Otra vez lunes.
Pueden golpearme pero la verdad es que estoy feliz, después de pasar casi tres años trabajando para George, la universidad resulta ser mucho más interesante. Además hace un día precioso, un día demasiado precioso para ser arruinado.
Y esperaba que eso no pasara bajo ninguna circunstancia.
Así que al subir a mi taxi matutino ya venía preparada mentalmente para cualquier cosa. Para cualquier cosa menos para lo que me encontré...
O más bien para lo que no me encontré.
El trayecto hacia la LCU resulto mucho más normal de lo que esperaba y eso debería haberme alegrado. Es decir, se había acabado. Ya no tenía por qué preocuparme por nada. Pero al llegar y salir del taxi lo único que me acompañó fue un vacío incómodo.
«Masoquista»
Con ganas de querer golpearme entro al campus en busca de una pequeña figura platinada y después de lo que parecen unos cortos minutos la encuentro hablando con un chico.
Me acerco a ellos con sigilo cuando noto la expresión de tristeza en el rostro de Heather.
—¿Y tú quisiste hacer eso? —La escucho decir con tono lúgubre mientras aferra sus cuadernos.
El chico la mira desde arriba y asiente distraído mientras mira en otra dirección con interés, ignorando completamente a mi amiga.
Veo como le dice algo antes de despedirse de ella con un gesto de cabeza.
Me pongo a su lado ya cuando el chico se ha ido.
—¿Rubia loca? —Bromeo.
Heather se queda en silencio por unos segundos mirando su dedo índice con el ceño fruncido, como si estuviera preguntándose por el origen de la vida. Es más estoy al borde de preguntarle si se encuentra bien hasta que ella finalmente me dedica una sonrisa de oreja a oreja y engancha su brazo con el mío.
—¡Seguiste la palabra clave! —Dijo al borde del llanto por la emoción —Es un muy buen pasó, y más aún en este día perfecto.
Eso sí que era entusiasmo.
Niego con mi cabeza y pregunto lo que tenía atorado en la garganta hace un rato:
—¿Quién era ese tipo de allá? —Le hago una seña extrañada cuando Heather comienza a caminar.
—Thomas Jacobsen. —Hace una pausa. —Más bien conocido como Tom.
No logró captarlo.
—Más información.-Le pido.
Heather me mira con sus ojos gigantes y luego sonríe.
—El tipo tenía problemas de comportamiento. Ahora pagará su castigo y...pues simplemente le preguntaba si él había querido hacer eso.
Me quede sin habla. Y yo que pensaba que la situación era bastante diferente.
—¿Estás tomándome el pelo?
Heather me analizó con cuidado antes de contestar con una sonrisita nerviosa.
—Olvidé decirte que, bueno, el director y ese grupito de orientadores me asignaron como psicóloga escolar —Se rascó la nariz con cuidado —Y pues se supone que es mi deber hacer todo eso, es una buena táctica para tener ciertos contactos —Se acercó a mí con cuidado —Para conseguir hierba y eso.
No pude evitarlo. Mis ojos se abrieron de par en par y solté un gritito de sorpresa.
—¿¡Fumas hierba!?
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Dark Demons© (Libro I) ✔️
ParanormalSeparada de sus padres al nacer y obligada a comenzar a trabajar con tan solo dieciséis años para pagar sus estudios y mantener a la persona que más quiere en el mundo, la vida de Kayla Jones no podría ser definida como la más fácil de todas. Sin em...