t r e i n t a (iii)

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Yoongi desapareció en la ducha después de lanzarme unas cuantas toallas. Resultó ser mucho más dócil estando borrancho, así que no tardó en obedecerme y en encerrarse en el baño en cuanto le dije que una ducha no le vendría mal para bajar su borrachera. Tampoco puso pegas cuando le pedí las toallas, aunque no dejaba de canturrear y de meterse con lo ''feo'' que era mi conjunto. Me envolví en la toalla blanca más grande, tiritando como un pobre cachorrillo empapado, y me sequé mientras miraba por la única ventana de la sala. Fuera seguía lloviendo con fuerza, sin cesar. Suspiré. Supuse que no iba a dejar de diluviar en toda la noche; quizá salía del apartamento en góndola, como en Venecia. Alcancé otra de las toallas que me había lanzado Yoongi y me sequé el pelo con ella, revolviéndolo. Iba a estar helada por tres días seguidos si no conseguía entrar en calor. Sabía que tenía que quitarme la ropa empapada y secarme en condiciones para poder recuperar una temperatura corporal por encima de los treinta y cinco grados, pero no iba a hacerlo por varias razones: primera, no estaba en mi casa; segunda, no tenía ropa para cambiarme; tercera, Yoongi me iba a mandar a la mierda si le pedía prestada su ropa; y cuarta, me moría de la vergüenza. Sí, no me importaba berrear en el coche canciones de Queen, pero cambiarme de ropa y ponerme la de un chico era otra historia. Y además, tenía que dormir con él. Conociéndome, supe que no iba a pegar ojo en toda la noche y que dejaría a Yoongi dormir como un bebé.

Me senté en el suelo, abrazándome a mí misma, consiguiendo entrar en calor muy poco a poco. Miré la hora en mi teléfono algo húmedo -fue lo primero que sequé- y si tenía algún mensaje de mi madre. Eran más de las dos y media de la madrugada; mi madre debería estar durmiendo ya. Oí cómo cesaba el agua cayendo de la ducha y cómo Yoongi maldecía en alto. Abrió la puerta del baño, pero se golpeó con ella en la cara y estuvo a punto de pelearse con ella. Yo me limité a reírme como loca, pero al final tuve que levantarme y empujar a Yoongi con suavidad lejos del baño. Al parecer la ducha no le había servido de mucho y seguía estando bastante borracho. Al darse cuenta de que yo le sujetaba por los hombros, Yoongi agitó los brazos para deshacerse de mí y volvió a creer que tenía una melena larga que poder retirarse de la cara. Hizo un movimiento seco con la mano. Estuvo a punto de darme en un ojo, pero fui lo suficientemente rápida como para retirarme hacia atrás.

— No me toques, plebeya. — dijo, dejándose caer en la cama. Se acurrucó al lado contrario donde tenía la almohada. — Aerinnie, arrópame.

— No me llames así. Y no soy tu madre. — repliqué, cruzándome de brazos y observando a Yoongi detenidamente. Parecía un maldito fantasma vestido enteramente de negro. Él miró con un puchero y los ojos de un corderito a punto de ser degollado, pero no consiguió lo que quería.

— Bah, que te den.

— ¡Bien, el Yoongi sobrio vuelve! — aplaudí con fingido entusiasmo mientras él se daba la vuelta y se acurrucaba sobre el colchón dándome la espalda. Después, un escalofrío recorrió mi espalda, recordándome que estaba congelada y que mi ropa seguía empapada al cien por cien. — ¿Puedo coger algo de tu ropa...?

— Noooo. — canturreó.

Lo sabía. — ¡Es lo que hacen los amigos!

— Nooooo... — repitió, alzando las manos y haciendo un gesto muy gracioso, moviéndolas de un lado a otro. — Bueno, con tal de que te quites el vestido-

— Eh, tío, para ahí, que estés borracho no significa que-

— ¡Ese conjunto es muy feo! ¡Quiero llorar! — exclamó dramáticamente. Al parecer gritaba más de normal cuando estaba borracho, lo cual era algo bastante extraño. Pensé que sería el típico borracho que se quedaba dormido en cualquier esquina después de unas cuantas cervezas, pero resultó creerse un juez de un reality  de moda que sabía hacer aegyo y que tenía una hermosa melena azabache.

First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora