KAN

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Mi nombre es Dominic Gleeful

—Mi nombre es Dominic Gleeful, tengo 16 años, nací el 31 de agosto del 2008, mis padres son Edward y Temperance Gleeful, tengo una hermana gemela llamada Mabel Gleeful. Vivo con mis tíos hermanos de mi padre, Stanford y Stanley Gleeful, en un pueblo en Oregón llamado Reverse Falls, todos los días hago una presentación junto a mi hermana donde nos hacemos llamar "Los Gemelos Psíquicos", fui a prisión por fraude junto a mi hermana, estoy enamorado de William Cipher.

—¿No crees que sea Síndrome de Lima? —preguntó el demonio sentado frente a mí, tiemblo hecho un ovillo sobre mi cama—, el enamorarse de un esclavo, de alguien que tienes en contra de su voluntad, Síndrome de Lima.

—Mi nombre es Dominic Gleeful, tengo 16 años, nací el 31 de agosto del 2008, mis padres son Edward y Temperance Gleeful, tengo una hermana gemela llamada Mabel Gleeful. Vivo con mis tíos hermanos de mi madre, Stanford y Stanley Gleeful en un pueblo en Oregón llamado Reverse Falls, todos los días hago una presentación junto a mi hermana donde nos hacemos llamar "Los Gemelos Psíquicos", fui a prisión por fraude junto a mi hermana, estoy enamorado de William Cipher.

—Ya lo has repetido siete veces —murmuró con evidente aburrimiento—, ¿por qué haces eso?

—Mi nombre es Dominic Gleeful-

—¿Por qué no paras de repetirlo?

Lo miré por un momento y sonreí, su rostro mostró sorpresa cuando exclamé con felicidad.

—Es la única forma de mantenerme vivo. Si olvido quién soy realmente dejare de existir, y esa no es un alma digna de mi amo.

—Dominic-

—Mi nombre es Dominic Gleeful, tengo 16 años, nací el 31 de agosto del 2008, mis padres son Edward y Temperance Gleeful, tengo una hermana gemela llamada Mabel Gleeful. Vivo con mis tíos hermanos de mi madre, Stanford y Stanley Gleeful en un pueblo en Oregón llamado Reverse Falls, todos los días hago una presentación junto a mi hermana donde nos hacemos llamar "Los Gemelos Psíquicos", fui a prisión por fraude junto a mi hermana, estoy enamorado de William Cipher —me senté con tranquilidad y volví a sonreírle. ¿Estoy perdiendo la cordura?—. ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Claro. —respondió confuso.

—¿Mi familia está viva o solo quería enloquecerme?

—Está viva.

—Lo sabía.

Volví a acostarme y seguí repitiendo.

—Mi nombre es Dominic Gleeful, tengo 16 años, nací el 31 de agosto del 2008, mis padres son Edward y Temperance Gleeful, tengo una hermana gemela llamada Mabel Gleeful. Vivo con mis tíos hermanos de mi madre, Stanford y Stanley Gleeful en un pueblo en Oregón llamado Reverse Falls, todos los días hago una presentación junto a mi hermana donde nos hacemos llamar "Los Gemelos Psíquicos", fui a prisión por fraude junto a mi hermana, estoy enamorado de William Cipher.

—Esto se volvió aburrido, Dipper —suspiró—. Saldré un rato, el caos de afuera es más interesante que tu total existencia.

Salió de la habitación con un chasquido dejándome sólo, cerré los ojos y dejé que mi cuerpo fuera absorbido por el silencio y la tranquilidad. Hace mucho que no me sentía en tanta paz. Abrí los ojos nuevamente encontrándome con una sonrisa demoníaca acompañada de una cabellera rubia y un par de ojos amarillo chillón, ¿cuántas visitas tendré en la ausencia de William?

—Veo que estás mejorando.

—¿Mejorando?

—Estabas demacrado, herido, débil, enloquecido.

—¿Quién te crees para ofenderme de tal forma? —volví a sentarme y lo miré con repulsión.

—Oh, vaya —rió sorprendido—, conque tu arrogancia y orgullo siguen intactos, al parecer mi hermanito no es tan duro contigo como aparenta.

—No hables así de él. —el odio salió impregnado en cada una de mis palabras.

—¿O qué?

—Voy a destruirte —mascullé.

Con un movimiento veloz me tomó del cuello y me levantó lejos de la cama, me miró con una sonrisa mientras apretaba su agarre. Como si me importara.

—Dominic Gleeful —dejó caer su cabeza hacia la derecha—, eres un extraño ser humano. Interesante.

—Me vale un carajo —dije con dificultad, con una sonrisa iracunda.

—No, no, no. Ese lenguaje, princesa.

Patalee intentando soltarme o acertarle una patada, ambas cosas me fueron imposibles, seguía apretando pero me negué a perder la conciencia. Me acercó a su rostro y me miró con curiosidad, una mirada inocente que no le pertenecía.

—¿Sabes por qué te dejé vivir? —hizo una pausa esperando una respuesta que no le di—, porque al parecer mi hermano menor está encariñado contigo, habría sido cruel asesinarte, desde hace mucho que Will no tiene tanto aprecio por un humano. Además de que a mi marido le agradas.

Abrió la mano y caí al suelo, tosiendo para intentar recuperar el aliento, levanté la mirada con odio.

—Pero bueno, no vine aquí solo para conversar, como Will dice, eres aburrido —suspiró—. Quiero que vuelvas a considerar hacer un trato conmigo.

—¿Un trato? —aligeré el ceño con confusión.

—Hay ciertas ratas que se niegan a salir de sus madrigueras así que necesito que alguien en quien confían los aliente a hacerlo —suspiró y caminó hasta la cama, se sentó, dejándose caer sobre ella.

Su mirada cansada y sus enormes ojeras delataban las noches que había pasado sin dormir, la desesperación estaba impregnada en su rostro. Realmente me necesita. Miré la cadena en mi tobillo y mi denigrante habitación, ¿Cómo es que de ser el hombre más amado y alabado en todo Oregón me convertí en el muñeco sexual de un demonio?

—Dominic —levanté la mirada, sus ojos amarillentos se fijaron en los míos—, ¿En qué tanto piensas? ¿Qué es lo que te detiene? Desde ese día permaneces tan inmerso en tu mente, ¿qué te impide aceptar?

—Puedo escuchar la desesperación en cada una de tus palabras —una sonrisa débil se formó en mi rostro, lentamente murió y volví la mirada nuevamente a las cadenas—. Will-

—Te ha tratado horrible.

—Va a sentirse mal.

—¿Y eso que? ¿Cuánta veces te ha hecho sentir miserable? ¿Cuántas veces no te ha hecho sufrir?

Se levantó y se me acercó, acuclillándose extendió su mano hacia mí.

—Voy a protegerte.

—Puedo escuchar la desesperación en cada una de tus palabras —repetí en voz baja.

—Es tu turno de hacerlo sufrir, hay que darle un orden a las cosas, William no nació para esclavizar.

—De acuerdo. —tomé su mano.

—Tenemos un trato.

Chasqueó los dedos y las cadenas desaparecieron, mi ropa volvió a la normalidad y el blanco se volvió negro, la habitación tan llena de luz y vida se tornó oscura y sombría. Supongo que así era en realidad. Tomados de la mano me guió hasta la salida, sonreí al ver mi pueblo desde la vía abandonada de ferrocarril, voltee hacia atrás y admiré por primera vez la burbuja donde me tenía cautivo, enorme, azul y con una gran estrella en el centro, seguí caminando una vez soltó mi mano.

—Bill Cipher, antes que nada, necesito que hagas algo por mí.

—¿Qué cosa?

—Quiero ver a mi familia.

Prisionero (Willdip)Where stories live. Discover now