OX

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Tortura psicológica/Lo siento por desearlo

La sangre resbalaba por sus brazos mientras corría desesperada intentando escapar, volteaba hacia atrás de vez en cuando solo para toparse con la mirada penetrante y la sonrisa maniática de su hermano gemelo. El terror atacaba su pecho causándole un ardor en todo el cuerpo, lo odiaba, odiaba lo que estaba pasando, no quería correr, odiaba correr, el sudor la bañaba causándole náuseas, estaba sucia, con lágrimas, sudor y sangre.

—¡No corras, hermanita! ¡Quiero jugar contigo! —reía como si la cordura hubiera abandonado su cuerpo, caminando lento, constante, torturándola con la mirada.

La chica seguía corriendo, detrás de ella se escuchaba la tenebrosa risa de su hermano, Mabel corrió hasta tropezar y caer de cara sobre la alfombra, golpeando su cabeza, y quedando atontada, su vista se tornó borrosa y sus oídos se taparon, como pudo se giró y miró su hermano.

—D-Dipper...

Solamente levantó el cuchillo.

—¡No! —grité entre lágrimas, destrozándome la garganta— ¡Mabel!

Me retorcí mientras sollozaba, intentando abrir los ojos con desesperación, aferrándome a la cama y jalando la sábana, trataba de borrar esas horribles imágenes de mi mente, esas escenas donde masacraba a mi hermana.

—¡Mabel! ¡No, Mabel!

—Eres un asesino, Dipper —susurró William Cipher, repitiendo los recuerdos una y otra vez en mi mente—, la mataste, por eso estabas en prisión, ¿recuerdas?, eres un monstruo.

—¡Mabel!

—Un monstruo sin corazón, tú eres el verdadero demonio, el único demonio que hay en esta habitación, el único que ha perseguido a su familia entera, masacrándola una por una.

—Dipper, por favor —Ford sostenía su estómago o sus intestinos se caerían, lo había apuñalado. Abrazaba el cadáver de su hermano—, t-te amamos, basta-

—No, tío, no puedo hacerlo —suspiró agotado.

Levanté el cuchillo y volví a retorcerme sobre la cama, volví a gritar el nombre del hombre al que masacraba lentamente, volví a llorar por los gritos de mis víctimas atorados en mis oídos.

—Will... —entreabrí los ojos, agotado— Basta, por favor.

—¿Por qué?

—No me recuerdes lo que hice, te lo ruego.

Frunció los labios y las alucinaciones desaparecieron, se levantó y suspiró.

Dipper Gleeful era adorable cuando quería y solía convencerlo cuando se comportaba de esa forma, ese rostro lleno de dolor y sufrimiento, lo adoraba, ¿cómo decirle que no? Su agonía, su llanto, lo extasiaban.

—Mataste a toda tu familia, Dominic, ¿por qué?

—No lo sé.

—¿Por qué? —insistió.

—Porque soy un monstruo —musité con la poca voz que me quedaba—, soy un asesino.

—Así es, eres un asesino.








Aclaraciones: mientras que Gleeful tiene 16 años, Dipper Pines pasa de los veinte.








—¿Quién eres? —me atreví a preguntar minutos después de que el extraño hombre llegara a mi habitación y empezara a curar mis heridas.

Me encontraba sentado en mi cama, apoyándome con cuidado mientras mi pierna era vendada por el desconocido castaño, éste tarareaba una dulce melodía que se me hacía muy conocida.

Prisionero (Willdip)Where stories live. Discover now