Capitulo 7 Me ama... O tal vez agoniza...

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Ella se había metido a bañar con agua fría antes de dormir con la ventana abierta por el intenso calor que hacía, aunque ¿Quién no siente calor con ese mazacote de pelaje que ella tiene? Si fuera ella ya me hubiera rapado desde hace años o cada verano.

No podía pensar en otra cosa que no fuese en el olor de Amy, era algo tan complicado tener que explicar que me estaba gustando, seguía con mis malditas ideas de ocultar mis sentimientos hacia ella. Esa noche no pude dormir, el calor me invadía pero no era esa clase de calor natural creado por el clima, era un calor abrazador que cubría todo mi cuerpo.

Pasaron las horas y por culpa de mis hormonas no pude descansar, no importaba como estaba acostada o la posición en la que me encontrara, sudaba e intentaba ignorar mis problemitas. Me tomo tiempo darme cuenta que todo eso no era nada más que mi primer despertar sexual.

Intentaba dormir pero era imposible ignorar mis instintos a pesar de todo. Trate y trate de dormir y lo conseguí después de horas y horas luchando contra mis instintos pero al cerrar los ojos un aullido de dolor me despertó.

Me levante más tranquila y fui a ver que le paso a Amy, la pobre se quejaba y moqueaba, la muy idiota se había enfermado; clásico, la "bebé" termina cuidando a la niñera.

La verdad me sentía mal por su dolor, pero en el fondo me deleitaba con ello. La loba ardía en fiebre, tenía que enfriarla así que puse un trapo húmedo en su frente para poder calmar su dolor.

La loba comenzó a decir incoherencias (Como todo que escribe Panfeyt pero sin tanto rollo) y a quejarse porque se iba a morir. Pobre bebé ingenua. No sabía nada de medicina pero si de algo conocía muy bien es como tratar este tipo de enfermedades.

Así que corrí a la cocina para calentar algo de té para la pobre loba, mientras tanto Amy se seguía quejando y llorando de que su cabeza iba a explotar si no bajaba su fiebre ahora mismo. No sé cómo funcionen los lobos a la hora de enfermarse, ya que cuando yo me enfermaba no me quejaba el alto y gritaba a los cuatro vientos que me sentía mal, tal vez los zorros somos más resistentes que los lobos.

Baje las orejas al escucharla quejándose al otro lado de la casa. Suspire y le lleve un té de limón, fue una noche muy dura para mí.

-Tengo frío- Se quejó para que yo le devolviera las cobijas.

- ¿Feliz?- Pregunte impacientada.

- Creo que si...

Me di la vuelta directo a mi habitación cuando esta aulló por aparente agonía y me lanzo las cobijas a la cara.

- ¡Tengo calor!- Estornudo- Quiero algo de té...

Rodé los ojos y le pase la taza que ella estaba tomando, le dio un gran y profundo sorbo y paro de lloriquear.

- ¿Mejor?- Pregunte cansada.

- Sí, mucho mejor.

- Bueno- Bostece- Me voy a dormir.

- Está bien.

Di un paso al frente cuando mis pantuflas se llenaron de vomito de la loba. Fui por el trapeador para limpiar los jugos gástricos de Amy y de paso mis pantuflas que ahora olían horrible.

- Cuéntame un cuento...- Me suplico con las orejas caídas.

- Había una vez una linda zorrita que todo lo que quería era dormir, pero una bestia grande y peluda no la dejaba gracias a que no paraba de llorar.- Comencé a limpiar con más fuerza y a gruñir entre dientes.- Así que para poder dormir la zorrita se quedó con la bestia para calmarla de una buena vez y poder dormir, así que...

- La zorra y la bestia al pasar los días se enamoraron.- Prosiguió Amy- Así que se casaron, adoptaron un cachorro y vivieron felices por siempre....

- ¡Exacto!- Exclame feliz al darme cuenta que se estaba quedando dormida.

- Y esa zorrita y esa bestia se llamaban Amy y Perry- Murmuro antes de quedarse dormida.

- Correcto...- Me quede pensando un poco en lo que dijo.- Espera ¿Qué? 

Mi Estúpida Niñera ( EDITANDO)Where stories live. Discover now