CAPÍTULO 4

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                      SARAH

Un resplandor en el cielo nos sacó de nuestra conversación, alzamos la vista y Sam predijo una tormenta, maldición odiaba las tormentas. Las gotas comenzaron a caer con intencidad, ambos corrimos entre risas, él tomó mi mano para que fuera a su apar y me ruborice un poco cuando lo hizo, pero se sintió tan bien porque la palma de su mano era suave y sus dedos se aferraban con firmeza.
Al llegar a la parte delantera de la escuela, aparte rápidamente mi mano de la suya a la vez que noté que nos habíamos quedado sólos.
Quise mandar un mensaje a mi madre pero mi celular se quedó sin batería, me maldije en mis adentros por no haber dejado que cargara por completo. Acomode mi cabello húmedo y me seque la cara.

Los relámpagos iluminaban el cielo gris, haciendo un estruendoso y fuerte sonido que me asustaba, Sam lo notó y me dijo que no temiera, que solo era Thor de mal humor. Solo éste chico pudo animarme en una situación así y la verdad es que me tranquilizó.

Era difícil no mirarlo y perder la razón ,cuando está la lluvia de fondo, y su rostro empapado. Su mano fue a su cabello mojado e intentó acomodarlo, dejando que las gotas se deslicen por su rostro pálido, fue alucinante.
Cuando un relámpago me sorprendió haciendo que saltará en mi lugar, Sam trató de contener la risa pero no pudo, lo fulmine con la mirada diciéndole que no era gracioso, se disculpó y nuevamenre trató de poner una cara seria pero tampoco pudo, su sonrisa se amplió más.

Me acaricie los brazos por el frío y al instante Sam se quitó su chaqueta quedándose en una sudadera gris.

— Pontela —me dijo con una sonrisa maliciosa extendiendo su chaqueta.  Rodé los ojos porque era lo más cursi y chicle de la historia— bien entonces muere de frio —habló dejando de extendermela.

— Está bien me la pondré —dije de inmediato, no pensaba morir de frío. Él me la volvió a extender, la tomé  de un tirón mientras Sam me sonreía  victorioso, me la coloqué y su perfume inundó mis fosas nasales, era un aroma místico y delicioso.
¿era perfume verdad?

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? —preguntó con dulzura— tengo mi auto a un par de cuadras —contó.
No lo pensé dos veces, no quería ir caminando bajo la lluvia ni quedarme a esperar a que pare.

— Muy bien —accedí rápidamente provocando su risa.

— ¿Vamos? —me preguntó extiendo su mano a mi. Este chico va de más.

— ¿Y crees que tomaré tu mano ,y correremos bajo la lluvia como en una pelicula romántica? —pregunté  con sarcasmo poniéndome de brazos cruzados. Lo miré a los ojos esperando su reacción y él tan solo sonrió enormemente.

— Bien, niña gruñona, entonces no te molestará esperarme aquí —dijo a lo que puse los ojos en blanco.

— No tengo opciones para moverme de aquí —solté con sarcasmo. Rió a la vez que salió corriendo bajo la lluvia. No tenía idea si volvería, miré por todas partes soltando un gran suspiro ¿espero que no se le ocurra dejarme aqui esperando y empapada? De todos modos tengo su chaqueta, tiene que volver por ella.
Esperé alrededor de cinco minutos ,hasta que un ferrari color negro se estaciono frente a la escuela, lo miré con el ceño fruncido, hasta que hizo sonar la bozina asustandome , Sam bajó el parabrizas del lado del acompañante y me gritó que entrará, corrí hasta allí lo más rápido que pude, me senté a su lado y me acomode.

— Lindo auto —dije y él me sonrió—¿por qué  lo estacionas tan lejos? —le pregunté curiosa.

— Porque no quiero que piensen que soy un presumido —dijo agriamente.

— Ah —fue lo único que logré decir. Le di la dirección y aceleró el auto, el trayecto fue en silencio, mientras  acomodaba mi cebello a un lado de mis hombros miré a Sam, quien prendió el estéreo y en ella sonó la canción de The Fray, look after you era una de mis canciones favoritas de esa banda, la canté en voz baja pero Sam logró escucharme.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora