Epílogo

40 3 0
                                    

Pasaron seis años de aquella locura, y lo revivo ahora no en búsqueda de él. Escribí esa historia escudriñando mi propia vida. Este escrito no va en dedicación a nadie, ni le pertenece a nadie más que al propio pasado mismo.

Desde el último mensaje que resulto muy hiriente para mí, nunca supe más de él. Por tal motivo incluso, no cuento de esta historia casi a nadie, no porque guarde resentimientos hacia él, de echo ahora lo recuerdo como una parte muy dulce de mi vida, lo recuerdo como el casi secreto, mi casi secreto.

La verdadera razón por la que no cuento de Damián es que no tengo pruebas para mí misma incluso de que él existió en mi vida, salvo mis propias memorias que conservaba de él, y que ahora se encuentran impregnadas en este pequeño escrito. Me alegro mucho de rescatarlas antes de que el tiempo las esfumará en mi propia mente.

¡Maldita y permanente incertidumbre! Nunca supe porque exactamente se fue, solo sé que cada día que pasaba nos alejábamos más y más, no era la distancia lo que me apartaba de Damián, era la falta de sentimiento. Y por supuesto, un día termino por irse. Ahora ya no está.

Son llamadas perdidas, porque en cada llamada viví con él. Yo me permití amar con encarecimiento, orgullo y ceguedad a una persona que no había visto nunca, pero fue a la persona con la que hable incontables horas. Fue valioso hablar con él, fue encantador conocer y vivir lo que yo, a pesar del final. Las llamadas perdidas fueron lo que me dio un final, pero lo que dio paso a un comienzo de nuevas historias.

Aun que me haya creído incapaz de olvidarle y superarlo, aunque haya prometido no creer en la permanencia de las personas, aunque haya pensado en volver a verlo. Logré superarlo. Y es así constantemente en nuestras vidas, sufrimos y nos prometemos tanto, que olvidamos que de eso se trata la vida, que así funciona nuestras lecciones eternas y valederas. Por otro lado, me alegra que seamos constantes, que lo que dice el ser humano hoy, mañana lo estará cambiando, y el próximo mes lo estará negando. Así somos los seres humanos, asusta, aun así aquello me regocija.


EL, casi secreto.Where stories live. Discover now