El Portal de los Demonios

CAPITULO 1 - Guía para comprender el origen de la batalla.

Desde tiempos inmemorables ha existido una guerra entre el bien y el mal, por así clasificarla, pues ¿quién puede tener una definición clara de lo que es bueno y es malo? Los conocimientos que tenemos al respecto son por cultura, ya que así nos lo enseñaron desde niños y crecimos con esos conceptos; pero a veces el aparente mal puede generar un bien y viceversa; es decir, que todo puede ser subjetivo o perceptivo.

La humanidad siempre ha estado en medio de esta guerra, tomados como nuevos reclutas para ambos bandos, influenciados y en ocasiones engañados en vida, para que logren pertenecer a uno de ellos luego de su muerte. En ocasiones no eligen ninguno y se quedan en un espacio intermedio, vagando, buscando terminar acciones o encontrar respuestas que no hallaron en su existencia.

En nuestra vida cotidiana existen actividades que se mueven "tras bambalinas" como una mafia de creencias que son mantenidas en secreto. En los libros apócrifos, los cuales no están incluidos en la biblia convencional por no ser lo suficientemente auténticos a la tradición apostólica, existen algunos pasajes escritos entre líneas que hablan de la existencia varios secretos arcangélicos. Aunque estas lecturas solo pueden ser comprensibles para seres divinos, hay humanos con el poder espiritual lo suficientemente alto y digno, como para concederles este conocimiento por parte de los seres celestiales, entre ellos han existido algunos Papas, Cardenales o hasta Obispos y Arzobispos, aunque no siempre es esta jerarquía quien los clasifica como aptos.

El papel de este interventor no solo es proteger los secretos, sino también de ser intermediario entre los designios divinos y las leyes de la humanidad. De igual forma cuando los Angeles han escogido a su sucesor, él debe transmitirle todo su conocimiento para que así se continúe con la labor.

La biblia dice que el castigo de la humanidad llegará cuando los siete arcángeles toquen sus trompetas, pero en los escritos ocultos antes mencionados, hablan de que esas siete trompetas son los sellos que mantienen cerrado el portal de los demonios que intervendrían en el juicio, esos siete sellos han sido encarnados en humanos, a quienes se les han brindado algunos dones para protegerlos, los cuales no deben romperse hasta recibir la orden superior.

Los Arcángeles son seres guerreros que protegen a la humanidad, la máxima autoridad y poder frente al mal, por este motivo son más parecidos a los humanos de lo que se cree, pues como guerreros no pueden ser ajenos a los sentimientos que invaden al hombre, a diferencia de su total fidelidad al ser supremo, ya que tienen una convicción inquebrantable por el bien y la justicia.

En los libros apócrifos existen métodos para poder encontrarlos, enfrentarlos y hasta sellar su poder. Estos libros no fueron creados por el hombre con malas intenciones, pero si influenciados por un ser del inframundo cuando pertenecía a la orden celestial, todo previendo su descenso para luego utilizarlo a su favor y completar su venganza, sus ansias de control y poder.

Se cree que los demonios han logrado interpretar estos secretos y se encuentran planeando desde hace años su ataque, con base a esto, los humanos portadores de los sellos también se han preparado y han creado una secta llamada SepTub, llamada así por su abreviación en latín, Septem Tubae (Siete trompetas) dirigida por el interventor actual. El objetivo es ubicarse y reunirse para proteger los secretos, al igual que los sellos. Aunque nunca se ha logrado reunir en su totalidad.

Uno de las armas que pueden ser utilizadas en contra de los siete guerreros es el Santo Grial, el cual ha desaparecido de su resguardo y confirma la interpretación de los libros prohibidos, siendo un peligro para la humanidad, pues puede retener el poder de los Arcángeles, evitando que despierten y así puedan ser derrotados fácilmente.

También se cree que ya han localizado a los miembros de SepTub, para someterlos y poder abrir el portal. Ahora la batalla será de los portadores, quienes no solo deben luchar por su vida, sino también por la seguridad del portal.