1 Llamada perdida

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Realmente no tengo un recuerdo muy claro, de como comenzó todo esto, o con que palabras precisamente comenzamos este óbice parsimonioso, lo que tengo en mente vagamente es cuanto lo escribía a diario, sostengo también los momentos que me provocaron una modificación en mi misma, o cuanto nos acompañábamos todos los días.

Él estaba terminando su carrera en la universidad ESPE en Quito, por mi parte apenas estaba cursando el pre-bachillerato, es decir mis problemas eran cifras matemáticas, Hamlet y su posición, La toma de la bastilla, los verbos TO BE.

Los problemas de Damián que me contaba era el sórdido engaño que le proporcionó su novia, o bueno ahora su exnovia, al termino de tres años de noviazgo como él me lo contó. Lo comparé con la tan conocida historia del lobo disfrazado de cordero dentro del rebaño como era de esperarse en las historias de la fábula de Esopo, pero por supuesto eso no se lo dije. Lo que se me ocurrió fue algo como "a veces nos sucede cosas como esas y no sabemos bien porque "lo dije con propósito de sonar no tan sorprendida y menos inmadura pero lo que pensé fue que el jamás se enamoraría después de lo que le ocurrió, o bueno al menos no de mí.

Lo que siguió de su relato fueron palabras más dolorosas – este tipo de personas me suelen ser aversivas, durante tres años le dedique todo lo que en el amor es posible, y un día te dice al fin que ella esta embarazada y también arrepentida por el engaño cometido- fruncí el ceño muy sorprendida, incluso imagine que lo estaba inventando al inicio de su historia fui incrédula talvez por ser muy ingenua o falta de experiencia o muy probablemente las dos.

Esta vez indague dentro de su relato mártir, y le cuestione que en ese momento él qué había hecho, como se encontraba y qué si él la sigue viendo aún. 1: además de terminarla, sufrir. 2: sufriendo y 3: accidentalmente sí, pero desearía que eso no pase pues las respuestas eran aversivas. También interrogué sobre el tiempo en que todo esto había pasado, hace aproximadamente 3 meses me comentó.

Me cansé de preguntar y opté por dar consuelo diciendo que tal vez ella se equivocó, como lo hace el resto de personas, que además si de verdad se merecía, el perdón los abrazará y entonces su amor renacerá. Ni lo pensó mucho y dejando su dolor a su diestra se burló de lo que había dicho sin cuidado, entonces me di cuenta que posiblemente mis palabras sonaron un tanto cursis y del tipo "felices para siempre" al no cesar su burla y no ver que lo hice con intención amable, me sentí más que enfadada avergonzada, entonces sin poder ocultar más mi vergüenza le dije de manera directa, precisa y concisa, como solía dictar mi profesora de literatura en la redacción de una solicitud, le lancé "¡además esto que me dices puede ser un invento, bien puede estar embarazada de ti y por eso la dejaste!" me di cuenta que deje a flote además de mi imaginación, mi ira y mi imprudencia. Después de esto se escuchó lo que incomodaría no solo la llamada por la que nos comunicábamos sino la confianza a futuro que no habría, se escuchó el silenció.

Seguido de este creo que lo medito más que ofenderse pues paso tiempo suficiente para decirme solo adiós y cerro la llamada. Eche los auriculares en mi escritorio muy enojada por lo que dije. Me frote los ojos y mire la hora, eran ya las 2 de la mañana y lo que debía hacer en deberes no había progresado, fui por un vaso con agua para de inmediato seguir con los deberes algo molesta aun, y cansada.

Al término de esto fui a la cama, tomé mi celular para activar la alarma del día siguiente, o bueno de aquel día mismo, cuando se pasa horas frente a un escritorio y aun no se ha dormido el cuerpo sigue en pensamientos de ser la misma noche.

Vi la duración de la última llamada y estaba alrededor de cuatro horas. Me preguntaba si sería buena idea llamarlo y apelar a su sentimiento y disculparme, recordé que él se burló de lo que dije y me recosté decidida.

Por otro lado yo tenía bien merecido pensé. Me senté, acerque mi mano al interruptor para encender la luz, me cargue de ánimo, lo llamaría a pesar de lo que fuere a suceder. Antes de presionar su número, repase brevemente lo que iría a decirle, lo practique más de cinco veces sin embargo, al otro lado del cuarto se escuchó un ruido suficiente para recordarme que al llamarlo de nuevo provocaría que despierten mis padres, y ellos como es de costumbre no admitirían que hable con un desconocido o que yo únicamente me haya involucrado emocional y sentimentalmente con aquel desconocido que respondía al nombre "Damián".

Resopló mi corazón al saber que no era buena idea, deje el teléfono a un lado, apague las luces y me eche en la cama.

EL, casi secreto.Where stories live. Discover now