capitulo16

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La verdad, este sitio no me suena de nada, pero era muy bonito. Era una especie de descampado que estaba como en una montaña desde la que se veía toda la ciudad y a la vez había un lago que parecía una pequeña playa. También había una casa pequeña de madera y estaba todo perfectamente cuidado.

J: Se que no es gran cosa pero este sitio es muy importante para mi, desde lo que pasó con.... bueno.... ya sabes.... cada vez que estoy mal vengo aquí, aunque muchas veces vengo simplemente a cuidarlo un poco. Nadie sabe esto y bueno, me lo enseñó mi abuela. Mi abuela era muy sabia y me dijo que este era nuestro secreto y que el día que encontrara a la indicada que la trajera aquí - dijo algo melancólico - y aquí estas.

La verdad, no sabía como reaccionar por lo que simplemente le abracé. Le abracé fuerte, y joder, que bien se estaba. Él por supuesto me correspondió al abrazo. Nunca me habría imaginado estar entre sus brazos sin peleas.

y: Te quiero.

Si a alguien, en algún momento de su vida se les hubiera ocurrido decirme que le iba a decir esas dos palabras al mismísimo Jesús Oviedo les habría tirado a la cabeza lo primero que pillara y después les llevaría al psicólogo para ver si podían arreglarles esa cabecita. Pero ya veis, aquí estoy.
Se separo un poco de mi para segundos después posar sus labios sobre los míos. Era un beso muy tierno y tranquilo del cual no quiero separarme pero debo hacerlo por falta de aire.

Debo admitir que Jesús nunca me ha caído bien pero cada vez que la liaba conmigo el anónimo, que era el, no solo arreglaba las cosas si no que me hacía reír, me hacía valorarme y era justo lo que necesitaba, de verdad lo digo. Es un chico que en muy poco me ha enseñado mucho y aun no me ha dado motivos para desconfiar de él.
Estuvimos toda la tarde en ese precioso lugar entre caricias y besos hasta las 9 que empezó a refrescar aunque estuviéramos en verano.

Y: ¿Nos podemos ir ya?

J: ¿Tienes prisa princesa?

Y: No... Pero si algo de frío.

J: Oh, ¿entonces entramos ya? -dijo y recibió una mirada confusa por mi parte- hoy dormimos aquí enana. Ya lo saben todos, no te preocupes.

Y: No me llames enana -me queje como una niña pequeña.

J: ¿Como quieres que no te llame enana si te saco una cabeza? -dijo riendo y besando mi cabeza.

Me acomodé mas en su pecho y el me rodeó más con sus brazos para darme mas calor, cosa que consiguió. Poco a poco se me iban cerrando los ojos hasta que escuché una preciosa voz y un ligero zarandeo.

J: Enana no te duermas, vamos dentro ya y cenamos.

Me cogió en brazos y me metió en la pequeña caseta de madera. Me sorprendí porque a pesar de estar adormilada me di cuenta de que por dentro era enorme y acogedora.
Me tumbó en la cama y me tapó con una fina manta ya que dentro hacia fresquito.

J: Voy a preparar la cena enana -me dio un corto beso para después salir de la diminuta habitación a lo que supongo que era la cocina.

Quien se enamore pierde (Gemeliers)Where stories live. Discover now