Capítulo 16 parte II

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Sin poder aguantar ni un minuto más salgo por la puerta. Quedan diez minutos para el toque de queda y seguramente los vigilantes estén mandando a todo el mundo a las habitaciones. Es por eso que voy con cuidado evitando encontrarme con alguno. Atravieso el patio central y me meto en la puerta que lleva a la sala de ocio junto al laboratorio.

Aun no entiendo bien por qué Bruno ha querido que venga hasta aquí. La última vez que estuve en este lugar fue junto a Matt y nuestro desastroso encuentro. Los pasillos están oscuros y voy danzo pequeños pasos sin hacer el menor ruido. Al fondo está la puerta de la sala. Me voy directa y cuando la tengo justo enfrente, me quedo congelada. ¡Esto es una tontería! ¿Qué se supone que voy a encontrar dentro?

Justo cuando me doy la vuelta para regresar a mi habitación escucho una risa femenina desde dentro. Me acerco todo lo que puedo a la puerta de madera y pego la oreja para oír más sobre lo que está pasando. El único sonido que me llega es la risa de aquella chica. El sonido es tan claro y conocido que me veo obligada a pensar en donde he oído esa risa antes.

Escucho algo crujir tras de mí y miro mis espaldas asustada. Por suerte solo es el ruido del viento en la ventana. Cualquiera que me vea así pensará que estoy loca. Vuelvo a mi tarea y silenció lo máximo posible mi respiración para tenerlo todo más claro. Ahora se escuchan voces, pero la estúpida puerta me impide saber más. Tras varios minutos sin tener ninguna respuesta me avergüenzo de mí misma. Seguramente dentro haya una pareja a lo suyo y yo estoy aquí espiando como una pervertida. Doy unos pasos alejándome, pero la mirada de Bruno de hace unas horas se aparece frente a mí. Si esta tarde estaba tan preocupado por lo que sea que haya ahí dentro, tengo que saberlo sí o sí.

Sin pensármelo más veces, me abalanzo sobre el pomo y abro la puerta de par en par. Dentro está todo aún más oscuro que fuera, ya que no hay ni siquiera ventanas. Me adapto la vista a la sombría habitación y logro descifrar dos figuras en el sofá. Se han quedado completamente estáticos, supongo que asustados por mi intrusión. Con la vista mejor, logro descifrar unos ojos verdes escondidos tras un pelo revuelto. El corazón empieza a bombearme con fuerza en el pecho y siento que pierdo el conocimiento. ¡No me puedo creer lo que estoy viendo! En el sofá está Matt, con la camisa abierta y los pantalones a medio bajar. Me mira sin saber bien que decir.

Estoy tan nerviosa que apenas me he detenido a fijarme en su acompañante, a la que solo he alcanzado a ver la espalda y su pelo semi recogido. Sacudo mi cabeza y centro mi mirada en la chica y es entonces cuando siento que el mundo se desmorona bajo mis pies. Siento un calor incontrolable desde las piernas hasta las manos, arrasándome impidiendo respirar con normalidad. Sujeto mi pecho con las manos y miro al techo eliminando cualquier indicio de llorar de mis ojos.

— ¿Cómo has podido? —me fuerzo en decir. Los labios me tiemblan.

—Te lo puedo explicar, no es lo que parece. —Murmura Matt con las manos por delante. Se pone de pie y se abrocha los pantalones. Se me escapa una carcajada seca y pongo los brazos en jarra. ¿Se ha creído que soy estúpida?

—No te estaba hablando a ti, cerdo. —Le espeto furiosa ignorando sus palabras y sus excusas. Centro mi mirada en la morena de su lado. Ella me mira avergonzada y baja la mirada al cielo—. ¿Cómo has podido hacerme esto, Sam?

Ella abre y cierra los ojos sin dejar de mover la cabeza. Empiezo a hiperventilar y noto la cara ardiendo. Aprieto los puños al verla prácticamente desnuda en el sofá. Se pone las manos en la cara. ¿Está llorando? Doy dos pasos decidida a tirarme sobre ella. ¡La voy a matar! ¿Cómo es capaz de ponerse a llorar? Soy yo la que debería estar llorando, no ella. Se acaba de enrollar con mi novio. ¿Qué clase de amiga hace eso?

Justo cuando empiezo a tirarme sobre ella y a pegarle con los brazos, Matt me sujeta de las caderas y me separa. Me deja alejada y me sujeta los brazos. Al sentir su tacto y sus manos me entran arcadas. ¿Cómo he podido estar tan jodidamente ciega? ¡¿Cómo?!

OLVÍDAME. Esto es la guerra - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora