Capítulo uno: Mi novio de mentira

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Cody


La catástrofe inicio entre el aluvión de personas amontonadas en el descanso. Mazón, mi mejor amigo, me pedía algún tipo de consejo sobre relaciones.  Aunque mi experiencia con relaciones es basta, el éxito de estas es escaso, a pesar de todo, siempre tengo a un tumulto de chicas detrás de mí.

 Hoy el día es especialmente frío, me gusta jugar con el vaho que brota de mi boca al exhalar, se asemeja a la imagen de una persona fumando, o eso creo yo. Mazón hace el intento de contarme una historia enrevesada sobre su complicada relación con Stacy McAdams, una castaña, tetona, capitana del equipo de porristas; aunque no le presto ni la más mínima atención, estoy complejamente concentrado en mi hamburguesa de doble queso, no voy a desperdiciar mis cinco dólares en la desesperación por no entender a las mujeres hecha palabras de Mazón.

—¡Vamos! — Alterca Mazón sin preámbulo — Llevó siete minutos viéndote comer, ¿Ya me enseñarás o no?

Dejo caer la hamburguesa sobre el papel en la que venía envuelta. Suelta unas gotas de grasa, y cruje el tocino al ser aplastado por el pan; me chupo los dedos lentamente y, finalmente, esbozó una sonrisa que produce una arruga en mi nariz y ojos.

— ¡Bien! ¡Bien! — Doy unos golpecitos a mi mentón — Pero no sé qué es exactamente lo que quieres que te enseñé, no soy un experto en las relaciones, si lo has notado.

— ¡¿Qué dices?! Siempre hay chicas detrás de ti, y las más lindas.

Arrugo mi frente, marcando las líneas de expresión.

— ¿Lo harás, o no?

— Bien, pero si me das el número de Matilda Tinker.

— ¿Para qué?

Abro mis ojos como platos y exagero la expresión de mi boca y seño.

— ¿Bromeas? Matilda es hermosa — Hago énfasis en hermosa — Y eres uno de sus más cercanos amigos, sé que tienes su número.

— Sí, lo tengo, pero nunca te lo daría

— ¿Quieres salvar tú ya perdida relación, o no?

Pone los ojos en blanco y me señala con el dedo — ¡Eres un maldito! — Arguya con espesa rabia, aunque al poco tiempo afirma subiendo y bajando la cabeza.

— Okey, te lo daré, pero no seas un pervertido sexual.

— ¿Yo? ¿Dudas de mi control como hombre?

— Dudo de tus hormonas — Suspira pesadamente y presiona su cara sobre la palma de su mano — Bien, ya dime, antes de que me arrepienta.

Doy un pequeño salto para pararme de la banca. Cruzo mis brazos y tuerzo mi sonrisa.

— Es hora de las clases sobre el amor con Cody Faulkner, hago descuento a perdedores como tú

— ¡Ya deja de jugar!

— Oh, no, una falta de respeto al profesor suma una cuota extra al costo original.

— Cody... por favor — La seriedad con la que lo dice me mata, incluso parece que habla de verdad.

— Bien, ya, en primera, olvida todo lo que sabes sobre el amor — Elevo mi brazo derecho y lo señalo con el dedo índice — Porque seguro es una basura.

Asiente, aunque a regañadientes, termina por no decir nada.

— Ahora, viene el verdadero consejo, es muy simple... ¡Oh, no! Se nos ha acabado el tiempo, lo espero la próxima semana a la misma hora

Aunque no te quiero [En pausa]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt