CAPÍTULO 26 | Yo también soy su hija

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CAPÍTULO DEDICADO CON TODO MI AMORCITO A TheGreenMoon_Pax ♥


ZAYN

No termino de entender por qué Chase hizo eso con Aarón. Me vale que haya entrado con un cuchillo y haya intentado matarme con él, pero de todas formas... no sé. Ya lo había soltado. Es que, en el fondo, Aarón en verdad no me caía mal, incluso hasta le sentía un poco de pena durante el concurso.

—Es un maldito traidor—murmuro en voz baja refiriéndome a Chase cuando, frente a mí pero del otro lado del vidrio, Aarón se deja caer en una de las silletas.

Hace frío, es de noche, y para colmo está lloviendo. Dudo que la esté pasando bien con esa camiseta y esos pantalones cortos. Por otro lado, también está herido, y supongo que estará hambriento, a no ser que haya cenado con Richard antes de intentar matarme en lo que sea que haya ocurrido en esa habitación en la que me tocó salvarlo.

Daniel avanza hasta quedar justo al lado de Perrie, quien sigue poniendo una de sus manos sobre mi hombro en forma de apoyo, por más que quien lo necesite más que yo sea ella.

—Deberíamos darle el beneficio de la duda, Zayn—me contradice mi amigo, en voz baja.

Sin pensármelo dos veces, me giro bruscamente hacia él, alzando ambas manos de manera frenética.

—¿Qué dices?—exclamo—. ¡Pero si acaba de separarnos de Aarón! ¡Nuestro amigo! ¿Qué maldita razón podría tener para hacer eso?

La mirada que me dedica Daniel me obliga a intentar calmarme.

—Es el hijo de Richard—intenta explicarse, bastante relajado a diferencia mía—. Lo conoce más que nosotros. Podría tener miles de razones para hacer eso, teniendo en cuenta que Aarón fue secuestrado.

—¿Olvidas que intentó matarte?—agrega Heather, apareciendo de repente, como si no fuese ya demasiado obvio.

Frunciendo el ceño, vuelvo a girarme hacia el cristal. Lo único que veo es la melena de color rubio opaco de Aarón y una de sus manos que caen a un costado de la silleta. Ya no tiene sangre en ella, pero aun así, en un momento la tuvo. ¿Fue una herida o la misma señal que Richard nos dejó a nosotros? Imposible saberlo.

Como no pienso dar ninguna respuesta, nadie tampoco vuelve a hablar, sumiéndonos así en un incómodo silencio. A mi lado, Maia cambia el peso de una pierna a la otra como si estuviese hasta nerviosa. En el fondo sé que no piensa de la misma forma que yo. Posiblemente para ella Chase sea una posibilidad más que un obstáculo, el héroe en lugar del villano. Vale, no puedo asegurarlo, pero por su mirada sé que también cree que Chase tuvo alguna razón para echar a Aarón de la casa aun estando así, herido, debilitado y frágil.

Sacudo la cabeza en señal negativa, rompiendo el hielo.

—Hablo de que... ¿cómo es posible que se fíen tanto del hijo de Richard?

Mis palabras flotan sobre el aire cargado de tensión. Era más bien una pregunta en forma de amenaza pero terminó sonando como si tuviese miedo de admitirlo, como si quisiese que alguien lo negase. Me gustaría, como ellos, poder creer que Chase tiene buenas intenciones.

Sin embargo, no puedo hacerlo.

—Podría querer matarnos—agrego.

Todos siguen con la boca cerrada hasta que, dolida, Perrie baja la mirada.

—Olvidas que yo también soy su hija—murmura al suelo.

Me giro hacia ella, obligándola a alzar la cabeza. Acabo de meter la pata sin haber tenido intenciones de hacerlo. En cuanto nuestras miradas conectan veo que tiene los ojos cristalizados y frunzo el ceño, volviendo a renegar, esta vez mucho más relajado.

Al menos así me siento.

—No es lo mismo—intento excusarme. En verdad lo había olvidado. Veo el dolor reflejado en sus ojos—. Tú ni siquiera lo recordabas.

Distingo un cambio pero cuando intento averiguar de qué se trata, corre la mirada. Parece que acaba de recordar algo. Sin dejar de mirarla, espero a que lo suelte, notándome algo impaciente. Pasa el tiempo y ella se nota hasta nerviosa.

—Él me mató—confiesa.

Esta vez sí que se aleja de nosotros para cubrir con ambas manos su cara y ocultar de esa forma las lágrimas que comienzan a brotar. Todos siguen permaneciendo en silencio como si no tuviesen idea de cómo reaccionar ante esto, ante Perrie o Jade o quien quiera que sea. Comienzo a procesar las palabras, sin entender cómo o por qué un padre mataría a su hija.

Aunque, sí, hay todo tipo de personas en el mundo, y convengamos que Richard es especial a su modo.

Bufo por lo bajo. Otra razón más para despreciar a ese idiota.

Sin poder detenerme, me acerco a Perrie y la abrazo con cuidado, notando que, al hacer esto, sus lágrimas salen peor. No estoy dispuesto a soltarla hasta que noto que, con el correr del tiempo, se calma un poco. Acaricio su cabello, pienso en lo que sea, en algo que decir, algo que hacer para ayudar a calmarla, pero no se me ocurre nada. Al final, es ella misma quien se aleja, alegando que es peor si tiene a alguien cerca.

En verdad el padre de Perrie es un completo idiota.

En un momento, Heather decide hacer algo y se acerca a Perrie para palmearle la espalda. Luego se aleja a través del pasillo, metiéndose en cualquier habitación. Daniel hace lo que yo: se acerca a ella y la estrecha entre sus brazos con rapidez. Luego se va a la cocina.

Perrie seca una lágrima de su rostro antes de dejarse caer en el sofá y tomar aire. Ni Maia ni yo sabemos cómo reaccionar ahora, ya que, al menos para mí, irme no es una opción. No con Aarón afuera. No con ella todavía llorando.

Pasan los minutos y oímos como otra puerta se abre. Heather vuelve a acercarse a Perrie, le susurra algo en el oído, y luego ambas van a la cocina. No puedo evitar sonreír al pensar que el plan de Heather es que Daniel le cocine algo.

Pierdo la sonrisa con rapidez. No creo que sea buena idea.

La cocina era el lugar de Daniel y Victoria.

Estoy a punto de interferir cuando Maia toma mi mano y me lo impide. Cualquier acción que haya estado a punto de realizar se anula al instante. Cuando Heather vuelve a abandonar la cocina, esta vez sola, y se acerca a nosotros sin reparar en que nuestras manos están entrelazadas, siento que soy capaz de romper el vidrio para obligar a Aarón a curarse de lo que sea que Richard le haya hecho.

Los tres nos dejamos caer en el sofá mientras observamos la nuca de Aarón.

¿Qué se supone que debemos hacer para salvarlo?

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