Epílogo

1.2K 72 7
                                    

Supongo que ahora están esperando un  vivieron felices para siempre, pero me temo que eso no es lo qué pasó con Antoine y conmigo; todo fue al contrario.

Nada fue fácil después del momento en que decidimos volver a intentarlo, pero supongo que ambos estábamos conscientes de que así sería desde que lo aceptamos.

El camino hasta ahí no había sido fácil, el final tampoco tendría que serlo y ninguno esperábamos que lo fuera.

Jamás logré recordar lo que había pasado la noche en que Antoine fue por mi a la casa de Miguel; de cierto modo siento que fue un mecanismo de defensa.

Pero eso no significa que mi vida había sido simple después de lo vivido, me costaba asimilar el hecho de que no había sido mi culpa y de que un hombre fuera capaz de no hacerme daño.

Mi rechazo en general por el género masculino incluía a Antoine Griezmann. Quien me había tenido la paciencia suficiente, como para mantenerse a mi lado aunque yo hasta cierto punto lo repudiaba.

Me rehusaba a ser siquiera tocada por él, a recibir sus caricias o sus muestras de cariño. Cosa que poco a poco fue cambiando.

Lo obligué a estar a mi lado y a ofrecerme su amor, cuando yo no era siquiera capaz de quererme a mí misma o de quererlo a él.

Me acompañó a cada una de mis visitas al psicólogo, buscando que pronto pudiera superar lo que había pasado y volviera a ser la misma de antes.

Dispuesto a ofrecerme su hombro para llorar cada vez que sentía la necesidad o de depositar dulces besos en mi cien cada vez que buscaba su abrazo.

Pasaron casi seis meses para poder comportarme como la misma de antes, aunque nunca volvería a ser la misma. Al menos ya no rechazaba sus muestras de amor.

Pasó poco más de once meses, para que yo me entregara nuevamente a él y mostrar cómo mi confianza total había regresado a sus manos.

Después pasó un año más para que yo finalmente aceptara ir a vivir con él y formar nuestro propio hogar.

Comenzamos a buscar agrandar nuestra pequeña familia de dos, ambos habíamos decidido y acordado que estábamos listos para tener un bebé.

Pero el bebé comenzó a retrasarse más de lo que a nosotros nos hubiera gustado, tratamos de tomarlo con tranquilidad, pero nada pasaba y comenzamos a desesperarnos.

Aún recuerdo su rostro, cómo se esforzó en no llorar para que yo no me sintiese mal. Pero memoricé su rostro lleno de decepción cuando la doctora nos dijo que yo no podía ser mamá; que aquel gilipollas me había ocasionado tanto daño interno, que mi sistema reproductor jamás funcionaría como antes.

Sus ojos estaban cristalizados, la sonrisa llena de esperanza se había borrado y sentí como se aligeraba la presión de su mano con la mía.

Quise no llorar, quise ser fuerte, pero no pude hacerlo. Me sentí tan débil como la noche en que todo pasó, me seguía ocasionando problemas después de un año.

—Muñeca, podemos adoptar. —propuso a mi oído mientras yo no paraba de llorar.

Limpió mis lágrimas, pero me dejó llorar y desahogarme. Guardó sus propios sentimientos y dejó que yo me expresara.

Lo escuché llorar, él no lo sabe; pero escuché cómo lloraba encerrado en el cuarto del baño. Me sentí tan miserable, pero fui cobarde y nunca lo encaré al respecto.

Al día siguiente sonrió como si nada hubiese pasado, me llevó el desayuno a la cama e hizo todo porque yo estuviera feliz, mientras él estaba completamente roto por dentro.

Yo sé que eso es lo que hace la gente cuando ama a alguien, pero él me ama de una manera en que en ocasiones siento que no la merezco.

Finalmente accedí a tus insistentes peticiones. Buscamos a un pequeño niño que necesitara de una familia y fue cuando  en Francia encontramos a nuestra pequeña luz llena de esperanza; Clio.

Pronto Clio llenó de expectativas una vida vacía, terminó de pegar los pedazos de mi corazón que Antoine había comenzado a unir.

Si bien como ya había dicho, no esperaba un vivieron felices para siempre, pero si estoy segura de que logramos ser felices el mayor tiempo posible y por un momento dejar de lado todo el sufrimiento que tuvimos que sufrir para llegar a donde estamos ahora.

Wonderland | Antoine GriezmannWhere stories live. Discover now