CAPITULO 7 - El Arconte (Parte 1)

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Martes 11:00am

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Martes 11:00am

La veo caer, en sus ojos hay desesperación por saber que va a morir, intento... realmente lo intento pero no logro alcanzarla; veo su cuerpo arrastrado por la gravedad que la lleva hacia el asfalto y...

-­ ¡No...!- Despierto de golpe incorporándome sobre mi cama -otra vez ese sueño...- más bien, pesadilla, me corrijo en mis pensamientos. Mi pecho se mueve por la agitada respiración, las gotas de sudor recorren mi piel; el viejo reloj que cuelga de la pared frente mi a mí cama marca las 10:33 horas, mientras el tic tac de sus agujas acompañan mi soledad. Hace mucho calor. Tengo un mal presentimiento, el aire está muy denso.

El soñar con su muerte es mi castigo por no hacer bien mi trabajo como protector de los portadores, pero también es una señal, esta es su forma de avisarme de que alguno de ellos corre peligro y evitar que se repita lo sucedido a ella, así que debo ponerme pronto en marcha.

Me levanto y me aseguro que los símbolos de protección se encuentren en orden; al proyectarme, mi cuerpo queda vacante y vulnerable, a merced de cualquier ser que se acerque y debo protegerlo. Al parecer todo se encuentra en orden.

Esta es una habitación oculta en el sótano de un edificio, es mi hogar, mi guarida; desde aquí proyecto mi ser para vigilar todo lo sobrenatural que sucede alrededor de los portadores, esta es la misión encomendada por mi señor, el Cardenal Jacinto de Luca. Es lo mínimo que puedo hacer después de rescatarme de las calles.

Me acuesto sobre mi cama y centro mi mirada en el espejo de techo en el cual me reflejo. Relajo mi cuerpo, mi mente, mis emociones... doy inicio; no necesito objetos, rituales o algo más para lograrlo, es una habilidad asignada para la protección.

La gravedad no existe, aunque aún me encuentro en la cama, pero es como si estuviera acostado sobre la pared o el techo. En este estado puedo mezclarme con todo lo sobrenatural que es imperceptible a simple vista. Salgo del cuarto, escucho mucho ruido, como de costumbre; son los continuos lamentos, llantos, gritos de piedad o de ira, todos ellos provienen de la calle. Hay una multitud, una procesión, están por doquier. Todos ellos son almas en pena que no han terminado una labor en vida, hasta que no consigan la paz o purificación absoluta, entonces no podrán elevarse al cielo o en su defecto, ir al infierno. Siempre se quedarán en este lugar... el purgatorio.

Me concentro, trato de sentir todo lo que me rodea en este estado. Hay muchos puentes abiertos, medios que utilizan los demonios para entrar al mundo de los humanos, pero hay uno en especial, es demasiado fuerte y grande. Algo extraño está ocurriendo. Es imposible que una persona normal sirva de medio para transportar a un demonio de esa categoría, debo ir allá.

Martes 11:20 am

Al ubicar la fuente de la energía, logro transportarme hacia el sitio puntual. Ahora estoy frente de una gran casa, es muy antigua y no solo eso, esconde una gran energía maligna; toda vida a su alrededor está marchita.

El Portal de los DemoniosWhere stories live. Discover now