Astrea

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N

Me quedé acostada en mi cama pensando un buen rato. El momento había ido y venido tan rápido que tenía que detenerme para pensar en lo sucedido, para saber cómo había pasado de estar sentada en el piso justo al otro lado del pasillo, Gastón a mi lado, su sonrisa cálida haciéndome dudar por que pensé por un solo segundo que se burlaría de mi.

El sol había brillado entre los árboles y le dio a todo un tono místico que por un momento pudimos haber estado en un castillo, pudimos haber estado comiendo de la vajilla mas cara del mundo o de una vajilla de plástico de Disney, daba igual ...yo había entrado en un trance y no podía notar la diferencia.

El sol se había escondido, los adultos habían llegado de la mina...y yo seguía aquí , aún en ese trance que no me dejaba diferenciar la realidad de la fantasía. Tal vez esa es la razón por la que no note el sonido que venia de mi ventana.

Un fuerte golpe me hizo entrar en alerta, el contorno de una mano estaba en el vidrio.
Mi mente inmediatamente pensó en un animal salvaje que sin duda quería asesinarme, lo cual lleno mi cuerpo de adrenalina. Pero cuando vi una escalera de metal bajar del techo, la imagen mental de todos los posibles animales salvajes que podían atacarme fueron reemplazados por signos de interrogación.

"Nina..." escuché una voz familiar en la obscuridad.

Me acerque lentamente tratando de ser muy cuidadosa, al llegar al balcón, abrí el ventanal y vi el rostro parcialmente iluminado de Gastón.

"¿Q—Qué?..." Intenté no sonar tan sorprendida como me sentía "...Gastón?"

Una media sonrisa apareció en su rostro y trato de ocultarla entre su brazo y su hombro "Nina" suspiró "eventualmente tienes que dejar de sorprenderte tanto cuando te vengo a buscar..."

Con una mano se agarro fuertemente del barrote de la escalera y me extendió la otra, invitándome a subir con él.

Mire a mi alrededor, confundida.

"Nina Simonetti" Dijo Gastón con increíble seriedad "Te estoy hablando a ti, te estoy invitando a venir conmigo" bajó otro escalón e inclino su cuerpo hasta tocar mi muñeca, sus dedos un poco fríos por la brisa nocturna mandaron señales de electricidad a través de todo mi cuerpo. Mis pies se movieron, acercándome a la escalera y por primera vez en mucho tiempo, mi cerebro estaba silencioso...no había alarma diciéndome que no lo hiciera, no había duda en mi mente que me impedia confiar en él.

Todo este tiempo intenté convencerme que Gastón no era quien se presentaba ser, que aunque nunca me hizo sentirme menos por nada, aunque nunca me juzgó y siempre fue bueno conmigo, mi cerebro seguía alertándome de peligros que no estaban ahí.
Asi que por primera vez, mi cerebro estaba guardando silencio y estaba dejando de llegar a conclusiones sin evidencia comprobable.

Me sentía libre.

Subimos cuidadosamente, todo el tiempo Gastón agarrándome de la mano, y ayudándome a subir el ultimo paso al techo. El parte aguas nos hacia caminar ligeramente inclinados para mantener el balance, Gastón me guio al centro en donde había un montón de cobijas hechas bola.

"Ésta es mi área favorita" comentó mientras nos sentábamos "en el observatorio se pueden ver sin problema, pero aquí...creo que aquí se sienten mas cerca"

Gastón extendió su mano hacia el cielo , la única luz venia de la luna y las estrellas. "Es como si pudiera tocarlas..."

Mi garganta estaba seca, así que cuando trate de hablar mi voz estaba un poco ronca "S-si" tartamudee tratando de pensar en algo que decir, mi cerebro inmediatamente comenzó a darme todos los datos que había leído antes sobre las estrellas o cualquier cosa relacionada al espacio "P-pero la estrella mas cercana esta a mas de 93 millones de millas, Alph—"

Chicas como tú #GastinaWhere stories live. Discover now