Aleación [SANGRE & ACERO #3]

Capítulo 2 - Venganzas y reencuentros

Antes que nada avisar que los días de capítulos son Miércoles y Sábados, ya que en el anterior capítulo hubo mucha gente desconcertada preguntándome que cuando subiría.

Decidme si hay algún error please que no me ha dado tiempo a corregirlo :)

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Apagué el ordenador y me levanté de la cómoda silla. Me acerqué a la cama y me tiré sobre ella sin más.

Observé el techo por unos segundos y suspiré.

Ya hacía dos días de la mudanza. Dos días teniendo que compartir habitación con Ryan, y seguía sin saber si me estaba matando o dando fuerzas.

Por una parte, había servido para mantener una relación normal, de hermanos si se puede decir. Nos hablábamos, incluso a veces reíamos un poco, aunque está claro que nada más lejos de lo que me gustaría.

Cada centímetro de distancia me dolía, y cada vez que notaba el mínimo contacto físico entre nosotros mi piel se erizaba, transmitiendo una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

Observé la enorme cama totalmente ordenada con cautela.

Al menos no teníamos que dormir juntos.

La puerta de la habitación se abrió, y me levanté rápidamente.

- ¿Que haces ahí? Ven a la sala de juegos, Grayson está a punto de darle un palizón a Jayce en el Fifa. - Comentó Xavier entusiasmado.

Fingí una sonrisa, cosa que se dió cuenta al instante.

Frunció el ceño y se acercó cuidadosamente hacia a mi para después dejarse caer en mi lado.

- ¿Estás bien?

Asentí rápidamente, fingiendo otra sonrisa que tan acostumbrada estaba a hacer.

- ¿Vamos? No me gustaría perderme como Grayson le da una paliza a Jayce.

Asintió y nos levantamos de la cama, subiendo al piso de arriba, hacia la sala de juegos.

Abrimos la puerta cuidadosamente, intentando no desconcentrar a los chicos, todos sabíamos cómo se ponían cuando estaban jugando y los molestaban.

Nada más entrar, las cinco televisiones de plasma me dieron la bienvenida, dos a cada lado de la pared, derecho e izquierdo y una más grande en la pared de en frente, dónde Grayson y Jayce jugaban.

Frente a cada televisión, decenas de puffs y sillones, haciendo el juego más ameno.

Además, justo en el centro de la habitación, una mesa de billar y un futbolín.

Nos acercamos hacia ellos y nos dejamos caer suavemente sobre los puffs a su lado.

- ¿Cómo vais? - Susurré, intentando no desconcentrarlos.

Ninguno me contestó, ambos estaban tan metidos en el juego que era como si todo lo que hubiera alrededor no existiera.

Fruncí el ceño, me giré a la pantalla y la miré por un buen rato.

Ni siquiera sabía quien era quien, pero ambos estaban bastante igualados.

- ¿Quien es cada uno? - Pregunté en voz baja.

Ambos me mandaron a callar a la vez.

Fruncí el ceño y los miré mal, ni siquiera me hacían caso. Xavier a mi lado soltó una risita, lo miré mal también a él.

Me fijé en la pantalla, el equipo de la camiseta azul se acercaba peligrosamente a la portería del equipo del equipo blanco, y noté como ambos se ponían tensos, totalmente inmersos en el juego. Era mi oportunidad.