¿Una chica Alpha?

Capítulo 30: Es mi decisión

-¿Eso a qué vino?

-Estaba despierto y aburrido. -Dijo sonriente.

-Que simpático. -Dije. Cerré mis ojos para volver a dormir. Luego recordé a mi hermano y los abrí de golpe. -Mi hermano. -Miré los hora en mi celular. Las 11. -¿Quedé a una hora? -Pensé en voz alta levantándome y buscando ropa. -No. No a una hora exacta. -Me puse una musculosa con el logo de Superman y un nudo en la parte de abajo. Una calza azul. Unas botas de cuero negras. Una pulsera que decía Love. Y una gorra también con el logo de Superman. Puse mucho maquillaje sobre lobo y el Alpha. -Sal por la ventana. Cuidate. Te quiero. -Le di un beso y salí de la habitación sin darle tiempo a responder. Baje de dos en dos.

-Hola, familia.

-Bree.

-Hermanita.

-Soy mayor.

-No me importa. -Dino pasando su brazo por mis hombros.

-Como sea. ¿Vamos al cine ahora?

-Cariño, ¿no se te olvida algo? -Me preguntó mi papá.

-Nop.

-¿Segura? -Insistió.

-¿Qué olvido?

-La escuela.

-¿Hoy hay escuela? -Mi padre y hermano rieron.

-Bebé, hoy es miércoles.

-Maldita sea... Decidido, hoy falto.

-¿Quién te dio permiso?

-Por favor. No falte en todo el año. -Dije poniendo mi mejor cara de cachorro.

-Bien. Y tú -Dijo viendo a mi hermano. -Ve a cambiarte.

-Gracias. -Salió corriendo hacia su cuarto.

-Bree, huelo tu maquillaje desde aquí. Es mucho. Y no precisamente en tu cara.

-Yo...

-Desapareciste en la luna llena. No soy idiota.

-Yo no dije que...

-Sé que te transformaste... ¿Por que me lo ocultas?

-Porque odio ser una loba. Porque siempre odie que mi hermano, mi pequeño e inocente hermano, fuera a matar contra su voluntad. Y ahora más que nunca.

-Hija, no es algo malo.

-Lo es. Sabes, tú princesa, tu pequeña, tu amada hija, perdió la inocencia hace unos días. Sabes, papá, la noticia, masacre en el bosque, fue tu niñita. Los asesine a los 4. Y luego por mi culpa, dos padres se mataron. ¿piensas todavía que no es tan malo?

-Cariño sé que ahora no parece que... -Lo interrumpí porque escuché a mi hermano bajar las escaleras.

-Sh. Está bajando.

-Tiene derecho a saber.

-No voy a dejar que me odie.

-Debe saberlo. -Me gritó.

-Es mi decisión. -También le grité.

-Y el tu hermano. -Continuamos igual.

-¿Acaso no entiendes?

-Te entiendo. E igual insisto.

-No, claro que no entiendes.

-Por Dios... -Me di cuenta que mi hermano ya había bajado.

-Suficiente. Nos vamos.

-Bree...

-Chau. -Tome a Brent del brazo y lo saqué de la casa.