Dos.

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-Soy Giorgio, esta es mi casa y no tengo que pedir permiso para comer lo que quiera- dijo poniéndose de pie frente a mi y alzando la voz en tono amenazante
-resulta que ahora viviré aquí- dije cruzando de manos y de pie retando lo de frente, le sostuve la mirada amenazante y el no cedía, no sé cómo hablé en italiano fluido, pero me agradó -pero no voy a pelear por comida, tragate lo si tienes tanta hambre, yo me voy - dije moviendo mi cabello y camine lejos de el.
El se puso de pie junto a la isla de la cocina, lucía furioso y con la quijada apretada, podia ver cómo le salía humo de los oídos, pero una persona entro a la cocina con una mascara de gato gris cubriendo su rostro.

Yo lo mire extrañada, el parecía como si fuese lo mas normal del mundo. Abrió el refrigerador y tomo un jugo, volteó a verme y me saludó con la mano.

-hola linda- dijo la persona con la mascara, no podía parar de ver los ojos felinos y los bigotes blancos -que ocurre aquí? Se puede sentir la tensión en el aire - yo me le quede mirando embobada la mascara
- ella va llegando y ya se cree dueña del lugar- dijo Giorgio sarcástico
-te esta molestando Gigi? - dijo gracioso la cara gatuna
-no te pongas de su parte - replicó Giorgio y dió un manotazo sobre la isla haciendo vibrar el vaso con agua
-tu no seas grosero como un perro territorial- dijo en tono paternal -lo siento el es un inmaduro, que te hizo? - me preguntó mientras colocaba su mano en mi hombro
-me dices inmaduro a mi, tu eres el que tiene esa estúpida mascara desde hace dos semanas - señaló con las manos como todo italiano
-por cierto soy Monica- dije ignorando por completo a Giorgio.
-yo Darío, mucho gusto, al fin conozco a mi nueva hermanita, bienvenida, necesitas algo de aqui?
-bueno yo estaba comiendo hasta que...- fui interrumpida por Giorgio
-ten tu estúpida comida picante - dijo aventando el plato a la mesada de la cocina.
-no seas grosero- dijo Dario ya molesto, levantó la mano para pegarle, pero era muy tarde este se había ido rápidamente de la cocina.
-no te preocupes- dije restando importancia.
- y como estuvo el viaje? - me preguntó cambiando de tema
-tranquilo, lo siento tengo que preguntar, porque tienes esa mascara?
-a es porque tengo una espinilla y no dejare que eso arruine mi rostro.
-puedo verla? quizás pueda hacer algo
-no acepto burlas
-prometo que no me reiré 

El se quito la mascara y era idéntico a Giorgio, solo que este tenia una espinillas enorme en la nariz y el corte de cabello distinto.

-son gemelos?
-no, trillizos, el otro es Elías, pero el esta con su novia
-ya entiendo, bueno tu espinilla tiene solución, ven- el me tomo de la mano y yo lo guíe a mi maleta
Tome mi mascarilla mágica  que cuido con mi alma, pues quita las espinillas en cuestión de horas.
-ponte esto, dejalo por 5 minutos y luego ponte una bolsita de te por otros 5 minutos y ya después puedes lavarte
-enserio funciona?
-si, veras que dentro de unas horas ya no esta
-bueno no tengo nada que perder, gracias Monica

Volví a la cocina, termine de comer y luego tome mis maletas y subí por las escaleras y me quede viendo el pasillo por ambos lados, las escaleras se encontraban en medio de este.

No sabia donde estaba mi cuarto.

-necesitas ayuda?- dijo Dario apareció subiendo la escalera ya con pomada en la  espinilla
-donde esta mi cuarto?

El tomo mi mano y me guío por el pasillo, enserio va a estarme tomando la mano cada vez que me guíe a cualquier parte?

-bienvenida a tu nuevo hogar- dijo y abrió la puerta, todo en el interior era blanco, había una cama individual con sabanas blancas y un edredón doblado al pie de esta color azul celeste, una cómoda de madera marrón con su espejo y un armario tamaño suficiente para una persona con cajones a un lado, una ventana con persiana blanca, un abanico de techo y es todo.

-se nota que a tu mama le gusta el blanco
-si, pero cada habitación es decorada como quieren, puedes hacer lo mismo
-gracias
-bueno te dejo descansar- salio y me dejo sola

Me gustaría tener mi taller y mis cosas en este lugar, quisiera tener algo que me haga sentir en casa y no como la intrusa que come picante.

Deje mis maletas, cerré las cortinas y me acosté.

Dios mio que es ese ruido? Abrí los ojos de golpe y me asome por el patio se escucha como una sierra.

No puedo ver nada desde aqui, un árbol obstruye mi vista.

Una puerta a lado del armario que no había visto me comunica a un baño equipado con una tina, lavabo y un estante de toallas.

Cierro con seguro la puerta y tomo una ducha, el baño es color gris a diferencia de toda la casa con el color blanco que hace doler la cabeza.

Cuando salgo me cambio en mi cuarto y bajo la escalera, un chico de cabello rubio pasa a mi lado casi corriendo.

En la sala no había nadie, mi papa estaba en el comedor junto a su novia.

-descansas te bien? - pregunto ella
-si- dije y me senté en la mesa -ustedes dos se ven muy relajados para que el día de mañana sea su boda - dije y ambos rieron
-quieres ver como van los preparativos?- me pregunto Diana

Yo no alcance a responder cuando mi papa me puso de pie y me llevo al patio con Diana tomando mi mano. Ya se de dónde tiene la costumbre Darío.

Si la casa era enorme el patio era aun mas.

Había muchos árboles frutales y una pequeña huerta, tambien un cuidado jardín, a un costado había un kiosco y este contaba con un puente que comunica a un lago, esta gente tiene su propio lago dios mio.

-esta casa es muy hermosa, sale de mis expectativas
-muchas gracias, esta casa era de mi abuelo y esta la heredó mi padre y ahora paso a mi
-me imagino que cada generación se encargo de hacer esta casa una maravilla
-si, mira cada uno de esos árboles es por cada hijo que he tenido en total dan diez, estaba hablando con tu padre y el día de la boda plantarémos otro este te representará a ti, pero aun no estamos seguros que fruto dará
-aguacate - dije casi al instante
-eso podría funcionar- dijo papa
-puedo preguntar, porque escogiste aguacate?
-porque el aguacate es mexicano y sera plantado en italia es una metáfora de mi vida
-extrañas tu casa verdad- dijo Diana
-si, pero no de la forma caprichosa como una niña inmadura, si no que deje mi ombligo y todo lo que soy en México
-su ombligo?- le pregunto a papa
-cuando nace un bebe el ombligo umbilical lo entierran en casa para que siempre vuelva cuando crezca - le aclaro mi papa
-tranquila, haremos lo máximo posible para que te sientas como en casa
-muchas gracias Diana

Estaban colocando luces colgantes de un árbol a otro y una pista bajo esa telaraña de luces vi a los trillizos cargando torres de sillas y las dejaban frente al kiosko.

No puedo distinguir cual es cual.

-Darío te ayudo? -pregunte viendo a los tres a ver cual contesta o ver alguna diferencia.
-Monica, que bueno que despertasté- dijo el, pude notar que tenia el cabello peinado hacia la derecha
-puedo ayudar?- dije hacercando me
Note que uno era Giorgio cuando puso los ojos en blanco -me imagino que tu eres Elias- dije al que estaba sentado sobre una silla, claramente cansado.
-un gusto conocerte por fin Monica- dijo el, yo le sonreí y este me imitó.

-puedes acomodar las sillas por favor mientras nosotros traemos mas
-si claro- dije y estos se fueron de nuevo a fuera, pude ver que había un camión

Un grito se escucho desde dentro de la casa.

-y ahora que paso?- escuche a Diana

Un chico de cabello castaño claro salio corriendo de la casa con un perrito en la mano.

Se veía mayor que yo claramente

-que paso?- repitió Diana
-hay una araña en mi cuarto, trate de arrojar le la linterna pero esta rebotó en la cama y me callo en el pie
-Adrian te he dicho que no pongas insectos en la habitación de Mike
-porque piensas que fui yo?- dijo el mismo chico que salio corriendo en las escaleras casi me caigo por su culpa.
-es típico de ti Adrian, ahora ponte a ayudar a tus hermanos y deja de dar problemas en 48 horas

Yo y mis diez hermanos Where stories live. Discover now