Oh, no con mi hombre, perra

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Sinopsis
Dean lleva a su angélical novio a un bar, ahí se le acerca una mujer en lo que va por cervezas


Otra cacería exitosa. Esos vampiros no lo vieron venir, no cuando es de los Winchester de quien hablamos. Para celebrar que las cosas estaba tranquilas, Dean decidió llevar a su ángel y su hermano a un bar. Apenas entraron buscaron una mesa, pidieron una ronda y empezaron a hablar de cosas triviales. Como los viejos amigos que eran.

Después de tres cervezas, Sam encontró una chica y fue a platicar con ella a otra mesa dejando a la pareja sola por fin.

—No es que no quiera a Sammy pero ya debía dejarnos solos —tomó el último sorbo de su cerveza y le giño un ojo al ángel.

Castiel sonrío, siempre lo hace cuando era Dean.

—¿Que te parece si voy por la última ronda y después regresamos al motel?—sugirió con otro sentido, uno que el ángel no captada aún.

Ya llevaban mas de un año juntos y aunque ya habían tenido muchos encuentros de "pizza man", aún Castiel no captada los comentarios de doble sentido de Dean. Y aunque el cazador no lo aceptara, eso me encantaba del ángel del señor.

Le sonrío por ultima vez antes de levantarse a la barra por otras dos cervezas. Castiel no se emborrachaba con esa pequeña cantidad de alcohol pero le gustaba tomar una cerveza con su novio. Pidió las bebidas al barman y en los que las traían miro al alrededor. Su mirada pasó por la mesa donde el ángel estaba sentado y para su sorpresa, no estaba solo.

Una mujer rubia, de cuerpo considerable, le estaba haciendo plática. Dean se acomodó en la barra viendo que hacía la mujer esa. Vio como la rubia sonreía y Castiel parecía normal. Las cervezas llegaron y las pago, pero aún no regresaba a la mesa. Decidió ver hasta donde llegaba esa tipa con su novio. Tomó de su cerveza mientras veía como el ángel entrecerraba sus ojos y hablaba de vez en cuando. La rubia falsa seguía riendo como estúpida por lo que decía Cas. Como si él fuera muy divertido.

Cuando menos se dio cuenta se acabó la cerveza, y justo a tiempo porque la zuripanta esa le tocaba el brazo al ángel para después susurrarle algo al oído. Esa era la señal de intervenir.

—Oh, no con mi hombre, perra —susurró antes de caminar hacía la mesa.

Caminó y se sentó despreocupado a un lado de su ángel.

—Hola —sonrío falso a la rubia.

—Hola —le respondió con un gesto de ¿y tu eres?, que dean ignoró como todo profesional.

—Ya terminé mi cerveza, vamonos al cuarto Cas—

Tomó la mano del ángel que estaba sobre la mesa, lo acercó de la mejilla con la otra mano y lo besó como se debe hacer frente a zorras. Lo besó algo lento pero fuerte, por un lado también quería calentarlo antes de la acción de esa noche.

Cuando se separó miro a su ángel, este tenía un brillo en sus ojos azules que le indicaba lo cual enamorado estaba de él, siempre de él. Volteó la mirada a la rubia que seguía ahí. Esta tenía la cara sorprendida y un poco molesta. Se levantó junto con su pareja, pasó a un lado de Sam diciéndole un leve —nos vamos—, y salió por la puerta no sin antes voltear a mirar por última vez a la rubia fácil.

La rubia estaba con un pequeño grupo de amigas, pero aún asi lo seguía viendo. Aprovechó y le sonrío triunfal.

Ese ángel es suyo, solo suyo. El nombre que decía entre gemidos por la noche era el suyo, no nadie más. Y lo volvería a comprobar en unos momentos.

The angel of the Lord and The Hunter ✡ Destiel OS and DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora