capitulo 18

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La puerta de mi habitación se abrió y ahí me invadió el medio. Solo estaba yo en casa y había dejado la puerta cerrada con llave. ¿Quién ha entrado?
Estaba dándole la espalda a la puerta y no tenía valor para girarme. Poco a poco noté pasos detrás de mi que se acercaban más y mas hasta que noté su aliento en mi cuello.

*Jesús*

Me acerqué a ella por detrás y vi sus brazos. En ese momento se me calló el alma al suelo. Me dolió que no confiara en mi, pero esta imagen me duele mil veces más. Ella era como la razón de mi vida, no se como se pudo llegar a imaginar que estaba con una chica mientras ella estaba bajo ese mismo techo. Mer me explicó que ella la dijo que tenía fotos y que al ir a enseñárselas no estaban, que se lo había imaginado.

Y: ¿Por qué lo has hecho? -dije abrazándola por detrás

Ella no hablaba, solo lloraba. La cogí en brazos para volver a su habitación, sentarme en la cama y ponerla encima. La pegué a mi pecho como si fuera una niña pequeña mientras la acariciaba suavemente el pelo. La besaba la cabeza repetidas veces hasta que vi que ya no lloraba. Se había dormido, pero esta vez no me iré.

La tumbé en la cama y yo con ella. La abracé pegándola a mi y me dormí junto a ella.

A media noche me desperté por una pesadilla. ¿Que habría pasado si no hubiera llegado? ¿Habría llegado a mas? De verdad, os juro que no sabría que hacer si la pasara algo, o, si simplemente, no estuviera a mi lado. Yo, bueno, ya me visteis lo que era. Ella me ha ayudado, me ha abierto los ojos, me ha cambiado, me ha hecho valorar las cosas, valorar la vida. Saber que si la veo sonreír ya me vale la pena haber vivido ese día. Yo quise hacer lo que ella ha intentado hace minutos, hasta que un día me fije bien en su sonrisa, en la fuerza que transmitía, en su carácter, en su cabezonería, en su belleza, es su torpeza, en ella. Ella es mi día a día, mi todo.

*Maria*

Me desperté y busque con mi brazo algo a mi lado, se que faltaba algo y no sabia el que. Poco a poco abrí mis ojos y observé mi habitación, ahí vi que me faltaba Jesús. Juraría que lo de anoche no fue un sueño y que el había dormido junto a mi. Para comprobarlo mire mis brazos y vi las marcas lo que confirmó que al menos esa parte no había sido parte de mi imaginación.

Y: ¿Jesús?

Nadie me respondió. Pensé que se había ido pero no había nadie en mi casa, ¿de que iba a esconderse? Luego le llamaré.
Bajé a la cocina dispuesta a prepararme el desayuno y cuando entré le encontré haciendo tortitas. Le abracé por detrás y le di un beso en el cuello.

Y: huele genial - rió - pensé que te habías ido.

J: ¿Por que iba a irme?

Y: No se, pero al no verte lo pensé.

J: no princesa, nunca te dejaría.

Dijo y me dio un corto beso. Estuvimos desayunando tranquilamente y a las 12:30 se fue a su casa y yo subí a hacer mi cama y recoger la habitación.

Quien se enamore pierde (Gemeliers)Where stories live. Discover now