CAPITULO 4 - Katherine Verces

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Martes 09:45 pm / 11:47 am (hora Corea)

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Martes 09:45 pm / 11:47 am (hora Corea)

Ha sido un día muy pesado, sólo quiero llegar a mi casa, darme un baño y descansar profundamente; es muy tarde. El sello que dejé en el portal ha gastado todas mis energías, se trata de un conjuro demasiado fuerte, solo los demonios mayores son capaces de tal poder. Dudo que pueda detenerlo por mucho tiempo. Creo que la batalla ha comenzado, así como lo vaticinó Ámbar en una ocasión, sus predicciones nunca fallan. Pero... no entiendo por qué han comenzado con Tiffany, quizás porque es la más inexperta, ella es un buena chica y es triste que deba pasar por todo esto, quizás le sea imposible salir ilesa y más aún porque aún no comprende la dimensión de lo que está enfrentando. Tiene que aprender a utilizar su don, eso le ayudará; a mí también me costó mucho asimilarlo.

Si quiere sobrevivir, debe seguir las instrucciones que le di antes de enviarla con Ámbar hasta que yo llegue. Creo que ha llegado la hora de reunirnos nuevamente, solo espero que todo salga bien y podamos resistir hasta que los Arcángeles lleguen a poner orden a todo.

Por fin llego a mi casa, las luces están apagadas; abro la puerta y me dirijo a mi cuarto -realmente necesito ese baño, aún tengo el olor a azufre impregnado en mi cuerpo. Me pregunto si el demonio habrá logrado romper el sello- Al pasar por la sala de estar, los veo, él aún sigue sentado en su silla favorita dándome la espalda, no dice una palabra mientras ve jugar a nuestra hija, a mi pequeña Audrey; su cabello largo le cubre el rostro; antes intentaba recogérselo con una cola pero ella siempre me decía "mami no lo ates, amo sentirlo libre. Algún día espero tenerlo tan lago como el tuyo" desearía tanto ir hacia ellos y abrazarlos, pero ya llegará el momento.

El agua recorre mi cuerpo guiándose por mi cabello rojo que llega hasta mi cintura. Al tenerlo siempre recogido, a veces olvido lo rápido que crece. Corea no es tan frío como mi hogar en Rusia, pero el agua caliente sigue siendo igual de reconfortante en ambos lugares.

Ha sido una buena ducha pero aún estoy nerviosa, creo que será una larga noche. Tomo mi lugar de la cama y dejo su lado intacto, aún con la esperanza de sentir su abrazo en medio de la noche, que quizás me despierte con sus besos antes de acostarse o que al despertar sea lo primero que vea, pero no lo hará, ya no lo hará.

Mi cuerpo está relajado, me siento tan cómoda, creo que estoy a punto de dormir. Espera, siento algo... o más bien a alguien cerca en la habitación y no es Dmitry. Mi cuello se tensiona fuertemente hasta mi espalda, mi lengua pesa demasiado al igual que mis párpados, intentó gritar pero mis labios no se mueven, es como si estuviera atada.

Percibo como alguien se está subiendo a la cama, está jalando la cobija, siento como se desliza lentamente por mi cuerpo. Ahora está trepándose sobre mí, intento moverme, pero es inútil, mis músculos no responden, están contraídos y es imposible defenderme.

Aunque me toca levemente, puedo sentir la asperidad de su piel, trae un fuerte olor consigo; me siento mareada, se mete en mi nariz provocando náuseas, es azufre; si tan sólo pudiera abrir los ojos podría saber quién... o más bien, qué es. No creo que sea un ser humano. Ahora está sobre mi pecho causándome una fuerte presión -¿Qué es lo que quieres?- le grito mentalmente con la esperanza de que me pueda escuchar.

El Portal de los DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora