Capítulo 35

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Sé que Bruno ha tirado la toalla y se ha convencido con esa realidad. Pero yo no pienso hacer lo mismo. Tiene que haber un error, o tiene que ser todo una mentira más de mi padre. Me incorporo en la cama y pienso las opciones; si llamo a mi padre sé cuál será su respuesta y sinceramente es con la última persona que deseo hablar. Mi madre con tal de mantener su imagen perfecta hará lo que mi padre quiera. Tiene que haber algo, algo que me diga que todo esto no es real. No puedo ser su hermana.

No puedo ni imaginarme lo que tiene que ser descubrir que tu padre, la persona que más admiras en el mundo, no lo es. Y en cambio, lo es la persona que más daño te ha causado. Y por si fuera poco, eso nos convierte en hermanos. Y puede que sea sincero cuando me dijo que solo pretendía protegerme, pero estoy harta de que todo el mundo quiera hacerlo a través de mentiras y engaños. Me merecía saber la verdad.

Me visto rápido y bajo a desayunar. Paula me mira curiosa. Lo cierto es que aún no le he contado lo que acabo de descubrir. Necesito un tiempo para asimilarlo... o para descubrir que todo es una falsa. Espero con todo mi alma que sea lo segundo, porque si Bruno y yo somos hermanos, sencillamente es mi fin. ¿Cómo voy a ser hermana del hombre al que amo? Eso es imposible. Y no puede serlo. Sé que no.

Veo a Bruno antes de que él se dé cuenta de mi presencia. Finjo prestar atención a los bollos cuando se encamina a mi lado.

-Less... -lo dice con un tono de pregunta, como si estuviese estudiando cual es mi ánimo. Al ver que lo ignoro y sigo con mi zumo de naranja, agrega-,  ¿cómo estás?

Dejo el plato sobre la mesa y lo miro fijamente. Al hacerlo, me sobresalto con su rostro. Aun me sigue afectando ver su cara cubierta de ojeras y desfigurada. Aun cuando estoy enfadada con él y no soporto tenerlo cerca.

- ¿Qué cómo estoy? ¿Qué te parece? Me acabo de enterar que he vivido una mentira durante años -mis palabras van directas-,...y lo peor de todo es que tú has tenido que ver en ello.

-Respecto a eso... -se rasca la nuca-, tenemos que hablar de muchas cosas.

-No quiero hablar contigo, Bruno.

Mira al suelo rendido.

-Tenemos que aclarar que vamos a hacer... con esto -comenta señalándonos a ambos.

-No somos hermanos -le suelto bajando la voz.

-Yo también tarde en asimilarlo Less.

-No necesito asimilar algo que no es verdad -sujeto de nuevo mi bandeja y me encamino a mi mesa. Cuando noto que me sigue, le hago frente-. Necesito tiempo, Bruno. No puedes hacerme todo el daño que me has hecho y pretender que lo olvide de un día para otro. Ni siquiera... ni siquiera sé si algún día lo haré.

Sus ojos azules tiemblan sutilmente. Tras unos segundos apretando los labios, asiente en silencio.

-Está bien.

[...]

La veo alejarse a su mesa e intento centrarme en volver a la normalidad. No ha habido odio en sus palabras, ni dolor, ni rencor. Sencillamente verdad, una verdad devastadora a la que no estoy preparado. No puedo culparla, yo mismo me metí en este juego. Yo mismo quise que me olvidara y ahora solo tengo lo que quería. Solo que nunca fue lo que realmente quise.

Me sirvo el desayuno y una taza hasta arriba de café. Anoche no pegue ojo. Me sorprende como ha reaccionado al tema. No se ha hundido como lo hice yo, y antes he visto en su mirada toda la seguridad que a mí me falta. No sé cómo he podido menospreciarla tanto, es sin duda, mil veces más fuerte que yo. Ojalá pudiese tener las mismas esperanzas que ella en que todo sea  diferente, pero después de tantos meses, solo me queda el vacío. El vacío enorme de no tener nada. 

OLVÍDAME. Esto es la guerra - CompletaWhere stories live. Discover now