dos días, eran los que sam había faltado por la vergüenza de tener el cabello de esa manera.
kevin había ido a su casa para darle los apuntes y tareas pendientes. su padre no le tomo importancia, pues casi no estaba en casa y dean solo dijo que era algo de gripe.
entre los dos habían buscado la manera de quitar la pintura pero esta no salía y sam comenzaba a desesperarse.
así que antes de cumplirse el tercer día de falta, a la hora del almuerzo, castiel encontró a dean y le entregó la solución al problema.
-he obligado a gabriel a investigar como sam podría quitarse el tinte, y uh. -le dio una botella. -esto es decolorante le ayudará, y si le aclara demasiado el cabello, esta ésta otra botella. - se la entregó. -es hena, casi igual a su color natural. espero que sea de ayuda.
-gracias cas. -le sonrió. castiel asintió y se dio la vuelta para irse, dean lo detuvo. -oye, cas. me preguntaba se quisieras ir a mi casa a jugar videojuegos o algo. -dijo con timidez.
-me encantaría, dean. -y le sonrió de una manera tan dulce que a dean se le derritió el corazón.
en cuanto las clases terminaron, ambos se dirigieron a la casa del rubio.
-¿estás seguro que tu padre no se molestará?
-no, le dije a gabriel que le dijera que estaría aquí. - ambos estaban demasiados cerca.
-cas. -tosió. -espacio personal.
-mis disculpas. -dijo apenado.
