Tocando Fondo

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—¿¡Quieres matarme!?—Pregunté apegando mi cuerpo todavía más al asiento de cuero.

El ceño de Wess se suavizó un poco mientras tomaba el manubrio con una mano...el manubrio de nuestro vehículo.

Un camaro.

Sí, al principio yo tampoco lo había creído, es más, hasta pensaba que era una broma (Como todas las cosas que solían pasarme), porque, vamos, todo esto resultaba demasiado insultante. ¿Qué clase de persona se subía a un taxi cuando tenía un maldito camaro estacionado a cinco pasos de su endemoniado departamento gigante?

¡Con suerte yo podía comprarme unas galletitas saladas!

Unas escuálidas galletitas...si es que eran galletas.

—Solo pretendo llevarte a casa sana y salva—Respondió.

Claro, y yo era un unicornio, a este paso ya casi podía imaginarme toda una escena en mi cabeza. Una escena en la que yo chocaba con el parabrisas y era la primera en morir.

Hice una mueca.

—Aplastada y muerta. —Corregí acurrucándome en el asiento de mala gana.

Rodando los ojos Wess miró hacia el frente exasperado.

—Estás sobreactuando. —Contestó mientras giraba el volante para entrar a la carretera. Frunció el ceño concentrado mientras aumentaba la velocidad nuevamente.

Se había mantenido de esa manera casi todo el camino, mientras yo, por otro lado, me dedicaba a hacer preguntas sin parar, preguntas que lastimosamente no eran contestadas. Wess solo se limitaba a mirarme y quedarse callado, continuando con su silencio escalofriante que además de preocuparme un poco, me desesperaba.

Demasiado.

No sabía si era porque en realidad estaba estresado de tantas interrogativas de mi parte y solo quería que cerrara la boca o por ese otro tema que no era un tema en realidad...bueno, lo era pero no lo era.

Bufé frustrada conmigo misma, esto era una idiotez. Una épica idiotez, primero que nada eso no debería haber pasado, si hubiera contenido a esa parte de mí que necesitaba un cuerpo caliente a su lado bajo toda costa me hubiera ahorrado todo esto.

¡Todo!

Iba a hacer lo que habíamos acordado, fingir que absolutamente nada sucedía. Todo estaba bien...

Fin del tema...no tema.

—No es sobreactuar, solamente estoy siendo realista —Ojeé el interior del auto hasta dar "casualmente" con el tablero. —Vas a 120.

Wess me miró de reojo.

—Tienes el cinturón puesto.

—Puede romperse.

—Podría usar mi brazo para detenerte.

Lo analizo de arriba abajo, señalo su inexistencia de cinturón.

—Serías el primero en salir desprendido por la ventana.

-¿Es que siempre eres así de trágica?-Preguntó entrecerrando los ojos.

—Realista. —Repetí mirando el cielo que comenzaba a oscurecerse, se estaba tornando naranja y los rayos de sol comenzaban a extinguirse. Suspiré y cerré los ojos momentáneamente, tenía que llegar a casa. Mi móvil, toda mi ropa y cuadernos habían quedado en los vestidores. No tenía idea de que haría al llegar. Sam iba a matarme.

El pánico me había manejado a su antojo y no pensé las cosas antes de actuar.

Para variar.

—Chica realista que cree en el destino. —Dirigí mi mirada hacia su perfil. —No se ve todos los días.

Dark Demons© (Libro I) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora