Capítulo 33: Madres e hijos

199 34 7
                                    





Anne abrió la puerta de la habitación y cuando Harry vio su expresión deseó que la tierra le tragase.

-No puedo creer lo que estoy viendo.

-Ayúdanos...

Anne se agachó y maldijo entre dientes. Era difícil desenganchar.

-Harry, ¿podrías tratar de mantener la erección? Será más difícil si esto se cae.

-Mamá, qué vergüenza...

-Deja, ya se ha venido abajo. Niall, no te muevas. Hay tres lentejuelas enganchadas.

-Me está dañando la encía...

-No hables, coño... listo. Desenganchado.

Harry y Niall levantaron la cabeza. Anne les estaba mirando fijamente.

-Fue un accide...

-No sé como mierda vamos a dormir Maura y yo sabiendo que estáis en alguna ciudad a treinta horas de avión y que no ocurra algo como que os pillen follando tras un cocotero. Y que luego os caiga un coco en la cabeza.

-Pero...

-Niall, tu encía sangra.

-Ya... enseguida para...

-Me voy.

Anne cerró la puerta y Niall y Harry se miraron.

-Yo sigo queriendo follar –dijo Harry.

Niall se rió y le quitó los calzoncillos de lentejuelas.

-No se diga más.



Liam y Zayn volvieron a Londres el día veintiséis. Su intención era pasar Fin de Año juntos en Londres, antes de incorporarse al estrés de la gira en serio.



Harry estaba desayunando y le preocupaba lo silenciosa que estaba su madre.

-Mami...

-Harry, tienes que venir esta semana a casa para sacarte el carnet. Es más fácil en Holmes Chapel y está todo listo para tus últimas clases y el examen del día treinta.

-De acuer...

-Niall no puede venir.

Harry dejó de comer. Anne se levantó.

-Adoro a tu novio. Bueno, tu marido. Os adoro y apoyo en todo pero tengo invitados en casa. Es familia de Robin, gente mayor, y hay niños. Vienen para fin de año y no puedo... no puedo arriesgarme a que hagáis una locura.

-No la haremos.

-Y yo quiero... relajarme. Harry, sois muy ruidosos y revoltosos y...

-Yo no voy si Niall no va.

-Harry, yo también llevo como año y medio de locura y he estado con vosotros y... comprendéme...

-¡Estás prohibiéndome que lleve a mi marido a casa por Navidad!

-Ni siquiera es Navidad, es Fin de Año...

-Sacaré la licencia en Londres.

-Harry...

-No, déjame.

-Me voy esta tarde, ¿no vienes?

-Me quedo en Londres.

Anne no dijo nada, suponía que Harry necesitaba tiempo.

La casa se vació ese día. Niall no sabía qué le pasaba a Harry, aunque su expresión y lo callado que estaba no indicaba nada bueno.

Harry no quería que Niall supiese nada. Fue a gestionar los trámites para sacar la licencia y logró examen como pretendía el día treinta.

-Creí que iríamos a Holmes...

-Niall, es mejor estar aquí. Las cosas no están fáciles en casa, mucha gente.

-Está bien. Podemos hacer una fiesta, si quieres.

-Me parece perfecto.

-¿Haces las invitaciones?

-Sí, encárgate del cátering.



Niall estaba empezando a preocuparse en serio. Harry así era difícil de manejar.



Harry estaba esperando que Anne le mandase un mensaje arrepintiéndose y diciéndoles que fueran, pero no ocurrió.

Y él no estaba acostumbrado a pelearse con su madre, ni de niño lo estaba. Solía hablar con ella todos los días y ahora era día veintiocho y no sabía nada.

-Voy a las prácticas de conducir –besó a Niall que parpadeó.

-¿Tan temprano?

-No puedo dormir y así desayuno.

-Si no puedes dormir, yo te relajo...

-No tengo muchas ganas.

Niall gruñó. Así era desde que Anne se había ido. Harry encerrado en sí mismo, poco cariñoso y con nulo deseo.

Se cerró la puerta de la calle. Llamaría a Anne pero sospechaba que era algo entre madre e hijo.

Harry acabó de comer todo lo que pudo. Llevaba días comiendo mucho, incluso más de lo que Niall creía. Desayunaba fuera antes de las prácticas.

El día del examen Niall le acompañó y esperó mientras hacía la prueba.

Mientras esperaba, Niall llamó a Anne.

-Está bien, Anne. ¿Qué pasa?

-¿Niall? No sé que te ha dicho Harry, pero...

-Harry no me ha dicho nada y ese es el problema. ¿Qué os pasa?

Anne empezó a hablar con la voz quebrada y medio llorando. Niall escuchaba pero a pesar de que Anne lo contase de un modo hasta lógico no pudo evitar sentirse mal.

-Yo... trataré de que Harry razone.

-Niall, esto no es contigo.

-Claro, Anne, tranquila.

Pero cuando colgó el teléfono, se sentía más miserable de lo que se había sentido nunca.

Conociendo El Éxito  |Narry|Ziam|Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz