El grito se escucha por todo el piso antes de que pueda abrir la puerta de su apartamento, una mano en el pomo y la otra alrededor de la bolsa de basura que lo había llevado a ese lugar.
De pronto todo queda sumido en el silencio, en ese tipo de silencio que sientes un segundo antes de morir, tu vida pasando frente a tus ojos con una rapidez que ni tu mismo eres capaz de percibir y luego...vuelven a gritar.
Él cierra los ojos ahí, frente a su puerta aún sin ser abierta. Empapándose del dolor que la persona que está afuera experimenta, del dolor que él alguna vez había sentido y del cual nunca había podido deshacerse.
¿Es que ya era hora?
Se le secó la boca al tanto soltaba la bolsa de basura y dejaba que todos los papeles se regaran a sus pies, girando el pomo con su palma bañada en un sudor frío por lo que seguramente estaba a punto de hacer. Ni siquiera sabía por qué estaba tan nervioso, en el momento en el que los había encontrado ya había tomado una decisión, iba a ayudarlos.
Iba a ayudarlos aunque se le fuera la vida en ello.
Dio un largo suspiro y salió de la calidez de su apartamento, del lugar que había reclamado como suyo hace unas pocas semanas después de que la anciana falleciera...o bueno eso era lo que le habían dicho.
La mirada de su vecina al mirar el apartamento le hizo adivinar que efectivamente eso no era todo.
—A ver—Murmuro ahora frente a otra puerta. La miradilla parecía observarlo desde su lugar en lo alto de la entrada, escondiendo mil y un secretos que el había adivinando por cuenta propia, no era estúpido, se había dado cuenta que aquellos cuatro chiquillos la habían liado.
La habían liado bastante.
Con la vista fija en el el cerrojo lanzó un suspiro cansado ¿Qué más daba? ¿Para qué seguir fingiendo? Tarde o temprano ellos lo descubrirían, no era sensato seguir escondiéndose. Si quería ayudarlos tendría que enfrentarse a esto primero.
Ah, como odiaba dar explicaciones.
Tomó el cerrojo del apartamento de Kayla Jones y no se molesto en tocar, sino que con un solo toque fue capaz de abrirlo y adentrase al portal.
Tal parece que había acertado, las cosas estaban más que jodidas.
¿Tan mal maestro había sido?
Tres pares de ojos se giraron en su dirección, tan alerta que por una milésima de segundo sintió las cosquillas que el orgullo le produjo en el estómago. Pero por otro lado teníamos a la chica...
Desde que la había ayudado aquella noche en la que la guardiana había decidido aparecer no había sido capaz de mirarla y hoy, claramente no era la excepción.
No, no estaba de humor para evocar el pasado.
—No puedo creerlo—Exclamo él, desde su lugar, dando un paso al frente y cerrando la puerta de un golpe seco, mirando a sus pupilos con el ceño fruncido. O bueno, a la mayoría de ellos, Aaron no estaba por ninguna parte.
Mientras se preguntaba por su paradero examinó a cada uno de los presentes, barriendo la mirada desde las gemelas hasta la chica y luego....a Wess.
A aquel niño de seis años que había criado como si fuera su propio hijo, al niño bestia que se negaba a aprender cada una de sus enseñanzas y había terminado por irritarlo hasta el punto de querer lanzarlo por un precipicio, a aquel niño, ahora mucho mucho más grande que tenía esa mirada rota que él mismo había visto antes en su propio reflejo.
Que sí, lo volvía a repetir, las cosas...estaban bajo tierra, seis pies bajo tierra.
—¿Alexander?
Ah, hace tanto tiempo que no escuchaba ese nombre.
Alexander, antiguo dueño del Reino del tiempo, uno de los cuatro anteriores y el único que todavía se mantenía vivito y coleando.
Sonrió.
—El mismo.
FIN DEL PRIMER LIBRO
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Posiblemente se estarán preguntando algo como:
¿Qué verga acaba de pasar?
Pues bueno yo estoy aquí para explicar ciertas cosas, primero ESTE NO ES EL FINAL DEFINITIVO, va a haber una segunda parte, osea tranquilos chicxs que sí que estoy loca, pero no tanto.
Respecto a algunas cosas que quedaron sin resolver, todas estas serán aclaradas en el SEGUNDO LIBRO (Que subiré después por razones que explicaré en un apartado)
Pero sí la verdad es que fue un final muy pero muuuuy abierto, pero tenía que dejar un hilo para la segunda parte, después de todo, me imagino que debe ser difícil solucionar una situación como esta ¿O no?
Así que en resumen ¡¡NADA QUEDA DEFINIDO AQUÍ!! Osea Aaron bebé no puede desaparecer de la nada, nuestra querida Sam...Pues acepto especulaciones *Guiño guiño* y acerca de lo que hizo Wess mhm pues como dijo Kayla antes: Tiene el tiempo a su disposición ¿Existe algo que no pueda hacer?
Adiós hasta el nuevo aviso, atentas a actualizaciones para ponerlas al tanto del segundo libro.
Nos vemos ;)
-Sofi
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Dark Demons© (Libro I) ✔️
ParanormalSeparada de sus padres al nacer y obligada a comenzar a trabajar con tan solo dieciséis años para pagar sus estudios y mantener a la persona que más quiere en el mundo, la vida de Kayla Jones no podría ser definida como la más fácil de todas. Sin em...