Secretos

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Al día siguiente la rutina se repitió, Papyrus llamo a su puerta con fuertes golpes, pero en esta ocasión, él había dormido toda la noche. Sans abrió los ojos pesadamente, estrujando la almohada contra su rostro, intentando ignorar los demandantes gritos y amenazas de Papyrus. A pesar de su deseo, Sans se encontró a si mismo bajando las escaleras varios minutos después, fastidiado por el asqueroso y reiterativo día de trabajo que le esperaba, aunque el lado bueno era que la excelente noche de sueño que había tenido ayudaría a evitar cualquier accidente relacionado con tener la cara pegada al suelo y las caderas en el aire. Un gruñido por parte de la voz del hermano mayor, una buena forma de comenzar el día.

-Sans, no voy a advertírtelo otra vez...

-no es necesario jefe...

Había algo de bueno en que Papyrus estuviera con aquella lata: quedaba cansado, y por ende su explosivo temperamento se apaciguaba un poco, permitiéndole a Sans deslizarse fuera de su hora de trabajo para dormir, hablar con la vieja dama loca o ir a... Grillby's. Aquel momento siempre llegaba, cada mes, Sans solo quería apoyar la cabeza en la madera y dormir.

Por obvias razones que en ese momento él prefería no recordar, Papyrus no hizo su usual aparición por el puesto de Snowdin, tampoco por waterfall. Sin pensarlo mucho, decidió obviar ir a Hotland, Papyrus jamás se presentaba por aquella zona, y los humanos no caían del cielo, así que era imposible que algo hubiera llegado al caluroso ataúd, pero no imposible, aunque ese ya era problema de otra persona, y él no estaba interesado en lo más mínimo en ayudar a alguien que no fuera él.

Los pies de Sans se arrastraron por la nieve con desgano, pero en esta ocasión él no miraba el suelo, sus ojos estaban clavados hacia el frente, ya habría tiempo de parecer una puta sumisa y bajar la mirada, pero antes de eso tenía que darse una dosis doble de orgullo para que su mente no se quebrara por completo "¿por qué esconderlo?" Porque le repugnaba.

Los fantasmas del pasado jalaron las cadenas mientras los habitantes del puedo lo miraban con desagrado, él era, seguramente a sus ojos, la perra prostituta de su hermano menor, quien esperaba al sádico asesino con el trasero en el aire para pagar por su seguridad. "Vamos montón de mierda, arrodíllate y abre la boca... quizás después te meta la polla has-" "¡pecador!" él sacudió la cabeza, a veces la vertiginosa velocidad de sus propios pensamientos hacia que Sans se desconectara de la realidad por varios minutos incluso horas, pero esa no era una posibilidad bajo ningún jodido punto de vista. Él estaba por visitar al diablo, y tenía que ser astuto, o ardería en un infierno mucho más grande del que planeaba.

-no es la primera vez...

"ni tampoco la última, ¿verdad?" Él abrió la puerta del bar desganadamente, el ambiente estaba cargado con la inconfundible fragancia del infierno, lo cual sin dudas era bastante oportuno. La temperatura en ese lugar era bastante más alta, la clase de amor que los monstruos compartían en ese sitio estaba más relacionada a apretarse unos contra otros en el baño, permitiendo que todos los comensales en el lugar escucharan los ahogados gemidos de placer. El pequeño espacio no era un problema a la hora de resguardar todo tipo de consumismo enfermizo y actividades ilegales. Quizá por esa razón Papyrus odiaba el bar, porque la posibilidad de que su hermano estuviera celoso o "él no sabe nada de lo que hago aquí" Esa era la verdad, él había intentado ocultar sus actividades ilegales cuando eran niños, pero su hermanito no era un estúpido, y desde luego no era ciego, pero Sans no creía que algo como lo que había sucedido en su pasado tuviera relación con el mal humor de su hermano, sus motivaciones o su forma de ser. Viéndolo desde un punto de vista objetivo, Papyrus estaba destinado a ser el hijo de puta más grande bajo la tierra, porque así eran las cosas en Underfell, mueres a manos de algún psicópata cuando tu mente aun es débil; o vives lo suficiente para entrar en el grupo de psicópatas.

Mi pecado [UF!Fontcest]Where stories live. Discover now