36-por favor no me dejes...

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                          SAM

No tenía tiempo para discuciones ni soportar a alguien que se comportara tan infantilmente ,tenía prisa y odiaba que me hicieran la maldita contra en esas situaciones, lo detestaba mierda y no tenía tiempo para quedarme a discutir.
Acelere tratando de no ver hacía atrás, lo siento Sarah, pero trataré de que me entiendas.
Llegué a mi casa y lo primero que vi eran los autos de mis amigos y dos camionetas negras que eran de la pandilla. Entré a la casa y luego a la sala, rápidamente todas las miradas cayeron en mi, Matt, Larry, Mati y Henry estaban sentados en los grandes sillones negros con sus rostros golpeados.

— ¿dónde estabas? —preguntaron a mis espaldas, volteé  y vi a un Leo con su ojo medio morado y una cortadura en su labio.

— estaba ocupado, es lo único que necesitas saber —le contesté de mala manera ,él solo rodó los ojos.

— ven aquí, necesito hablar contigo —dijo entrando a la cocina, lo seguí  sin mirar hacia atrás. Cuando entré a ésta vi a Marshall y Eathan con hielos y gasas con sangre, sus rostros también estaban golpeados ,cuando giré la mirada vi el comedor totalmente destruido.

— ¿qué mierda? —masculli y los tres sonrieron. Leo dejó un sobre grande y amarillo en la mesada, lo miré serio y lo tomé, saqué de el fotografías de tipos con su información al reverso.

— Martin quiere que los elimines, están estorbando en nuestro trabajo, y algo más, nosotros te ayudaremos —dijo Marshall seriamente.

— los grandes estamos hablando ¿podrías alejarte? —dije con disgusto. Él me miró molesto pero no se atrevió a responderme.

— Marshall lo dijo —soltó sabiendo que éste no me caía para nada bien, se veía y comportaba con un niño, es decir, estas clases de trabajo se requiere seriedad, éste idiota no sabía portar una maldita arma y el maldito de Martín me convirtió en su niñera.

— trabajo sólo y lo saben todos —hablé duro.

— por supuesto, pero son órdenes de  Martin, quiere probarnos como equipo —dijo Eathan suspirando y bebiendo un sorbo de la botella de vodka.

— además ,aun falta la última lección de Marshall —se burló Leo en mi cara,  ambos miramos a Marshall que estaba hablando con Eathan— es muy bueno con las armas blancas —informó Leo y me miró con una pequeña sonrisa.

— ya veremos eso —dije con disgusto.

— pues yo lo vi y es bueno —dijo con burla y bebió vodka de mi vaso, lo miré por unos segundo.

— bien por él —dije sin interés y Leo levantó una ceja.

— Sam ,queremos hablar un momento contigo —dijo Matt serio entrando a la cocina, mirándome molesto. Sabía que le debía una explicación, y me sentí acorralado. Me puse de pié y lo seguí hasta llegar a la sala donde estaban los demás— ¿quienes demonios son ellos? —preguntó molesto y noté la miradas de todos sobre mi.

— sólo son unos compañeros —dije y ellos se miran dudosos.

— ¿compañeros de qué? Tienen armas Sam —dijo Larry levantándose y poniendose de brazos cruzados. Maldita sea, a veces odiaba lo cobardes que eran a veces. Gruñi y rodé los ojos.

— adiós Sam, un gusto conocer a tus amigo, ha y no te preocupes por el comedor yo lo pagaré —habló Leo a mis espaldas, ni siquiera me volteé porque no quería ver su estúpida cara, escuché que salió de la casa con los chicos mientras comversaban.

— maldito idiota —maldijo Matt y yo lo miré por unos segundos hasta recordar que dejé a Sarah en la carretera, corrí hasta la entrada y salí, subí a mi auto y acelere.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora