Imperturbable obligo a mi expresión a mantenerse tal cual, a no mover ni un solo músculo, la obligo a no dejar entrever nada más que mis facciones hechas de la más pura piedra, mármol impenetrable convertido en granito cuando aquella persona levanta la vista del suelo y me examina.
Las manos puestas en sus vaqueros negros y ese rostro tallado a partir del témpano más helado de uno de los polos del mundo me está mirando.
Y yo estoy tratando de no congelarme.
—¿Vas a dejarnos pasar o quieres entablar una conversación aquí?—Habla con pereza, indiferente a cualquier cosa que estuviera fuera de sus intereses, totalmente opuesto a la persona que era ahí, en el pasillo de aquella fiesta de mala muerte, la persona que quería decirme algo tan desesperadamente...
Él ya no existe.
Para distraerme en cualquier otra cosa miro sobre su hombro y me encuentro con dos pares de ojos idénticos mirándome también, los primeros muchísimo más emocionados que los segundos, los cuales se encuentran estudiando con excesivo detenimiento la situación que se desarrolla justo ahora.
No sé muy bien que tengo que decir.
Voy a abrir mi boca esperando que un diálogo milagroso salga de ella en los próximos cinco segundos, sin embrago no hace falta, ya que Wess no se queda para escucharme.
Tan apresurado como siempre pasa junto a mí rodeándome con rapidez y eficacia, aún con las manos en los bolsillos se adentra a la sala.
—Bien, al grano—Lo escucho decir al mismo tiempo que me hago a un lado y las gemelas, siguiendo el supuesto código universal , entran como la gente normal haría.
Veo a Heather dedicarme una mirada de disculpa al tanto entra tras de su hermana que, por si cabía alguna duda de ello, tampoco me dirige la palabra. Ni siquiera cuando cierro la puerta tan fuerte que hasta por poco yo me sobresalto en mi lugar. La estancia está tan cargada de la más peligrosa tensión que nadie parece notarlo y claramente Aaron y Wess no son la excepción.
Todos se posicionan en el salón como si hubieran esperado toda una vida para este momento, preparados para lo que fuera a acordarse aquí y ahora. Labios hechos una fina linea en cada uno de los cinco rostros que ocupan la habitación, expectantes, quietos, obligados a mantener aquella falsa calma que ninguno de nosotros está dispuesto a tragarse.
Aaron es el primero en hablar:
—Díselo—Creo que dice, con las manos sobre su rostro y la voz distorsionada por la misma razón—Díselo antes de que yo mismo lo haga.
Wess desde su lugar, apoyado en una de las paredes con sus tobillos y brazos cruzados, mira a Aaron, despectivo, su semblante sin reaccionar todavía.
—Vinimos aquí por una razón, quiero saber cuál es—Espeta el ojiazul, el tono que emplea para decirlo no da cabida a contradicciones y se encarga de lanzar por el retrete cualquier esperanza que hubiera tenido de obtener respuestas sobre el tema ya que en seguida tengo que intervenir.
Sí, desde hace dos meses lanzaba muchas cosas por el retrete.
Desde mi puesto soy testigo de como Aaron se queda muy quieto en su lugar, de repente mirando muy pero muy convenientemente en la dirección en la que se encuentra Wess.
Alabado sea el sarcasmo.
—Mi padre está vivo.—Espeto así, directo como una flecha en la consciencia de cada uno y es de esa manera en la que de repente...se hace el silencio, pero esta vez soy yo la que se encarga de romperlo, de relatar los sucesos sin querer detenerme por mucho tiempo en los pequeños detalles que casi hacen que me vuelva más loca de lo que ya estoy. Me enfoco en la información y en lo que nos puede ayudar a acabar con todo esto, sin embargo...
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Dark Demons© (Libro I) ✔️
ParanormalSeparada de sus padres al nacer y obligada a comenzar a trabajar con tan solo dieciséis años para pagar sus estudios y mantener a la persona que más quiere en el mundo, la vida de Kayla Jones no podría ser definida como la más fácil de todas. Sin em...