Un Lunes Por La Noche

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—¡No quiero!—Grito espantada mientras me tapo los ojos con ambas manos.

Naomi lanza un bufido al tiempo que Heather trata de calmar su risa descontroladamente deforme.

—Ky, no seas bebé. Vamos a verla quieras o no. Hasta Heather, la ternura en persona, quiere verla. Mayoría gana.—Sentenció al tiempo que escuchaba como posicionaba nada más ni nada menos que "La Monja" en el DVD.

Sin mi consentimiento, claro.

Se supone que esta pijamada era organizada por mí, yo era la maldita anfitriona, sí,  lo era aunque Sam haya sido lo suficientemente rápida para ofrecernos el jugo y las mantas para estar más cómodas...

No era muy buena anfitriona a decir verdad.

—Lo que pasa aquí, amiga de cartón, es que tú haces esto solo porque sabes que odio este tipo de películas—Protesté mientras dejaba de taparme los ojos y le daba un codazo a Heather, quien ya iba por la segunda caja de helado. Al parecer ella también era una glotona compulsiva.

—Las pijamadas son para divertirse, Ky.—Prosigue Naomi con severidad.

—¿Y eso que tiene que ver?—Cuestioné.

—Que me divierte verte gritar como una niña.

Qué maravillosa mejor amiga

—Ese es el punto Nami, soy una niña. ¿Es que acaso eres ciega?

—¿Quieres decir que en realidad no eres una adulta responsable de dieciocho años?—Preguntó Heather con una mancha de helado de chispas de chocolate en la cara. Si no hubiera sido por su comentario anterior se lo hubiera hecho saber, pero como las dos estúpidas al parecer se habían puesto de acuerdo para fastidiarme, decidí que dejaría que se quedara con esa mancha en la mejilla por el resto de la noche.

Bufo.

Luego determinaría que le haría a Naomi. Podría rayarle el rostro mientras dormía...o también podría pegarle algunas cosas con cinta adhesiva...Quizá haría ambas.

 Puede que Heather tuviera razón respecto al tema de la madurez.  

—¿Qué planeas, Jones?—Escuché decir a Naomi, quien se acomodó junto a Heather en el sillón, yo me encontraba en el suelo, siempre había tenido una obsesión con ese lugar. No lo sé, cosas extrañas de la vida.—Tendremos que cuidar nuestras espaldas.—Le susurró a Heather, la cual no tardo en soltar un grito ahogado que logro sacarme una sonrisa malvada.

Mejor las dejaría con la paranoia.

Gracias Megan.

—¡Oigan! Antes de que comience la película les tengo una propuesta.—Gritó de repente Heather.

Naomi pulsó inmediatamente el botón de pausa. La verdad era que el grito de Heather me había sacado de mis ensoñaciones, haciendo así que evitara quedarme dormida. Es que Dios, como odiaba las películas de terror. Era una nena ¿Ok? Después del temita este con los espejos evitaba a toda costa esas malditas creaciones del demonio.

Bueno, pero volviendo al tema.

—¿Qué cosa? –Preguntamos Naomi y yo al unísono.

—El viernes hay una fiesta en la fraternidad de Aaron.

Inmediatamente recordé lo sucedido esta tarde. La indiferencia de Aaron, esa mirada de preocupación de un momento a otro, su muy obvia huida...

Me encogí de hombros y escuché la conversación de Heather y Naomi, fingiendo de paso que no me importaba.

Dark Demons© (Libro I) ✔️Where stories live. Discover now