Pequeñas Tentaciones

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Kayla

Lo miré fijamente luego de hacer mi veredicto, tan seria y firme como me lo había imaginado desde un principio. Estaba tan malditamente orgullosa de mí, los rodeos había quedado atrás y una nueva Kayla se abría paso a través de toda esa estupidez.

O al menos eso creía hace unos segundos, antes de que una lenta sonrisa se formara en el rostro de Wess y tuviera que mirar hacia otro lado para esconderla de mis ojos acusatorios. Esperaba por lo menos que eso terminara por intimidarlo, sin embargo también me equivoqué en eso porque solo hicieron falta segundos para que Wess me mirara nuevamente con ambas cejas alzadas y comenzara a reír sin control.

Y yo realmente tuve que controlarme para no tomar mechones de mi cabello y empezar a arrancarlos de la desesperación, o aún mejor, tomar a Wess de los hombros y sacarlo de mi habitación a patadas por haberme asustado hasta la muerte. Exactamente, lo voy a repetir una y otra vez hasta que les quede claro a todos.

Me cruzo de brazos apoyando mi peso en uno de mis pies esperando a que Wess termine con su ronda de "Evitemos el tema y distraigamos a Kayla" para encararlo y hacerle saber que yo iba muy en serio.

—Estás irritándome—Fui franca al tiempo que observaba atenta sus movimientos, como hacía la enciclopedia a un lado y se dejaba caer sobre el acolchado con una sonrisita tonta dibujada en los labios.

Rodeé los ojos decidiendo hacer otra cosa en vez de continuar con mi auto humillación, como cerrar la ventana antes de que mi trasero terminara penosamente congelado.

—¿Sí? Entonces dime ¿Qué se supone que escondo?—Pregunta con un rastro de diversión en su voz, como si fuera consciente de la pregunta estúpida que acababa de hacerme—Soy un libro abierto.

Giré el seguro de la ventana volteandome con la cara más incrédula que pudo recrear mi rostro, sin embargo, al hacerlo, justo cuando tenía mi respuesta sarcástica balanceándose en la punta de mi lengua, fije mis ojos en los de Wess, quien se había incorporado nuevamente para mirar lo que segundos antes estaba mirando.

Y para agregarle la guinda al postre él me había sonreído desde su lugar con ese maldito gesto sugerente...

«Era un descarado»

Tragué saliva y me dije que si no me quedaba justo donde estaba parada muy posiblemente las cosas terminarían en una situación muy parecida a la que armamos en su departamento hace algún tiempo.

Me aclaré la garganta.

—Bien...

—Los Oráculos me mostraron lo que le pasó a Jema—Me corta quitándose la chaqueta empapada, dejándola con cuidado en el suelo antes de continuar.—Cuando se fueron un tipo se la llevó.

El cambio de tema logra desestabilizar mi estado de ánimo en cosa de segundos.

«Mi regalo y advertencia»

Un sudor frío cruza mi espalda como un viejo amigo cuando la culpa hace su acto de presencia en la boca de mi estómago.

—¿Viste quién era?—Pregunto despacio, decidiendo todavía si quiero o no saber la respuesta .

Wess me la dice de todas formas.

—No —Confiesa mostrándose inquietantemente tranquilo, mirando detenidamente el lugar en el que su chaqueta moja el piso—Tenía alas, así que definitivamente no era humano.

—Tampoco un guardian—Completo descansando mi espalda en la pared junto a la ventana, empezando a temer que todo este tema tenga algo que ver con el incidente de hace algunos días.

Dark Demons© (Libro I) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora