Capitulo 4.

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Apenas unos minutos después de que Stan saliera rumbo al pueblo, Ford tomó la palabra.

-Chicos, escuchen, en realidad hice que regresarán aquí por su tío...-suspiró pesadamente-...miren, aun no teníamos planeado regresar, pero desde hace un tiempo ha estado...cansado, y no se que le pase, tuvo pesadillas por unos días y después sólo sueño, pero no recuerda nada.

-...¿Es..está enfermo?..-preguntó temerosa la castaña, ambos gemelos se preocuparon.

-No lo creo, se le ve bien, pero con sueño...más bien creo que algo se le pudo haber pegado, ya que esto empezó desde un incidente que tuvimos con un remolino, había una gran cantidad de lecturas sobrenaturales ahí y él cayó al agua...

-¿Entonces, quieres que te ayudemos a averiguar qué es?..-Dipper no pudo ocultar su emoción aún cuando seguía preocupado por su tío.

-Exacto Dipper, debemos saber que es y curarlo de ello.-sonrió junto con sus sobrinos, decididos a ayudar al mayor.

Era una verdadera lástima que ya no tuvieran los diarios consigo, y ambos genios pensaron lo mismo, intercambiaron miradas y asintieron en silencio. Volverían a escribir los diarios conforme averiguaban lo que sucedía con Stan.

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Mientras tanto, el querido Stan se divertía como nunca apostando en los poblados cercanos, no quería creerlo pero de verdad le estaba sirviendo ese amuleto, llevaba 10 rondas seguidas y sólo 3 le había ido mal. ¡Esa cosa era grandiosa!

Salió corriendo antes de que lo atraparan creyendo que había hecho trampa, y en cuanto estuvo seguro de que nadie lo seguía, regreso a casa con una pequeña fortuna. Iba a disfrutar mucho eso, y aún más cuando ese chico saliera de su mente. Lo pensó por un momento, era muy extraño, y seguramente su hermano el cerebrito no lo dejara hacerlo, debía analizar bien las cosas, mientras tanto disfrutaría el botín que tenía. Pensándolo mejor, ¿como iba a explicar el dinero que llevaba?...él no tenía tanta suerte, al final siempre lo perdía todo.

...

Llegó casi al anochecer y entró a la tienda de regalos, metiendo todo el dinero en la caja registradora. Eso era mucho más creíble e igual podría gastarlo todo. Se dirigió después a la cocina y viendo a todos en la mesa se sentó con ellos.

-¿Bien, que tenemos para cenar? -preguntó animado frotándose las manos.

-Hola tío Stan, al fin regresaste -y sin más la chica le dio un enorme abrazo.

-¿A donde fuiste tanto tiempo? -como siempre, cuestiono curioso el menor pasándole su plato de comida.

-A ya saben...estuve por aquí, por allá..perdiendo el tiempo un rato

-...¿En serio hermano, dónde estabas?...-preguntó sonriendo, no creía en sus palabras y con buena razón.

-¿Porque no me crees? Te estoy diciendo la verdad

-Si claro, vamos Stan, dinos qué hacías.-su gemelo lo miro atento, descifrando a su querido hermano y suspirando un poco más serio.- ..no me digas que fuiste a estafar a alguien...

-Yo no diría estafar pero algo parecido...todo salió bien gracias a este pequeño amuleto, veré cuánto más puede darme, lo convertiré en un llavero...-exclamó mostrando la pieza entre sus dedos.

-No, no lo harás...-le arrebató el amuleto.

-¿Que? ¡Ford, dame eso!

-No se de donde lo sacaste pero tengo que revisarlo...-dijo viendo las casi inexistentes marcas en el metal.

Un nuevo verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora