aquí está! Ella es Jazmín, saluda cariño.

—Mamá...—murmuró tapando su rostro con ambas manos logrando que los tres espectadores rieran.