Capítulo 17.

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(*N/A: Quiero dejar en claro que el hecho de escribir sobre un tema que aún es tabú hoy en día lo tomo desde la responsabilidad y cuidado. Por favor si estás leyendo ésto y tienes prejuicios te pido que no vengas a comentar desde la ignorancia. Todos tenemos mucho que aprender, para así aportar con la tolerancia y el cariño que tanto necesita la sociedad.)

***

- ¡Que te digo que es lo mejor! – Elevó la voz Lauren.

Evan Kirgyakos cruzó el quirófano para quedarse de forma firme frente a la ojiverde quien detalló cómo el sudor perlaba la frente del cirujano.

- Ya te he dicho que no vamos a perder tiempo esperando que tú le hagas al paciente un procedimiento que no es necesario. – Dijo el pelinegro.

- ¿Que no es necesario? No me jodas Kirgyakos, es un chico de sólo veinte años que le han destrozado la muñeca, si le hago ahora un bloqueo de plexo braquial su evolución será mucho menos dolorosa que si no lo hiciera... Además estoy segura que ese par de manos es el único sustento que él tiene... Deberías pensarlo así.

Detallando el furioso rostro del hombre de ojos azules Lauren miró de soslayo a Harold Schmidt, el único cirujano traumatólogo del hospital el cual parecía más preocupado por la radiografía del paciente que de la discusión entre el cirujano y la anestesista.

- Partiendo por el punto que ésta es una cirugía traumatológica y tú un cirujano de trauma. – Espetó Lauren.

- Entonces puedes ir donde Plec a decirle lo que piensas... Quizás así puedan traer a otro traumatólogo y Harold no tendría que hacer la mayor parte de sus cirugías de urgencia solo y sin ayuda.

Tragándose sus palabras la ojiverde se quedó en silencio volviendo a mirar a Harold quien luego de un largo suspiro se acercó hasta el lugar donde seguía la discusión.

- Dra. Jauregui, ¿Cuánto tiempo le tomará realizar el bloqueo? – Dijo con un tosco acento el alemán.

- Quizás treinta minuto, luego comenzar la anestesia general será en menos tiempo.

El pelinegro de ojos azules miró rápidamente al traumatólogo quien se encogió de hombros y le dedicó una pequeña sonrisa a la anestesista.

- Piénsalo Evan, le horraremos una gran cantidad de analgésicos al hospital y quizás así se animan a traer un nuevo cirujano traumatólogo. – Apuntó Harold.

Lauren intentó controlar la sonrisa que amenazaba con dibujarse en su rostro al ver el rostro colérico de Kirgyakos. Sin embargo su propio regocijo se vio aplacado cuando Megan Wood entró en quirófano llevando la camilla donde un asustado joven de veinte años llevaba entablillado rústicamente el antebrazo derecho.

- Hola Samir, soy la Dra. Jauregui, te voy a colocar un par de medicamentos para controlar el dolor que estás sintiendo ahora mismo, luego yo misma te daré la anestesia para que estés dormido durante la cirugía.

Una nerviosa sonrisa se dibujó en el rostro del chico que al parecer no había entendido todo lo dicho por parte de la ojiverde, sin embargo Lauren sabía que estaba contra el reloj al ver cómo rápidamente Evan y Harold salían del quirófano para ir a realizarse el lavado quirúrgico y finalmente enfundarse en la ropa estéril.

- Pásame los guantes y ten preparada la dosis de bupivacaína y el fentanilo. – Le dijo a Megan.

...

Camila volvió a detallar con nostalgia la pequeña foto que tenía entre sus manos. En ella se podía apreciar a sus padres abrazándole en su primer día como médico intensivista en el Harborview Medical Center en Seattle.

Strangers in the night. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora